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El cabildo pretende que la capital se expanda de manera vertical

La ciudad sigue creciendo hacia sus costados

El barrio San Alfonso se encuentra ubicado en una parte de la zona de protección del Pichincha.
El barrio San Alfonso se encuentra ubicado en una parte de la zona de protección del Pichincha.
Fernando Sandoval / El Telégrafo
07 de mayo de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

Los integrantes de la Comisión de Uso del Suelo del Concejo Metropolitano determinaron en una reciente inspección que en el sur de la ciudad se venden lotes en áreas protegidas del volcán Pichincha y del cerro Atacazo. Eduardo del Pozo (Creo), presidente de la comisión, aseguró que el tema les preocupó puesto que muestra falta de control por parte de la Alcaldía y podría significar nuevos casos de tráfico de tierras y la creación de barrios irregulares, algo que se está tratando de impedir desde administraciones pasadas.

Del Pozo dijo que la instancia legislativa capitalina desconoce con exactitud el número de asentamientos que sobrepasarían los límites de expansión urbana establecidos durante la administración anterior. Por ello, aseguró el representante de Creo, solicitaron a la Agencia Metropolitana de Control (AMT) y a la Unidad Regula Tu Barrio un informe al respecto.

El edil calcula que el nivel de consolidación de algunos de esos sitios superaría los 10 años. El crecimiento desordenado de la ciudad se inició en la década de 1970, cuando la población urbana creció exponencialmente a consecuencia de la migración interna y los nuevos habitantes reclamaron espacios de vivienda.

Un ejemplo de ello fue el surgimiento de barrios como Atucucho, Pisulí, La Roldós, el Camal Metropolitano, Altos de Chillogallo, entre otros, que se desarrollaron sin contar con planos ni aprobación municipal. Esta situación generó la expansión de la mancha urbana encareciendo, por un lado, la provisión de servicios a la ciudadanía al tener que extender por kilómetros las redes eléctricas, tuberías de distribución de agua, de expulsión de aguas servidas, el sistema de recolección de basura, etc.

En 2013, el Municipio colocó postes de hormigón con el objetivo de delimitar la zona urbana. Hacia el norte se avanzó unos 6 kilómetros (km) y al sur 14 km. Además, los nuevos asentamientos surgidos desde hace 40 años ocuparon, en muchos casos, áreas de protección ecológica.

Por ello, y como parte de la solución al problema del crecimiento urbano desordenado, se estableció el proyecto Parque Pichincha. La iniciativa prohíbe futuras construcciones en una zona que abarcaría cerca de 10 mil hectáreas. No obstante, según el Programa de Saneamiento Ambiental de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), Quito ha perdido desde hace 15 años 2.500 hectáreas (ha) de las 12 mil ha que formaban parte del Pichincha y el Atacazo, que en 1983 fueron declaradas como zonas protegidas.

Ello, a pesar de que en el año 2010, el Concejo Metropolitano declaró como Patrimonio Natural, Histórico y Paisajístico a las laderas de esos macizos. En 2011, se aprobó el Plan Metropolitano de Ordenamiento Territorial 2012-2022 en el que se establecieron los límites hasta los que podía crecer la ciudad de forma horizontal y que se pretendían que fueren definitivos. No obstante, nuevos asentamientos estarían apareciendo, según sospechan los miembros de la citada Comisión de Uso del Suelo.

El barrio El Rancho (sur) es un ejemplo. En el sector habitan 12 familias desde hace más de 6 años. El sector se asienta en las laderas del Pichincha; 5 minutos antes de llegar, hay una placa que establece que hasta allí llega el limite urbano.

Julio Arpi, presidente de El Rancho, comentó que hace 8 meses ingresó los documentos para buscar la regularización de la zona a la Administración Zonal Quitumbe. “Sabemos que estamos en una zona de protección, pero somos quiteños; necesitamos vivir con dignidad”, dijo el directivo al tiempo de exigir obras para el sector.

Uso y ocupación del suelo

Luisa Maldonado, concejala por Alianza PAIS (AP), dijo que el proyecto de control de la mancha urbana no ha sido tomado en cuenta en esta alcaldía. “Es importante la limitación urbana (...) Nos hemos topado con barrios nuevos que tienen entre 3 y 6 años. Los informes técnicos que hemos solicitado son fundamentales porque si estos determinan que esos asentamientos no afectan áreas ecológicas, se pueden incorporar a las regularizaciones. Pero si es lo contrario u ocupan zonas consideradas de riesgo, deben ser relocalizados necesariamente”.

Maldonado añadió que otro problema relacionado es que el Cabildo no ha avanzado desde 2014 en proyectos de vivienda social, lo que limita la capacidad del gobierno capitalino de ofrecer alternativas de reubicación a los quiteños que lo requieren.

Cada 5 años, el Municipio revisa y reforma el Plan de Uso y Ocupación del Suelo (PUOS), que es el instrumento que fija parámetros, regulaciones y normas específicas sobre este tema. Este determina la organización y desarrollo territorial con base en lo que se establece en el Plan General de Desarrollo Territorial.

Desde hace un mes, la comisión de Territorio, presidida por el concejal Eduardo del Pozo (Creo), analiza la normativa con el fin de mejorarla, pues la tendencia para los próximos años es acentuar el crecimiento vertical iniciado hace un lustro aproximadamente.

Del Pozo indicó que el nuevo PUOS está próximo a ser discutido en el Concejo Metropolitano. Mencionó que no se está cambiando los actuales límites urbanos de Quito, sino que se están promoviendo densificaciones en centralidades de la ciudad que deberán crecer en altura. El edil dijo que se mantiene el límite de áreas protegidas y que se incorporaría como tales a las parroquias Pacto, Nanegalito y Gualea. (I)

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