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El Telégrafo
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Los peatones causan el 90% de siniestros en los que están involucrados

El 5% de los accidentes son culpa del peatón

Esta mujer atraviesa la av. de La República en medio de los autos, a pesar de llevar a su hijo en las espaldas. Foto: Daniel Molineros/ El Telégrafo
Esta mujer atraviesa la av. de La República en medio de los autos, a pesar de llevar a su hijo en las espaldas. Foto: Daniel Molineros/ El Telégrafo
09 de agosto de 2015 - 00:00

A las 07:15 del 24 de julio, Cecilia Tello intentaba cruzar la avenida Mariscal Sucre a la altura de la calle Flavio Alfaro (al norte de Quito) en dirección a San Carlos. Tomada de su mano derecha llevaba a su hija Gabriela, de 4 años.

A esa hora, el flujo de vehículos era constante y la pareja hizo 4 o 5 intentos antes de atravesar el carril norte-sur y 2 o 3 más para cruzar la otra mitad de la autopista.

Esto ocurrió a 10 metros del paso peatonal construido en el sitio hace aproximadamente 35 años. Al preguntarle a la mujer por qué no usaba el puente elevado, se limitó a decir: “Estoy apurada”.

Cincuenta minutos más tarde, en el cruce de las avenidas Amazonas y Eloy Alfaro (en el centro-norte), una decena de transeúntes se aglomeraba en la zona de seguridad.

Con el semáforo en verde, un par de ellos aprovechó una intermitencia en el paso de automotores y, a la carrera, atravesó la avenida en dirección al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

Un agente civil de tránsito municipal observó lo ocurrido, pero no hizo nada. Esto a pesar de que el Código Orgánico Integral Penal (Coip) establece en su artículo 373 que las o los peatones, pasajeros y controladores también pueden tener responsabilidad ante la ley en los accidentes de tránsito.

El artículo determina que en esos casos, el responsable “será sancionado con las penas previstas en los artículos correspondientes, según las circunstancias de la infracción, a excepción de la pérdida de puntos que se aplica en forma exclusiva a las o los conductores infractores”.

Además, en el artículo 398 se estipulan las contravenciones de tránsito de séptima clase: La sanción para la o el peatón que no transite por las aceras o sitios de seguridad destinados para el efecto es del 5% de un salario básico unificado del trabajador general ($ 17,5 en la actualidad)”.

De acuerdo con las estadísticas que maneja la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), cerca del 5% de los accidentes de tránsito que suceden en el país se originan por la imprudencia de los peatones.

Por ejemplo, de los 17.492 siniestros viales ocurridos entre enero y junio de este año, el 3,92% (685) sucedió porque los causantes no transitaban por la acera o zona de seguridad. El 0,67% (117) se produjo porque los peatones cruzaron la calzada sin respetar la señalización (semáforos o indicaciones manuales de los agentes). Y el 0,23% (40) se debió a que los responsables caminaban bajo la influencia de alcohol, sustancias estupefacientes o medicamentos.

Del mismo modo, según el Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (Siat), en los percances en los que están involucrados peatones, la responsabilidad, en el 90% de los casos, le corresponde a estos.

En la mayoría de los casos, sin embargo, básicamente se culpabiliza de los siniestros viales a los conductores.

Una situación de este tipo la vivió, en febrero anterior, William Merino, chofer del vehículo de una fábrica de helados ubicada al sur de la ciudad.  

Merino contó que retornaba de dejar un pedido en la zona de El Camal y mientras circulaba por la avenida Rodrigo de Chávez hacia el occidente, un muchacho se cruzó de imprevisto. El repartidor intentó frenar el pequeño camión, pero terminó golpeando al transeúnte.

El chico, un estudiante del colegio Central Técnico que realizaba prácticas en un almacén de material eléctrico de la zona, resultó con una contusión y algunos golpes.

Merino, que se detuvo para auxiliarlo, fue detenido y permaneció así mientras el menor de edad era atendido en una clínica cercana y se verificaba que no corría peligro.

Según el conductor, los agentes le dijeron que procedían de esa forma a pesar de que los testigos corroboraron que la culpa era del muchacho porque se estila de esa manera.

Aunque la imprudencia del peatón es la causa de muchos accidentes de tránsito, algunos ciudadanos consideran que otro factor que incide para que ocurran tiene que ver con la falta de señalización y obras que faciliten la circulación a pie en la ciudad.

Un ejemplo de ello ocurre en la misma avenida Mariscal Sucre, a la altura de la urbanización San Fernando, al norte de Quito. Allí, quienes cruzan la vía caminando en dirección al sector de La Florida o incluso a la propia ciudadela San Fernando y La Florida Alta, deben hacerlo sorteando el tráfico.

Esto es particularmente difícil durante las horas pico (de 07:30 a 09:00 y de 17:30 a 19:00), cuando el flujo de automotores es prácticamente interminable.

Entonces, las personas se arriesgan a atravesar la autopista en medio de frenazos, pitos e incluso insultos que profieren algunos conductores. Son muy pocos los que se detienen de manera intencional y frenan para permitir su paso.

No obstante, la situación tampoco es fácil en otros instantes del día, cuando los ciudadanos que manejan imprimen altas velocidades a los automotores aprovechando la libertad de circulación que tienen en dichos momentos.

Carlos Ávila, vecino de La Florida Alta, señala que los pasos peatonales más cercanos se encuentran a más de un kilómetro de ese punto. “Hacia el norte, el último paso es el que está a la altura del barrio La Pulida; es más, ahí hay 2 seguidos, pues hay otro al principio de San Carlos. Para el sur, el más cercano está al llegar a Cochapamba. Ahí también hay 2, el siguiente es el del Colegio Intisana”, dice Ávila.

Este enfermero afirma que ya es hora de que se coloquen puentes peatonales en ese tramo de la Mariscal Sucre de unos 4 km a los que describe como “desprotegidos”. (I)

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