De entrada: en el lenguaje popular se le llama ‘tonto útil’ a todo aquel que se deja usar o que conscientemente hace algo que no cuadra ni con sus postulados éticos y menos con su obligación profesional. Pero este no es el caso, porque ir a entrevistar a un prófugo de la justicia, como hicieron en su momento dos actores con ‘El Chapo’ Guzmán, adquiere otras connotaciones.

¿Habría ido la periodista de Teleamazonas o la de Ecuavisa a entrevistar al violador de un niño sin antes o después avisar a la Policía? Pero hay algo más: si un periodista va a una entrevista con alguien que huye de la justicia, que permanece callado más de cuatro meses (¡qué casualidad que hable ahora!) y tiene en su contra pruebas judiciales y no pregunta lo de fondo, entonces bien harían las escuelas de periodismo en tomar este como un estudio de caso.

Un estudio de caso por dos vías: la calidad ética de quienes afrontan un ‘trabajito’ casi por encargo y del cual no se aporta nada (salvo el escándalo que en realidad es lo que cuenta para estos periodistas) y la preparación profesional del trabajo periodístico. Ser concesivo y hasta indulgente con el prófugo de la justicia, del cual se dijo barbaridades mientras no lo tenían enfrente habla pésimo de esas entrevistadoras. Todo indica, además, que ni siquiera estaban empapados del tema, que de petróleo, contratos y peculado solo hablan desde el lugar común y el discurso de la oposición. Ni un solo dato nuevo, cediendo a las gracias y venias del prófugo de la justicia. Eso no es periodismo.

Ya sabemos que no hay periodismo inocente. También que los tres medios enviados al lugar de refugio no son precisamente actores libres e independientes. Pero prestarse para un show político de esta magnitud, donde quizá hay unos banqueros poniendo todo para recuperar el poder político, solo revela la impudicia a la que llegaron, del odio envenenado con que actúan en tiempos electorales y la poca respetabilidad que se dan a sí mismos por favorecer a un candidato.

Y esta ha sido la tónica de los últimos diez años. Y será la de las próximas dos semanas. No importa que las páginas de la historia queden manchadas con una conducta parecida a la de Jorge Lanata que hoy calla ante quien desgobierna un país y lo empobrece. (O)