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Entrevista / Daniela oviedo enderica / presidenta de la federación de estudiantes universitarios del ecuador (feue)
“La deuda histórica del movimiento estudiantil es haberse partidizado”
Desde el pasado fin de semana la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) se refundó, y en esta ocasión está liderada por una mujer. Se trata de Daniela Oviedo, la única del bloque de la dirigencia nacional integrada por los presidentes de 12 filiales de las 15 que conforman la organización.
“Hoy recuperamos la lucha estudiantil, compañeros, este viernes 29 y sábado 30 de mayo de 2015 serán recordadas como fechas históricas para el movimiento estudiantil ecuatoriano, hoy le decimos basta a una manera de hacer política y renacemos”, fueron las primeras palabras de Oviedo, una milagreña de 29 años, psicóloga de profesión y que actualmente cursa la carrera de Comunicación Social.
¿Cómo surgió la idea de la refundación de la FEUE?
Nació del trabajo articulado de las 12 federaciones de las 15 filiales que tiene la FEUE nacional, que no se sentían representadas porque era ilegítima esta designación porque no fueron convocadas para elegir a los dirigentes nacionales. Ellos solo convocaban a 3 federaciones. Nosotros sabíamos que ellos no nos representaban, tuvimos 2 consejos nacionales para los reglamentos y acordamos que eran los presidentes de las federaciones quienes los conformaban.
¿Fue a partir de noviembre de 2014 que empezaron el proceso?
Fue un poquito antes de noviembre, pero de casualidad los 12 coincidimos en un evento en Quito y decidimos de una vez iniciar todo. Nosotros coincidíamos y en confianza entre nosotros decíamos: ¿Cómo Javier Rojas va a decir que él es el presidente de la FEUE, cuando a mí nunca me han llamado para elegirlo?
¿Cuáles son las filiales?
Son de las universidades de Milagro, Central de Quito, Ambato, Manabí, Cuenca, Machala, Esmeraldas, Amazónica, Guayaquil y 2 más. De ahí hay otras en donde no hay presidentes o estos tienen prorrogadas las funciones hace muchos años. Por ejemplo, en la de Babahoyo hay abandono de cargo, entonces de allá vino una delegación. También llegaron grupos de Bolívar y Loja.
¿Cuál es la diferencia entre la FEUE que estamos acostumbrados y la que ustedes plantean?
Nosotros creemos que lo principal es la unidad y cambiar ese compromiso que se había manejado antes de este proceso. Quizás no fue perfecto, pero sí se logró un compromiso, muchos renunciaron a intereses personales para conseguir un grupo sólido.
Por lo general, a las organizaciones estudiantiles se las ha asociado históricamente con el extinto MPD. ¿Ustedes están en esa misma línea o quedó a un lado?
La deuda histórica que tiene la dirigencia del movimiento estudiantil con los universitarios es esa: el haberse partidizado, porque está claro que es un movimiento político, pero no tiene que ser partidista, no debe ser el brazo político de ningún grupo. Somos muy enfáticos en decirlo: queremos ser críticos con argumentos, queremos articular sin violencia y con propuestas los diversos recursos que el Estado tiene. Creemos que ya es hora de hacer política estudiantil de una forma diferente.
¿Esto quiere decir que no existirá una dependencia con organizaciones políticas?
Nosotros tenemos que trabajar, por ejemplo, con los rectores de las universidades que son parte del Sistema de Educación Superior, ellos pertenecen al Estado, pero están vinculados al Gobierno, eso hay que saber diferenciar. Nuestra propuesta apunta a no ponernos la camiseta de ningún partido político, sino luchar por los estudiantes y, sobre todo, empezar a escuchar lo que pasa en las universidades, las necesidades que existen y tratar de dar soluciones en lo que sea posible.
¿Cuáles son las primeras acciones que adoptarán?
Hemos acordado que de lunes a viernes nos dedicaremos a nuestras cosas personales, pero seguramente el viernes estaremos en Quito para acordar un cronograma para visitar las universidades del país. Antes solo se convocaba a la prensa y se hablaba en representación de los estudiantes, pero a ese presidente ni siquiera lo conocían en la Universidad de Pedernales, por ejemplo. Eso vamos a cambiar. Acudiremos a todas las universidades para que los estudiantes se sientan representados y empiecen a apoyar el proceso y se sientan parte de él.
¿Cómo harán con la dirigencia que ya existe, qué acciones emplearán para reemplazarla por completo?
Aparte de lo que estamos haciendo, queremos optar por acciones internacionales, para que quede evidenciado que los estudiantes del Ecuador dijeron basta a esa dirigencia que está constituida ilegalmente. Han existido 5 presidentes de la FEUE, pero siempre elegidos por solo 3 de las 15 filiales. Creo que yo no tendría la cara para hacer un comentario ante lo que hicieron ellos. Aunque ya no nos extraña, porque ellos han actuado en representación de nosotros sin decirnos.
¿De dónde nació la vocación para ser dirigente estudiantil?
Siempre me he sentido identificada con las acciones sociales y he compartido procesos con diferentes sectores, como el pueblo montubio y otros que han sido históricamente excluidos, y dentro del aula siempre hubo esa defensa de los derechos, así se fue dando esa imagen de líder y en ocasiones venían de otros cursos a pedirme ayuda. Ahí surgió la idea de que yo lidere la FEUE local, de ahí gané y festejamos.
Existía un grupo que ya tenía la representación estudiantil en Milagro, ¿cómo hizo?
De hecho, había un grupo cercano al movimiento MPD, pero igual ganamos.
¿En la época de colegio ya ejercía el liderazgo estudiantil?
Creo que detonó en la universidad. Mi proceso siempre fue académico, porque fui una alumna dedicada, aunque fui presidenta de curso en varias ocasiones. Y ahora me llevo muy bien con excompañeros, de hecho, soy de las que organiza. Siempre he estado en contra de ese modelo de concentración, creo que todos tenemos un rol importante, independientemente de en qué puesto estemos, ya sea como dirigente, guardia de seguridad, secretaria... todos producimos.
¿Qué opina su familia, porque se está enfrentando a un poder político y usted representa la oposición?
Yo quedé huérfana antes de graduarme y ese fue el cambio, pasé de la niña protegida a ser un poco más independiente. Mi mamá sí está pendiente y siempre pide que me cuide porque se conoce que puede haber violencia, pero yo confío muchísimo en Dios. (I)