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El Telégrafo
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A los habitantes de las parroquias surorientales y del cantón rumiñahui les toma alrededor de una hora llegar a la ciudad

La conexión con Los Chillos es un problema

Largas filas se forman en la avenida Velasco Ibarra, en dirección sur-norte, todas las mañanas con vehículos que provienen de Los Chillos y el sur capitalino. Foto: John Guevara/ El Telégrafo.
Largas filas se forman en la avenida Velasco Ibarra, en dirección sur-norte, todas las mañanas con vehículos que provienen de Los Chillos y el sur capitalino. Foto: John Guevara/ El Telégrafo.
20 de octubre de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

Los moradores del Valle de Los Chillos soportan a diario la congestión vehicular que se genera en la avenida General Rumiñahui durante las llamadas horas pico.

Desde el amanecer, por ejemplo, centenas de automotores recorren la autopista a menos de 20 kilómetros por hora, hasta llegar al sector de El Trébol (en el centro sur de la ciudad). El embotellamiento se inicia cerca del peaje y se extiende hasta el Coliseo General Rumiñahui. En muchos casos, a los ciudadanos les toma hasta una hora recorrer ese tramo del distrito.

De acuerdo con datos del Municipio del cantón Rumiñahui, por la vía General Rumiñahui circulan diariamente unos 60 mil automotores, la mayor parte de ellos de 06:00 a 08:30 y entre 17:30 y 20:00.

“Trabajo cerca de la Universidad Católica. Desde mi casa (en Capelo) hasta mi trabajo me demoro 1h20m, a pesar de que existe contraflujo en la av. Oriental (Velasco Ibarra). El tráfico persiste. Creo que uno de los problemas es la confusión que generan algunos agentes de tránsito. Me parece que también influye en los problemas que la población en los valles y Monjas ha crecido en los últimos años y el sistema vial no alcanza a cubrir nuestras necesidades”, comentó Daniel Hinojosa.

Por su parte, Jaime Lazo, quien vive en el sector de San Rafael, opinó que es necesario potenciar el transporte público que sirve tanto a Los Chillos como a los otros valles circundantes del Distrito Metropolitano de Quito.

Una salida en camino

Un proyecto que dejó en carpeta la pasada administración municipal y con el que se busca dar solución al tráfico que soporta la autopista al valle es la construcción de una conexión vial entre Monjas y el barrio La Vicentina.

El proyecto forma parte del convenio de cooperación que suscribieron el alcalde Mauricio Rodas y el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja, hace unos días.

“Para nosotros es fundamental darle salida al problema del Valle de Los Chillos, ese nudo que se provoca en El Trébol”, señaló durante el acto de suscripción el prefecto Baroja.

La variante, según el plan inicial, empezará con un viaducto subterráneo de alrededor de 1 km en algún punto de la avenida Simón Bolívar, cerca de la autopista General Rumiñahui. Ese túnel desembocará en el sector de Monjas, desde donde se construirá un puente de 500 metros sobre el cauce del Machángara, el cual empatará con un nuevo túnel (600 m) que terminará cerca de la avenida 6 de Diciembre, en los alrededores del parque El Arbolito.

El Ministerio de Finanzas y el Banco del Estado (BdE) comprometieron recursos a inicios de año para los estudios de ingeniería definitiva.

Su construcción podría tomar un par de años.

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