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Ecuador, 29 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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El éxito empresarial

¿De qué depende el éxito empresarial? Tal pregunta podría ser la que puede dar el sentido a la película La otra Missy (2020), de Tyler Spindel, disponible en una de las redes de streaming. Esta se constituyó en la primera de la lista de las elecciones de teleadictos en Ecuador, pese a la pandemia. La razón: se trata de una comedia ligera, con el ingrediente de equívocos, meteduras de pata, romance, camino de búsqueda y reconocimiento de potencialidades del personaje central, etc.

La otra Missy, con todo, no es tan simple como parece. Aunque el argumento tiene que ver con un hombre soltero que busca por las redes una pareja, su objetivo también es ascender un puesto más en la empresa donde trabaja. La relación, al principio fortuita y accidentada con dos mujeres, es la que desata todo el embrollo de la película.

Sin embargo, la ocasión para lograr su misión se da en uno de esos viajes empresariales para fortalecer el espíritu de cuerpo. Y la cuestión es esa: el viaje a un complejo turístico demuestra que el mundo de los negocios está manejado por las decisiones de los hombres, en tanto las mujeres son el adorno o el símbolo de que tales hombres tienen una familia. En otras palabras: para el éxito empresarial se necesita de una mujer que acompañe al hombre en sus faenas.

Visto así, La otra Missy es un filme que sustenta el rol de la mujer como figurín. Y como comedia que se precie, la acompañante del protagonista, ese soltero casi sin suerte, resulta ser histriónica, aventurera y rompe cánones –en algo recuerda al psicólogo de Locos de ira o Anger Management (2003) de Peter Segal–. Es decir, es el tipo de mujer que se podría detestar, pero que luego termina siendo, gracias a su picardía, la que logra unir todos los cabos sueltos, la que logra que el jefe reconozca al empleado como alguien potencial.

La otra Missy como comedia no es entonces tan ligera como lo sostuve al inicio. Más bien es un producto elaborado para recordar que el mundo de los negocios también es el de las transacciones sexo-amorosas: para la estabilidad de tal entorno, se debe asegurar que los matrimonios funcionen bien, que las relaciones de pareja en un momento deben equilibrarse, y todo ello para no quebrar la orientación de la empresa. Se puede decir que el discurso de la película es el de un machismo encubierto gracias al entretenimiento, al argumento de burla existencial y al maniqueísmo. (O)

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