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Los capitalinos consideran que las construcciones aumentan el tráfico

El 76,5% de lectores no aprueba nuevas paradas

El 76,5% de lectores no aprueba nuevas paradas
Foto: Mario Egas / EL TELÉGRAFO
04 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

La Alcaldía de Quito preveía concluir la reconstrucción de 44 paradas del sistema Trolebús el primer trimestre de este año. En un boletín de prensa del 14 de octubre de 2015, el Cabildo señaló: “Se espera terminar, en su totalidad, el proyecto en el primer trimestre de 2016”.

Sin embargo, hasta el 31 de marzo, los trabajos en las paradas -que se construyen en la avenida 10 de Agosto- continúan. Por ejemplo, las estructuras aún no terminaban de levantarse en las estaciones de la calle Villalengua (sector Iñaquito) y 18 de Septiembre (Patria). En estos lugares, grandes telas verdes cercan la zona de construcción. Esto provoca el cierre de vías, en algunos casos, y su reducción, en otros, contribuyendo a crear congestión.

María Ontaneda (29 años) señaló que el tráfico aumentó desde que empezaron los trabajos en la principal arteria, que conecta al norte con el centro y el sur de la urbe. La ciudadana comentó que la congestión es mayor en ‘horas pico’ (de 07:00 a 09:00 y de 16:30 a 19:00) en sectores como El Labrador, la Colón, Patria, Iñaquito, Mariana de Jesús, entre otros. “Se vuelve un cuello de botella. Circular toma cerca de una hora por esos sectores”, se quejó Ontaneda, quien cree que la construcción de las nuevas paradas es un gasto innecesario de la administración del alcalde Mauricio Rodas.

Del lunes 28 de marzo hasta el viernes 1 de abril, EL TELÉGRAFO planteó una encuesta a los ciudadanos, en la que se consultó: ¿Está de acuerdo con la inversión del Municipio en la construcción de las nuevas paradas del Trolebús? En la encuesta participaron 1.023 lectores; de ellos, 783 personas (76,5%) dijeron no estar de acuerdo con la inversión. Frente a 240 lectores (23,5%) que aseguraron estar satisfechos.

Henry Caiza, por ejemplo, opinó que la construcción de las paradas no es una obra prioritaria. Dijo que hay otras necesidades, como el taponamiento de baches que se reflejan en las avenidas en mal estado. Caiza cree que invertir en nuevas estaciones no era necesario, “porque se encontraban en buen estado y todavía funcionaban”.

Para Wilson Quila, otro ciudadano, las paradas no debieron cambiarse en “función de que llegan o salen alcaldes”. “No está bien gastar tanto dinero, más aún en época de crisis (...) Si hay que mejorarlas que lo hagan pero que no las destruyan”, expresó el ciudadano.

El criterio fue compartido por Víctor Ruiz, quien dijo que solo se debió invertir en las paradas destruidas. “¿Cómo se le ocurre hacer al Alcalde esta inversión?; es inconsecuente con el pueblo en esta época de crisis”.

María Soledad Rosero tampoco está de acuerdo con esta construcción. “Faltan obras en los barrios. Se están hundiendo, hay quebradas que se deben limpiar, eso es lo que se necesita. La ciudad está saturada de tanto carro. Podrían haber acomodado las paradas, pero no botarlas y volver a construirlas incomodando a la ciudadanía”.

Para Andrea Suárez, moradora de La Vicentina Baja, la construcción de las nuevas paradas “causa un desorden en la ciudad”. “El hecho de que haya nuevas paradas no solucionará la aglomeración en el Trolebús. No hay lógica en planificar las cosas. El Alcalde no mira en dónde se necesita más acción”. El gobierno local tiene previsto invertir $ 13 millones en esto.

En espera de los biarticulados

En octubre pasado, la gerenta de la empresa de Transporte de Pasajeros municipal, Alexandra Pérez, explicó el punto de vista del Cabildo. Dijo que el Trolebús moviliza unos 260.000 pasajeros por día y que “luego de 20 años era necesario reconstruir sus paradas para que sean inclusivas, modernas y estéticas, acordes al desarrollo de la ciudad”.

Así mismo, el alcalde Mauricio Rodas ha añadido en diversas ocasiones que era necesario remodelar las paradas para que puedan operar los 80 buses biarticulados que están siendo adquiridos con una inversión de $ 33,4 millones.

Las nuevas unidades tendrán 27 metros de largo y capacidad para 250 personas. Lo que no está claro es por qué fue necesario derrocar totalmente las anteriores para construir las nuevas desde 0. La llegada de los biarticulados se prevé para junio. No obstante, el concejal Carlos Páez (Alianza PAIS) ha señalado que, a pesar del anuncio de adjudicación, el contrato no se ha firmado aún. (I)

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