ONU cumple 70 años, en crisis y con un nuevo pacto mundial por el desarrollo

Las posiciones más controvertidas sobre la ONU señalan que ha fallado en cumplir con sus objetivos fundacionales más importantes: alcanzar la paz, respetar los derechos humanos  y promover el desarrollo. No podemos dejar de estar de acuerdo con esta aseveración. Sin embargo, es el único espacio de entendimiento global con el que contamos. Sin lugar a dudas la organización ha quedado desfasada en sus normas fundacionales. El mundo de 1945 no es el de 2015.

51 estados dieron nacimiento a la organización y ahora son 193 sus miembros. Pero desde su fundación hasta ahora son cinco estados los que deciden los aspectos más importantes de su funcionamiento, todos del norte, excepto China y Rusia. Los demás forman un solo bloque geopolítico -todos sabemos lo que eso significa- Estado Unidos, Reino Unido y Francia.

Ellos y solo ellos pueden decidir si se reforma o no la Carta fundacional, deciden quién es su Secretario General, deciden si se hace la guerra o se opta por la paz. El espacio que ha quedado para el acuerdo global y el entendimiento ha sido el de la agenda de desarrollo y de los derechos humanos, aunque claro, siempre mediado y a veces hasta cooptado por los intereses del norte.

También es prerrogativa exclusiva del Consejo de Seguridad aceptar o rechazar a nuevos miembros dentro de la organización. Actualmente el 80% de los estados han reconocido formalmente al Estado Palestino, pero aun así, este no puede ser miembro pleno de la ONU.

El Consejo de Seguridad examina la solicitud de ingreso de un nuevo Estado y la admisión debe recibir el voto favorable de 9 de los 15 miembros del Consejo, siempre y cuando ninguno de sus cinco miembros permanentes hayan votado en contra de la solicitud. Es decir, siempre y cuando no hayan ejercido su derecho al veto.

Esta semana, en un hecho significativo, la bandera del Estado Palestino fue izada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York luego de que el 10 de septiembre pasado la Asamblea General lo aprobara. Es un hecho simbólico, pero de gran importancia. La iniciativa fue aprobada por 119 Estados, 8 votos en contra y 45 abstenciones. Los países que se opusieron a la resolución fueron Estados Unidos, Israel, Australia, Canadá, Islas Marshall, Micronesia, Palau y Tuvalu. En la misma resolución se aprobó también izar la bandera del Estado del Vaticano, miembro observador de la ONU, al igual que el Estado Palestino. El tema Palestino es una muestra muy clara de las falencias de la organización. Primero no ha sido capaz de resolver el conflicto y la ocupación de Israel. Tampoco puede acoger al Estado Palestino entre sus miembros, porque no existe un procedimiento democrático para ello.

Sin embargo, nuevamente vale señalar que la ONU es el único foro global con el que contamos, y entre sus mecanismos que funcionan, con las limitaciones del caso, está la Asamblea General. Esta semana más de 150 jefes y jefas de Estado y de Gobierno acordaron un nuevo pacto global en favor del desarrollo, esta vez con un enfoque sustentable, prueba de la preocupación global por el deterioro ambiental y de sus posibles consecuencias que la verdad no son muy distintas a las películas de ciencia ficción que vemos con frecuencia.

Luego de 3 años de negociación se adoptaron 17 objetivos que representan una carta de navegación mundial para guiar los esfuerzos de inversión, las políticas públicas y sobre  todo, las decisiones políticas para avanzar hacia un desarrollo basado en el combate a la pobreza y al equilibrio ambiental en los próximos 15 años. Los intereses son tan diversos que los objetivos no llegan a cubrir todos los aspectos sensibles del desarrollo y de la realidad geopolítica, social, económica y ambiental actual. Aún continúan siendo un conjunto de mínimos, pero sin dudas, es un marco mucho más ambicioso que el acordado en la Cumbre del Milenio del año 2000 que aprobó los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

El presidente Rafael Correa esta semana fue muy categórico  recordando que Ecuador siempre tuvo una mirada crítica de los ODM. También criticó la ausencia de importantes temas en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible como el grave tema migratorio.

Ecuador junto a otros países logró incluir en el proceso de negociación metas específicas sobre equidad, inclusión social e igualdad entre los países y al interior de ellos, bajo un enfoque de derechos, lo cual tendría relación directa con la eliminación de formas ilegítimas de acumulación de capital tales como las herencias exageradas, la plusvalía por especulación de la tierra, las rentas de capital ocioso o los beneficios basados en el deterioro ambiental.

En resumen, hoy, cuando la ONU cumple 70 años de creación,  el mundo cuenta con un nuevo marco de entendimiento global, que se si aplica, podría acabar con la desigualdad, la exclusión y la pobreza, y ayudaría a frenar el deterioro ambiental.

Este marco estaría completo si logramos llegar a un acuerdo global obligatorio sobre cambio climático el próximo mes diciembre en la Conferencia de Cambio Climático que se llevará a cabo en París. Veremos si realmente las potencias occidentales tienen un compromiso real con el cumplimiento de estos nuevos Objetivos o si serán parte de la retórica ‘Onusiana’. (O)