En esta fecha los recuerdos se intensifican con más fuerza y no es extraño que a la medianoche en Navidad o cuando llega un nuevo año los sentimientos de tristeza y nostalgia estén a flor de piel.

Puede, durante esta época, haber mayores manifestaciones de enfermedades del ánimo. Como los adultos mayores son quienes se encuentran especialmente en una etapa de cierre del ciclo vital, disfrutando de lo acumulado en experiencia, bienes, trabajo y legados, la Navidad puede ser un momento de profunda introspección respecto de lo vivido y un momento de colocar en la balanza aquello que hemos deseado, lo logrado y lo que realmente poseemos.

También es un momento para evaluar las carencias respecto a lo que los personas mayores han querido tener en esta etapa, algunos se sienten solos, enfermos o con limitaciones físicas y mentales. Debemos tener presente que hay condiciones que aumentan el riesgo de depresión pero no todas las personas la presentan.

Por otra parte, la felicidad resulta de la manera en la cual se vive la vida con sus pros y contras y en la satisfacción que puedan encontrar las personas para suplir sus necesidades, afectivas, de salud, económicas y espirituales, y de la interpretación que cada uno hace de los hechos que le han sucedido durante la vida o en un determinado momento.

Existen en literatura médica, estudios epidemiológicos que revelan que los adultos mayores tienen tasas similares de presentación de cuadros depresivos pero con particularidades tales como, manifestaciones físicas que pueden ir desde lumbagos o dolores abdominales menores a dolores torácicos y cefaleas que pueden confundirse con infartos o accidentes vasculares.

También se ha reportado que los ingresos hospitalarios aumentan en esta época en la cual se mezclan un aumento de síntomas físicos de las personas mayores con la terrible situación en la que algunas familias con ancianos dependientes, o que requieren cuidados en gran cuantía, consideran el hospitalizarlos para aliviar la sobrecarga de los cuidadores en estas fechas de fiestas. Algunos países han desarrollado incluso protocolos y directivas para poder determinar si es adecuado o no el ingreso de las personas mayores a recintos hospitalarios. (O)