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El ‘fracking’ es una técnica que libera el hidrocarburo de las capas de roca, pero contamina las fuentes de agua

Los bajos precios del petróleo afectan la producción de EE.UU., Rusia y Noruega

Los líderes de los países del Golfo, en la Península Arábiga, se reunieron a inicios de semana. Uno de los puntos analizados fue el precio del petróleo. Foto: AFP
Los líderes de los países del Golfo, en la Península Arábiga, se reunieron a inicios de semana. Uno de los puntos analizados fue el precio del petróleo. Foto: AFP
12 de septiembre de 2015 - 00:00

Redacción Economía y agencia AFP

La estrategia de Arabia Saudita y sus socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de saturar el mercado deprime los precios y afectará en 2016 la producción de Estados Unidos, que trastornó el sector con su petróleo de esquisto, advirtió ayer la Agencia Internacional de Energía (AIE).

El crudo barato también incentiva la demanda, que este año será la mayor en cinco años, según las proyecciones de la AIE, que representa los intereses de los países industrializados consumidores.

El oro negro se mueve hace año y medio bajo el impulso de los sauditas, deseosos de preservar su parte de mercado frente a la irrupción de la tecnología del esquisto que está convirtiendo a Estados Unidos en un país cada vez menos dependiente de las importaciones de crudo.

La costosa tecnología de la extracción por fracturación de la roca resultaba rentable en el año 2013, cuando el barril se cotizaba a más de $ 100.

El “fracking” es un proceso utilizado para extraer gas de esquisto a través de la inyección a alta presión de una mezcla de agua, arena y químicos que acaban liberando los hidrocarburos, el de esquisto, atrapados entre las capas de rocas a gran profundidad. Ese crudo es el llamado esquisto que abunda en Norteamérica.

Los ambientalistas aseguran que este proceso puede contaminar las aguas subterráneas y causar pequeños terremotos.

En la administración de Barack Obama se impulsó esta técnica que ha convertido a su país en uno de los principales productores de petróleo. El objetivo era dejar de depender del hidrocarburo procedente de países hostiles.

Pero esta técnica es rentable con un precio del barril por arriba de $ 100. Ahora los precios se derrumbaron y están en su mínimo nivel en seis años, ante la negativa de la OPEP a recortar su producción. Ayer, el barril de Brent de Mar del Norte (de referencia en Europa) se negociaba a $ 47,84 en Londres y el  “light sweet crude” (WTI) a $ 44,85 en los intercambios electrónicos de Nueva York.

En su informe mensual, la AIE prevé que los productores externos a la OPEP se verán obligados ahora a recortar su propia producción.

“La producción estadounidense se verá sin duda afectada por la caída de los precios que ya hizo perder la mitad de su valor” al barril, apunta el organismo.

“Después de expandirse hasta alcanzar los 1,7 millones de barriles diarios en 2014 (la producción estadounidense), la última caída de precios podría frenar ese crecimiento”, agrega.

La AIE calcula que la producción de países no miembros de la OPEP tendrá en 2016 su mayor caída en 24 años, y que el 80% de esa reducción provendrá de los productores de esquisto estadounidense.

Los efectos esperados

“La estrategia de la OPEP, liderada por Arabia Saudita, de defender su parte del mercado sin que importen los precios parece haber provocado el efecto esperado, al perjudicar la producción costosa e ‘ineficiente’”, subraya el informe.

La AIEA, que previamente había apostado por un repunte del esquisto en Estados Unidos a partir de 2016, cree ahora que los precios se situarán el año próximo por debajo de los costos de rentabilidad para “todos los principales actores” de la fracturación.

El sector del esquisto logró resistir hasta hace poco la caída de precios, aunque para ello tuvo que despedir a miles de trabajadores.

La situación afecta a otros productores, como Rusia y los países del Mar del Norte, apunta la AIE, especialmente Noruega. Pero también golpea de lleno las finanzas de los países de la OPEP, agrega.

“El derrumbe de los precios del petróleo genera el cierre de los sitios de producción muy costosos, como Eagle Ford en Texas, los de Rusia o los del Mar del Norte”, explica la AIE.

Venezuela, que forma parte del cartel petrolero, propugna, hasta ahora sin mayores resultados, una reducción de la oferta, y para ello propuso una cumbre con los países productores.

La AIE aumentó sus previsiones globales de consumo de oro negro en 2015 a 94,4 mbd (contra 94,2 mbd en anterior previsión) y a 95,8 mbd para 2016 (contra 95,6 mbd).

Pero recortó en 0,3 mbd (57,7 mbd) su previsión de producción de los países externos a la OPEP en 2016.

A este panorama se añade la cuestión iraní. Los expertos estiman que en las costas de este país descansan barcazas repletas de petróleo que no se han podido vender debido a las sanciones internacionales impuestas por su programa nuclear.

Pero ese contencioso prácticamente está resuelto luego del acuerdo alcanzado entre Irán y 6 potencias (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China y Alemania).

Cuando se ponga en marcha ese acuerdo, Irán podrá vender su petróleo y su industria hidrocarburífera recibirá inversiones internacionales que permitirán la reactivación de sus yacimientos.

Si toda esa producción sale al mercado los precios sentirán la presión a la baja y el petróleo de esquisto seguirá sufriendo. (I)

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