Esta semana se desarrolla el Foro Económico Mundial de Davos 2019. El evento, que integra a representantes de los sectores público y privado, convoca a más de tres mil asistentes para proponer soluciones globales a problemáticas relacionadas con la arquitectura económica mundial, el cambio climático, y el empleo del futuro.

Para la agenda de este año, se ha establecido como tema central la Globalización 4.0 y su impacto en las diversas esferas que atañen a la convivencia social.

El reto de Davos 2019 es diseñar una estructura de cooperación económica internacional que permita distribuir los beneficios de la industria 4.0 entre todos los ciudadanos globales.

En ese sentido es necesario reconocer que los modelos de negocio actuales han abierto, aún más, la brecha de desigualdad económica. Asimismo, el desarrollo tecnológico a partir de la inteligencia artificial (AI) y la migración de servicios a nivel mundial, han expulsado a millones de trabajadores del mercado laboral. Por eso es importante reflexionar sobre una nueva economía mundial que se adapte a la rápida transformación tecnológica y que logre integrar a los ciudadanos a los empleos del futuro.

Ecuador no es ajeno a estas transformaciones globales y nuestros representantes deberían saberlo. Lamentablemente, el sentido común del país reproduce discursos binarios obsoletos en torno al ilusorio tamaño del Estado o la valoración de un proceso de globalización, que hoy, es irreversible.

El mensaje que debería incorporar el gobierno desde Davos, es insertar a Ecuador en la dinámica mundial de la Globalización 4.0, a la generación de políticas públicas que integren a los ecuatorianos a las oportunidades que ofrece esta revolución tecnológica. Esto implica transformar las estructuras de la educación, producción y distribución de recursos, hacia nuevos modelos de negocio que permitan integrar a los más vulnerables del país a los sistemas financiero y de protección social.

El Foro de Davos 2019, y lo que Ecuador pueda traer como reflexión, será muy importante para afrontar las ineludibles consecuencias sociales que trae la Cuarta Revolución Industrial. (O)