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Análisis
Las paradojas de AP: diálogos hacia afuera; rupturas casa adentro...
Alianza PAIS (AP) es un manojo de nervios. El horizonte anuncia fracturas profundas, irreversibles, donde hasta hace poco la discrepancia se vendía como la verdad atornillada a un proceso político –se decía- indisoluble. Como en toda novela que se precie de tal, el drama que aqueja al movimiento gobernante tuvo un principio y tendrá un final. Hay que ver de qué tipo.
Pasan las horas y se desvanece la teoría del “justo medio”, de José Serrano, lo que da paso a comunicados que muestran una guerra faccional: los que apoyan al actual Jefe de Estado chocan con quienes se atan a la línea del régimen anterior. Esto ocurre cuando la agenda económica del país está en debate; avanza lentamente el proceso judicial contra el Vicepresidente y llega la hora para que la Corte Constitucional se defina sobre la consulta popular puesta sobre la mesa por el presidente Lenín Moreno.
Por tanto, la crisis interna de AP es un lío de fondo y forma; de cantidad política y de calidad estratégica. Veamos por qué:
1. El reinado de la mayoría dominante está llegando a su fin. El premio consuelo son las estadísticas legislativas que hablan del otrora sólido bloque que, por ejemplo, votó por la proforma presupuestaria de 2017, o por el caso de Jorge Glas cuando pasó fugazmente por la Asamblea. Hoy las cosas tienen un color gris. Ni los 74 de la Asamblea están “sólidamente unidos”, ni los comunicados con el sello de la “35” son un dechado de elogios mutuos “en defensa del proceso”. Nada que ver.
2. Se prevé mucho movimiento de lado y lado al acercarse la hora del parteaguas. De un lado se avizora un nutrido grupo de asambleístas de AP –estimado por los entendidos en 30 o más- que ha tomado una posición política de apoyo directo a las 7 preguntas de la consulta popular. En consecuencia, estarán del lado del “morenismo” y serán empapelados como “traidores”. Hoy puede hacerse pública su postura, con lo cual habrá otra historia a partir de ese hecho. A su vez, los “ideológicos”, esto es los defensores a ultranza del gobierno anterior, tienen previsto para hoy un acto en rechazo al Presidente de la República. Su herramienta será la presión a la Corte Constitucional para presentar el recurso de amicus curiae, relacionado con las preguntas del referéndum del Gobierno.
3. Si bien estos son momentos decisivos en la historia de AP, su desenlace también marcará buena parte de la ruta política de un gobierno que no está nada cómodo con el correísmo militante.
Lenín Moreno, como presidente de AP, tiene una postura que asumir en la crisis de su agrupación. La táctica del diálogo y la conciliación, que le ha dado frutos en otros frentes, deviene limitada, porque el espacio de maniobra es mínimo, ahora que las lanzas vuelan de lado y lado. (O)