La exmandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner esta semana visita Ecuador; el primer viaje internacional desde que dejó la presidencia.

La exjefa de Estado mantendrá, en Quito, una reunión con el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, y participará en la proclamación de los candidatos a Presidente y Vicepresidente de la República, por Alianza PAIS. Además, recibirá la condecoración Manuela Sáenz, en una ceremonia en la Asamblea Nacional. Allí, de acuerdo a la agencia estatal de noticias Télam dará un discurso en el pleno del Legislativo.

Cristina, como la conocen todos en Argentina, ya sean sus seguidores como sus detractores políticos, ha profundizado sus apariciones públicas en las últimas semanas.

Además de comentar distintos hechos de la realidad nacional, a través de las redes sociales, con profundas críticas al gobierno de Mauricio Macri, ha participado en varias reuniones, entre ellas, en la seccional Capital de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y en la Universidad Nacional de La Plata, a 60 kilómetros de Buenos Aires.

Su presencia en el gremio de los estatales cobró especial importancia en momentos  que los trabajadores públicos mantienen un plan de lucha contra la política de despidos y por reclamos salariales: este martes tenían previsto realizar un paro nacional.

La recientemente unificada Confederación General del Trabajo (CGT) aprobó realizar, sin fecha, una huelga general contra la política económica que lleva adelante Macri.

La exmandataria disertará en el Encuentro Latinoamericano Progresista este jueves, mientras que el viernes se reunirá con Samper en la sede de la Unasur. El sábado asistirá a la cumbre de PAIS.

La visita de Cristina a Quito se enmarca en un momento de fuerte participación política de la exjefa de Estado, con reuniones con dirigentes peronistas y en medio de rumores sobre una eventual candidatura en las elecciones legislativas del año próximo.  

Pero además de su vida política, la expresidenta está  enfrascada en un profuso frente judicial acusada en varias causas de corrupción, lavado de dinero y hasta por “defraudación a la administración pública”, mientras denuncia una “persecución política” impulsada por lo que ella denomina “el partido judicial”, medios de comunicación afines al gobierno  y el propio Ejecutivo nacional.

Sobre las versiones en torno a una eventual candidatura en los comicios legislativos de fines de 2017, Cristina dijo: “No me interesan los lugares, ocupé todos los lugares a los que podía aspirar y siempre lo he hecho a través de la representación popular”.

“No me desvela ningún lugar, lo que me desvela es poder ayudar a reconstruir una fuerza política que le devuelva a los argentinos, no solamente las esperanzas y las cosas que les han arrebatado, sino que le devuelven la libertad porque en definitiva la libertad es lo más importante, más aún que la igualdad, porque la libertad te permite elegir qué quieres hacer y con quién quieres estar”, enfatizó.

Desde la vereda de enfrente, una de sus principales denunciantes, la legisladora Margarita Stolbizer (GEN, Generación para un Encuentro Nacional, centroizquierda), dijo que la expresidenta “entró en un delirio tuitero” y “habla de conspiración” en su contra a través de un nuevo Plan Cóndor en la región. (I)