Ecuador, 19 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Los capitalinos tienen dudas sobre el Metro

Los capitalinos tienen dudas sobre el Metro
27 de febrero de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

Una mezcla de nostalgia por el paisaje antiguo de los barrios combinada con incertidumbre sobre lo que pueda venir embarga a las personas cuyas viviendas y negocios se encuentran alrededor de los terrenos en donde se construirán las estaciones del Metro de Quito.

La construcción de la Fase II del proyecto impactará la cotidianidad de, al menos, 10 barrios de la ciudad, aunque aún no se sabe exactamente en qué dimensión.

Según la empresa municipal Metro de Quito, los trabajos de remoción del terreno en varias zonas de la ciudad se realizarían en el transcurso de este año, antes de que empiece el trabajo de las tuneladoras.

En ese contexto, los alrededores del estadio de la Liga Barrial de Solanda, que se encuentra en las calles José María Alemán y Ajaví, vería alterada su rutina en los próximos meses, pues ahí se construirá una estación del sistema subterráneo de transportación.

Marco Aráuz se califica a sí mismo como uno de los primeros moradores de Solanda. Llegó a la zona hace más de 3 décadas y recuerda que el estadio era, en un inicio, un pequeño bosque de eucalipto y pino en cuyo interior existía un ojo de agua que abastecía a varias acequias que, a su vez, desembocaban en el río Machángara.

“Antes de vivir en Solanda ya conocía el lugar, pues aquí era una hacienda. El sector era característico porque existía un pantano, que con el tiempo fue rellenado para que se levanten las casas al igual que algunas quebradas. Fui testigo del desarrollo de esta zona”, afirmó el exdirigente barrial.

Aseguró que con el Metro el barrio será distinto. La parte positiva será —a su juicio— que gente de otros lugares de Quito lo conocerán.

Sin embargo, tiene dudas. Trata de entender, por ejemplo, qué ocurrirá con las quebradas sobre las que se edificó el sector al momento de la excavación del túnel. Le preocupa también lo qué pueda pasar con aquellas casas que tienen más de 30 años y tienen estructura antigua; se pregunta si estas resistirán los trabajos.

Víctor Hugo Marroquín y Rosa Chango son esposos y propietarios de un micromercado; viven en Solanda 28 años. Hace 2 meses, promotores del Metro de Quito llegaron a su local para comentarles sobre el proyecto. La pareja de ancianos dice que la explicación fue clara en términos generales, aunque ellos todavía tienen ciertas dudas.

“Nos comentaron que las canchas no podrán ser utilizadas; creo que la inquietud más desafiante para la Alcaldía es la movilidad, pues aquí en Solanda no sabemos si habrá cierre de vías, si rellenarán la quebrada y si los parques serán ocupados para el trabajo del Metro”, dijo Marroquín.

El sur de la capital es uno de los sectores donde se construirán 5 paradas, incluida la que se encuentra en el subsuelo de la estación multimodal de La Magdalena.

El 28 de diciembre, la empresa Metro de Quito empezó con la socialización del proyecto entre la ciudadanía.

En ella, los promotores explican 3 puntos a los moradores de los barrios cuyas residencias y negocios se encuentran 100 metros a la redonda de las futuras estaciones.

¿Por qué se construye el Metro?, ¿dónde se hará la construcción? y ¿cuál será su impacto? Son temas de los que se ha hablado, hasta ahora, con los vecinos de sectores como Quitumbe, Morán Valverde, Centro Histórico, Solanda, El Calzado, Iñaquito y La Jipijapa.

La modalidad es puerta a puerta. Los voluntarios conversan con los vecinos alrededor de 8 minutos. Los brigadistas han visitado 813 viviendas, 460 negocios, se realizaron 25 asambleas barriales y participaron 1.300 personas en total.

Mauricio Anderson, gerente de la Empresa Metro de Quito, señaló a la prensa que se han establecido medidas de mitigación ante eventuales impactos de los trabajos en el ambiente. Según el funcionario, también se ha analizado el impacto urbano de la construcción, frente a lo que el organismo tendría preparado un plan de atención a la movilidad, la habitabilidad, el comercio, etc., en las áreas en las que habrá impacto del proceso constructivo.

Otro sector que sufrirá cambios es La Jipijpa, al norte de la ciudad. La sensación de curiosidad e incertidumbre acompaña también a los moradores de ese barrio residencial.  

Este punto de la ciudad concentra una gran cantidad de establecimientos comerciales. Su límite occidental es la av. Amazonas, que soporta un flujo diario de 100 mil vehículos.

Bolívar Raza, quien ha vivido en el barrio cerca de 41 años y es propietario de un papelería ubicada entre la calles Tomás de Berlanga y Amazonas, zona bajo la cual le habrían informado se construiría una de las paradas, mencionó que los promotores del Metro visitaron el lugar en 2 ocasiones, dejaron folletos e invitaron a comerciantes y moradores a reuniones en la Administración Zonal Eugenio Espejo, con el fin de dar mayor información a la ciudadanía.

Uno de los locales más antiguos del sector es el de alfombras donde trabaja Abel Chamorro, para quien una de las principales preocupaciones es cómo afectará a los negocios el cierre parcial o total de las vías.

Chamorro señaló que es importante que las autoridades detallen de mejor manera este tema y e indique cuáles serían las medidas para subsanar este posible problema.

El barrio El Calzado (al sur) también ha sido parte del proceso de socialización.

Algunos moradores consultados de esta área dijeron que la campaña es positiva porque lograron resolver varias de sus inquietudes.

No obstante, otra parte de la población del mismo sector, que vive en zonas donde la influencia no será tan directa, se siente inconforme, pues desconoce detalles acerca de las obras en su barrio.

Ramona Mena, quien vive 36 años en El Calzado, comentó que la socialización debería ser con todos los moradores del barrio. “Una de las inquietudes que ronda mi mente es cómo afectará la construcción al transporte público. Por ejemplo, me gustaría saber si se cambiará el sentido de circulación de las calles, si se modificará el lugar de las paradas, etc.”, dijo.

Así mismo, José Naranjo mencionó que no conocía sobre la construcción de la parada en el sector. Y añadió que una de las incógnitas que rondan su mente es cuánto podrán resistir las casas, pues algunas edificaciones del barrio tienen varios años de haber sido edificadas.

“Espero que los promotores del Metro también conversen con los demás vecinos”, mencionó.

Tropiezos de la Fase II del Metro

La Fase I del Metro de Quito contempló la construcción de las estaciones multimodales El Labrador (al norte) y La Magdalena (al sur), en las que se invirtieron $ 64,8 millones para su emplazamiento.

Aunque la idea inicial era aprovechar inmediatamente luego de su construcción las estructuras en superficie, únicamente se encuentra en funcionamiento la parte multimodal de la parada sur, mientras que la otra permanece en espera.

De acuerdo con los planes de la pasada administración municipal, el consorcio constructor de la Fase II debió ser seleccionado en mayo de 2014 y los trabajos debían arrancar en junio de ese año.

No obstante, el proceso ha atravesado varios obstáculos. El primero fue cuando se abrieron las ofertas de los 4 grupos empresariales acreditados para participar en la licitación.

El procedimiento reveló que todas las propuestas superaban la previsión inicial de costo de la construcción de la segunda fase y cuyo presupuesto referencial se había establecido en alrededor de $ 1.100 millones.

La oferta más baja fue la presentada por el consorcio Acciona-Odebrecht, que superó en $ 490 millones el presupuesto referencial.

Tras ello, la Alcaldía inició un tortuoso proceso de búsqueda de recursos para solventar la brecha presupuestaria generada.

Este incluyó la presentación de un proyecto al Gobierno Nacional, en el que se le planteaba que este financie los costos adicionales.

Ante la negativa frente a la propuesta (el Ejecutivo ya aporta de manera directa $ 750 millones), el Cabildo asumió el costo extra, a través de la contratación de préstamos adicionales con los multilaterales que apoyan el proyecto desde el principio: Corporación Andina de Fomento (CAF), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).

El Municipio ya entregó el anticipo del 17% del costo de la fase 2, equivalente a $ 262 millones.

Según la planificación, el Metro irá a una profundidad promedio de 26 metros, con excepción de la parada bajo la plaza de San Francisco, en el Centro Histórico, donde la excavación será a mayor profundidad, por un tema de protección al patrimonio de la ciudad.

Durante la firma del contrato para la línea 1 del Metro con los representantes de Acciona-Odebrecht, en diciembre pasado, el alcalde Mauricio Rodas señaló que en el transcurso del año se presentaría el cronograma de actividades, un requerimiento necesario para cumplimiento del tiempo estimado de la ejecución de la obra.

La Fase II del Metro de Quito contempla la construcción del túnel de 22 kilómetros, de 13 paradas intermedias, los talleres, garajes y centro de control.

El tiempo de viaje desde la estación sur en Quitumbe, hasta el Labrador será de 34 minutos.

El proyecto contará con 18 trenes de 6 vagones, que podrán transportar inicialmente 400 mil personas cada día. La idea es que 9 de cada 10 ciudadanos tendrán acceso a este sistema de movilidad.

El pasaje será unificado ($ 0,45), pues el Metro se convertirá en la columna vertebral de la movilidad de la ciudad y tendrá conexiones con los corredores que dependen de la Municipalidad además del transporte convencional.

Para ello, el Municipio trabaja en el la consolidación del sistema de caja común con el transporte público, procedimiento que empezó a aplicarse a finales de 2013, en la administración de Augusto Barrera.

Proceso de ejecución

El tiempo previsto para la conclusión de la obra es de 36 meses, más 6 meses adicionales para el período de pruebas. La adición de los 6 meses de prueba al proceso constructivo fue aprobado por la actual Alcaldía.

El 19 de enero pasado, el alcalde Rodas protagonizó el arranque de las obras preliminares del Metro en el sector de Quitumbe.

Sin embargo, hasta el momento no se ha protocolizado el contrato, no se ha firmado la orden de inicio de obras ni se ha hecho público el cronograma de trabajos.

Así lo reconocieron Rodas y Anderson el miércoles pasado durante una sesión extraordinaria del Concejo Metropolitano.

Para el concejal Jorge Albán, coordinador del bloque de Alianza PAIS (AP), esta situación implica demoras. “No contamos con procesos como la protocolarización del contrato, que significa notarizar el documento y elevarlo a documento público. Tampoco se tiene el acta de inicio de la obra; con este documento se da inicio formal a la construcción de la obra, pues a partir de esa fecha exacta se cuenta el plazo de construcción del contrato. El anuncio que hizo el Alcalde, en Quitumbe no es el inicio de obra”, dijo.

Con respecto a este tema, Rodas señaló el miércoles que hay un plazo de 6 meses para la firma del acta de inicio de obra tras la suscripción del contrato (26 de noviembre).

Esto significa que la Alcaldía capitalina podría ejecutar este procedimiento legal hasta finales de abril, con lo que recién entonces empezaría a correr el período de 42 meses.

El gerente de la Empresa Metro de Quito dijo que el documento no se suscribe porque se estarían realizando trabajos de optimización de la obra, entre ellos la readecuación de los diseños de las paradas. (I)

Datos

El Metro de Quito generaría 5 mil puestos de trabajo directos y 15 mil indirectos relacionados con servicios como alimentación, movilización, etc.

Unos $ 7,5 millones, según cifras oficiales, se invertirán en las obras preliminares de la Fase II del Metro de Quito, cuyo arranque fue anunciado en el sector de Quitumbe (al sur de la capital).

El monto requerido para la implementación de los elementos eléctricos y de recaudación se calcula en cerca de $ 50 millones. Esta cifra es exhibida por la Alcaldía como rebaja obtenida durante la etapa de negociación.

No obstante, lo que se hizo fue sacar esos elementos del contrato con el constructor y entregarlos a la Empresa Eléctrica Quito y a un socio privado por definir la recaudación.

Según el estudio técnico del trazado del Metro, en la implantación de la Primera Línea, este sistema pasará sobre o bajo 14 quebradas de la ciudad.

Las obras en el barrio La Jipijapa arrancarían el próximo jueves



El Concejo Metropolitano recibió el miércoles, en sesión extraordinaria, a Mauricio Anderson, gerente del Metro de Quito, quien habló sobre los avances de la obra de Fase II del Metro de Quito.

Se le preguntó si se firmó o no el acta de inicio de la obra y si el contrato ya fue protocolizado.

Anderson dijo que estos procedimientos no se han realizado porque la entidad municipal está ejecutando un trabajo de optimización de los diseños del proyecto.

Este procedimiento fue ideado por la Alcaldía pasada, en 2012, como una forma de ahorrar recursos.

El funcionario ejemplificó la optimización con el rediseño de la parada de la av. Morán Valverde y el redireccionamiento del trayecto del túnel en el sector de Solanda. Añadió que el procedimiento analiza una respuesta frente a la situación geológica en la zona de El Calzado, puesto que en este barrio el terreno es de característica freática (con alto contenido de agua en el subsuelo).

Anderson señaló que el trabajo de optimización lo efectúa la empresa GMQ, contratada para gerenciar el proceso de construcción de parte de la Alcaldía
Frente los reclamos sobre por qué no se efectuó la optimización con antelación, a fin de abaratar los costos de la obra, el alcalde Rodas indicó: “Antes de la adjudicación no había certeza del proyecto. Las optimizaciones no se podían plantear antes porque se requería ese contrato complementario que, a su vez, se tenia que suscribir después de la adjudicación. Antes de la adjudicación no se tenía certeza de que se realizara el proyecto [...] Cuando se concreta este proceso se logra firmar el contrato complementario para el desarrollo de las optimizaciones; antes era imposible”.

De igual manera, Rodas dijo que la importancia de esperar —días o semanas— tanto la firma del acta de inicio de obra como la de protocolarización del contrato radica en la relevancia de las optimizaciones.

“Que se espere unos días más, unas semanas más para darle mejorías técnicas al proyecto, de tal forma que el plazo máximo, que es el 27 de abril, se suscriba el acta de inicio de obras ya teniendo las optimizaciones incluidas en el diseño final”, señaló el Burgomestre.

Ni Rodas ni Anderson supieron decir cuánto se podría ahorrar con el proceso de optimización.

Una de las dudas que surgió en la bancada de los concejales de Alianza PAIS e independientes sobre este tema fue ¿por qué se comenzó a trabajar en la remoción de tierras en Quitumbe, cuando el acta de inicio de obras aún no está firmada?

Rodas señaló que esta decisión fue tomada porque, con el pago de los$ 261 millones del anticipo, la Alcaldía exigió a la empresa contratista que empezara con la obra en Quitumbe.

“Valía la pena exigir al consorcio que inicie las obras”, aseguró.

Otra de las sorpresas que Rodas expuso en la sala del Concejo fue que existe la posibilidad de que una tercera tuneladora sea parte del proceso de excavación del túnel del sistema de transporte.

Anabel Hermosa, concejala de AP, preguntó al Alcalde ¿cuál sería el costo el costo extra del proyecto con la utilización de una nueva tuneladora?

Rodas mencionó que la propuesta del consorcio, con respecto a una posible, incorporación de una tercera tuneladora fue presentada hace pocos días.

“Por tanto, al momento, es físicamente imposible establecer si en efecto se va incorporar o no una tercera tuneladora; tampoco podemos conocer, al momento, cuál será el impacto de reducción de tiempo o de costos. Pero el argumento que ha planteado el consorcio sobre esta propuesta tiene que ver con términos de optimización del proyecto, sobre todo en el área de seguridad”, dijo.

Como parte de los avances de la obra, Anderson mencionó que los trabajos en los barrios empezarán en marzo y abril.

El primer sector de la ciudad que sería intervenido es la Jipijapa (al norte).

El funcionario señaló que a partir del 3 marzo se intervendrá el parque Isla Tortuga, ubicado en la av. Amazonas y Tomás de Berlanga. Dijo que se retirará el puente peatonal que existe en el lugar.

Así mismo, se realizará un corte en la ciclovía de la av. Amazonas, que durará hasta la finalización de la obra.

Hasta el 27 de abril, la empresa Metro de Quito, conjuntamente con otras instituciones públicas y privadas, reubicará los servicios que podrían resultar afectados como agua, luz, telefonía celular, etc.

A partir del 17 de marzo, hasta el 2 de mayo, se realizará un corte en el tránsito de la av. Amazonas; esto implica desvíos que ya habrían sido analizados por la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), pero que los ciudadanos todavía desconocen.

Según Anderson, la reapertura de la av. Amazonas, en sentido norte-sur y viceversa, ocurrirá el 15 de octubre de este año. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media