El comercio autónomo no cuenta con reglas claras

La regularización del comercio autónomo lleva 2 años sin resolverse. Por ello, asociaciones de vendedores callejeros piden al Municipio que arranquen los talleres de capacitación que les permita obtener permisos de trabajo. Aseguran que desde diciembre de 2015, el Cabildo no da paso a este proceso, requisito previo a la legalización del trabajo informal.

Un estudio realizado por la Agencia de Coordinación Distrital de Comercio (ACDC) durante la administración municipal anterior establecía que en Quito existían 12 mil comerciantes autónomos. De este grupo la administración de Mauricio Rodas regularizó, en 2015, a 4.658 comerciantes. Sin embargo, no cuenta con un censo actualizado del número de vendedores.

Una de las resoluciones adoptadas por la alcaldía de Mauricio Rodas en este año fue que los permisos emitidos en 2015 serían válidos durante este año. Víctor Sánchez, representante de la Federación de Comerciantes Minoristas de Pichincha (Fedecomip), señaló que esta medida irrespeta el artículo 26 de la Ordenanza 280.

Sánchez comentó que las promesas del alcalde Rodas se quedaron solo en ello. Aseguró que, hasta el momento, no se han establecido acuerdos concretos. “Los comerciantes pasamos de la expectativa al desencanto, puesto que todos los ofrecimientos del Alcalde a nosotros no se han cumplido (...). La visión del Alcalde responde a una visión que favorece al comercio minorista, responde a cálculo electoral. Esta administración no responde a una planificación estratégica, es una gestión pública mediocre”, dijo Sánchez.

Pese a ello, los comerciantes minoristas dicen que se mantendrán en las mesas de diálogo con la Alcaldía. La próxima semana se reunirán varias asociaciones con el fin de establecer una nueva agenda de temas y de no obtener respuestas no descartan movilizaciones.

Entre tanto, el comercio informal se toma algunas calles de Quito. Las noches de los fines de semana, por ejemplo, un gran número de vendedores coloca su mercadería en la av. Lizardo Ruiz, en Cotocollao (norte). Algo similar ocurre en el Centro Histórico, en la av. Mariana de Jesús y en los alrededores de los mercados de la ciudad.

Como contraparte, los vendedores informales son víctimas de las agresiones de los policías metropolitanos. El pasado 13 de abril circuló en las redes sociales un video en el que se observaba agresiones por parte de uniformados. El Cabildo, se defendió asegurando que las acciones no correspondían a la política municipal.

Soledad Benítez, concejal de Alianza PAIS (AP) y presidenta de la Comisión de Comercialización, mencionó que representantes de Conquito, institución que realizó las capacitaciones a los comerciantes el año pasado, sostuvieron que la Agencia de Control Distrital de Comercio (ACDC) rompió el convenio. Por ello se pensaría efectuar una consultoría sobre los talleres.

“No existe una propuesta de regularización para este año. Quieren realizar una consultoría, pero existe una restricción por la crisis. (...). Las condiciones precarias que enfrentan los comerciantes autónomos son visibles para todos (...). Parte del problema es el clientelismo; los comerciantes fueron objeto para que la actual administración gane votos, esto provocó privilegios para un grupo, mientras excluye a otros”, dijo Benítez.

Hace 2 semanas, Rodas visitó el Centro de Comercio de La Michelena (sur), obra que tiene 2 años de retraso. Según voceros de la Administración Zonal Eloy Alfaro, los vendedores podrían abandonar la calle y trasladarse al nuevo centro este mes.

Mientras tanto, en el Centro de Comercio del Comité del Pueblo (norte), inaugurado en noviembre pasado, los problemas no terminan. El 19 de mayo, Gloria Cruz, representante de los comerciantes del lugar, envió una carta al Alcalde capitalino solicitándole la fiscalización de la obra, que se elimine el pago por servicios básicos hasta que mejore su situación económica y más publicidad del sitio. También solicitan la hoja de ruta del proyecto Bulevar sobre la av. Jorge Garcés.

Decisiones de ida y de venida

En diferentes calles de la ciudad han proliferado en los últimos meses vendedores informales de jugo de naranja. Tras ello, funcionarios municipales criticaron las condiciones de salubridad con que trabajan los ‘jugueros’ e incluso se los acusó de pertenecer a una supuesta mafia liderada por ciudadanos peruanos.

Semanas después, no obstante, los vendedores de jugo asistieron a una capacitación convocada por el propio Municipio y se les entregaron 600 autorizaciones provisionales de trabajo. Ante ello, comerciantes que llevan décadas como trabajadores autónomos reclaman y piden un trato equitativo de parte del Municipio.

María Quintana, vendedora en el Centro Histórico, comentó que ella junto a sus compañeros han “luchado” muchos años por obtener sus permisos de trabajo y no comprenden la actitud de las autoridades al entregar “de la noche a la mañana” permisos. (I)