Manuel Quishpe llegó el lunes desde Saraguro con la aspiración de vender 20 manteles bordados en hilo. El artesano, de 73 años, anhela con el dinero que recaude de la venta hacer un agasajo en su comunidad en Loja.

Quishpe es uno de los cerca de 15 artesanos que ofrecen sus productos en la plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de Quito.

Cada uno de los productos es elaborado a mano. Se demora cerca de un día para confeccionar cada uno de los manteles, que vende en $ 40. “Son diferentes, me llama la atención lo delicado del bordado”, señaló la colombiana Yajaira Escobar, quien compró uno de los productos. Quishpe manifestó con extrañeza que los turistas extranjeros son quienes más compran sus artesanías.

José Luis Cuavical, en cambio, arribó a la capital desde Tulcán para ofrecer artesanías elaboradas en piedra jade. Comentó que recoge el material por días de varias montañas de la provincia y ya con la materia prima en las manos empieza a elaborar las creaciones. Su mayor obra es una máscara de cerca de 30 centímetros que vende por $ 80, pero también tiene llaveros y anillos por $ 1.

Aída Cifuentes es otra de las artesanas que apostó por el Centro Histórico para ofrecer sus productos. Elabora tejidos en hilo y lana, con técnicas de crochet, agujones y telares.

Confesó que aprendió el oficio de su madre, quien le enseñó a ella y a sus hermanos. Sin embargo, “los hombres fueron quienes primero aprendieron el arte”, dijo. Luego decidió crear por “necesidad”. Entonces empezó a elaborar bufandas, chambras (ropa de bebé), así como cobijas y blusas. Sus productos cuestan desde $ 6 hasta $ 12.

Cifuentes destacó el valor de regalar artesanías. “No es lo mismo regalar un producto en serie que regalar uno que sabes que es único, detrás de la artesanía hay todo un trabajo y esfuerzo elaborado con amor”, concluyó.

La feria en la plaza de Santo Domingo, en Quito, estará abierta hasta el próximo domingo 28.

En la plaza del Ministerio de Agricultura (en el norte de Quito), 8 artesanos de Otavalo (Imbabura) permanecieron por más de 2 semanas, ofreciendo sus artesanías, como ropa, adornos y juguetes, elaborados a mano, para mejorar sus ventas en estas fechas festivas. Cecilia Cotacachi, artesana, llegó a mediados de diciembre a Quito. Trajo sacos, bufandas, chalinas, gorros, elaborados en lana o algodón. “Casi 10 años que venimos en estas fechas a Quito, aquí nos va mejor que en Otavalo, al menos estos días, donde podemos sacar un dinero extra”, indicó.

La mujer sostuvo que las ventas bordean los $150 diarios. “Las ventas allá (Otavalo) por Navidad son flojas, no van muchas personas, preferimos venir acá porque vendemos más”.

José Cóndor también comercializa sus productos, aunque las ventas no han sido las esperadas. “Vinimos optimistas, pero no hemos vendido como en otros años. La gente prefiere hacer sus compras en centros comerciales antes que apoyar las manualidades que hacemos”, sostuvo.

El artesano, que es oriundo de Otavalo, considera que venden más en Quito que en su provincia. “Acá redondeamos para la Navidad de nuestra familia”, manifestó.