Acceso a áreas peatonales del centro de Quito se maneja electrónicamente
Blanca Argüello, habitante del sector La Chilena, centro de Quito, tiene claro su apoyo a la creación de zonas peatonales. La mujer dice que el ruido y la contaminación derivados del tráfico en el casco colonial capitalino son insoportables. “Solo los domingos hay algo de paz, porque hasta los sábados la carreada es increíble”.
Por ello, está de acuerdo con la peatonalización emprendida desde el año pasado por el Municipio en tres calles de la zona. La posición de Argüello es radical y sostiene que debería restringirse el acceso de carros y permitir únicamente el tránsito de vehículos eléctricos.
El alcalde Mauricio Rodas anunció en 2017 la adquisición de una flota municipal de transporte impulsada por energía no contaminante.
El 9 de agosto pasado, el Concejo aprobó la contratación de un crédito de $ 32,8 millones para la compra de 50 trolebuses y 20 buses articulados eléctricos. Sin embargo, luego de varios retrasos, el Alcalde anunció a inicios de este año que delegará la adquisición a su sucesor.
Entre tanto, culminaron los trabajos de peatonalización de las calles García Moreno, Chile y Venezuela.
Según información municipal, el acceso a las zonas en donde el paso de carros está restringido se controla con la instalación de bolardos o cilindros electrónicos en seis intersecciones.
Los bolardos se ocultan bajo tierra cuando un vehículo que porta una tarjeta un adhesivo provistos de un código electrónico pasa cerca de las máquinas lectoras instaladas allí.
Se entregaron 28 de esos salvoconductos a vecinos de las áreas peatonalizadas que poseen carros y a vehículos de la Presidencia y Vicepresidencia de la República. Sin embargo, no todos los ocupantes del área intervenida están contentos.
Víctor Anatoa, empleado de Importadora Super Mart, dice que ellos no tienen pase electrónico y que la descarga de la mercadería que venden se hace lejos del local, con lo que se dificulta su traslado. (I)