El movimiento forajido de hace una década inspiró a muchos jóvenes

El Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) y el Foro de los Comunes reabrieron la noche de este lunes el debate público en torno a las protestas  sociales ocurridas hace exactamente una década en la democracia ecuatoriana, tras la caída del poder de Lucio Gutiérrez y el grito ciudadano para “¡que se vayan todos!” los políticos y partidos tradicionales que tanto daño le habían hecho al país.

Primero se dieron varias intervenciones de personas que participaron de la jornada de movilización social de 2005, quienes de una u otra manera aportaron a aquel abril de los forajidos.

Así por ejemplo, un joven que se identificó como Andrés contó que para 2005 contaba con apenas 19 años y estudiaba Derecho en una de las universidades de Quito, pero que poco a poco se fue implicando y empoderando de las protestas sociales, las cuales pese a su magnitud no eran transmitidas por los medios de comunicación privados, de manera especial por los canales de televisión.

Siendo tan joven ya se preguntaba ¿qué clase de democracia queremos en el Ecuador? Y entonces dijo que querían una democracia en donde se escuche a quienes hasta ese entonces habían sido invisibilizados por las autoridades, por los políticos y por los medios.

Ese abril en que el Ecuador marcó un antes y un después en la forma de hacer política es la que Andrés dice que no hay que olvidar porque es fuente de inspiración para muchos.

Otro joven que se identificó como Luis David, quien tenía 8 años cuando se dio la rebelión de los forajidos, contó que ahora entiende la importancia que marcó para el país y en familias como la suya lo que ocurrido en ese entonces.

Contó que pasaban 3 a 4 días sin ver a su padre que aportaba desde los micrófonos de radio La Luna   que dio voz a los ciudadanos para que expresen su inconformismo contra el gobierno de Lucio. Dijo que fueron tiempos difíciles y que, de cierto modo, “tuvo el privilegio de nacer con una conciencia política en una época de revuelta, y que tengo esa conciencia actual de todo lo que es y quiere ser y estudiar gracias a ese movimiento forajido”.

Como Andrés y Luis David, otros tantos testimonios mostraron la “inspiración” que significó para ellos como jóvenes y para los ciudadanos comunes la lucha forajida, para dejar atrás esa vieja forma de hacer política.

Pero la noche de este lunes también se dio en Ciespal el conversatorio denominado “Imagen, memoria y lucha social”, en el que intervino Francisco Sierra, director de Ciespal; la cineasta y exasambleísta constituyente Tania Hermida; y el fotógrafo especialista en documentar procesos sociales y políticos Paco Salazar.

Sierra destacó que es importante recordar para construir y reconstruir la historia de un país, y que en ello juega un papel importante la memoria visual, gráfica, sonora, escrita y vivencial.

Dijo que es importante caminar hacia a descolonización y politización de la memoria, pues ese es el reto para guardar y proyectar a futuro la memoria histórica. “Sin las imágenes y su reconstrucción no hay posibilidad de un proceso histórico y revolucionario”.

Hermida, en cambio, al hacer una lectura de lo que sucedió antes y durante 2005, recordó que desde su visión de cineasta veía como Ecuador se desvanecía como país por el fin del sucre como moneda nacional, la caída de dos presidentes (Jamil Mahuad y Abdalá Bucaram), la gran migración y la casi irreal posibilidad de que caiga un tercer presidente, lo cual al final sucedió con la salida de Lucio Gutiérrez, pero esta vez por la protesta ciudadana.

Recordó que lo sucedido durante abril, pero de manera especial la noche del 19 y el 20 de ese mes, parecía que entrelazaban la realidad política y la ciencia ficción de una película, en donde en el día de ese 20 de abril se daban las más grandes protestas contra el régimen y la política en general, por la tarde caía Lucio y enseguida se posesionaba a Alfredo Palacio como nuevo mandatario y en la noche la ciudad descansaba como si todos se hubieran ido después de una ardua jornada, quedando en las calles de Quito solo las pruebas de una especie de batalla librada.

Salazar habló de lo compleja que era la situación política del país especialmente desde 2004 y que un amigo le preguntó cierto día cómo se explica que en ese entonces Ecuador tenga de presidente a un excoronel del Ejército (Lucio) y a un ex general del Ejército como alcalde de Quito (Paco Moncayo).

Esas y otras situaciones le hicieron reflexionar a Salazar, por lo que buscó retratar el proceso social y político que vivía el Ecuador, alguna de cuyas gráficas las expone en el evento que entre hoy lunes, mañana martes y miércoles se llevan a cabo en Ciespal. (I)