El entreguismo al FMI y a los EE.UU. también motivó el abril forajido

Los testimonios, los audios, videos y fotos de la ‘rebelión forajida’ se siguen recapitulando una década después de la caída de Lucio Gutiérrez, protagonizada por la ciudadanía frente al hastío de la vieja forma de hacer política en Ecuador.

“Soy una de esas forajidas que aportó con un granito de arena en la construcción de una patria nueva, con esperanza de un futuro mejor para nuestros hijos y nietos”, destacó ayer Nancy Fiallo Aguirre, de 55 años.

Ella es parte de las amas de casa que en abril de 2005 ‘explotó ante la injusticia social’ que se vivía por la ‘traición’ al pueblo.

Dijo que su indignación llegó al  punto máximo cuando a causa del feriado bancario registrado en el régimen de Jamil Mahuad y a las posteriores medidas ‘entreguistas’ de Lucio hacia EE.UU. y al Fondo Monetario Internacional, no solo empeoró la situación económica de sus padres (José y Olga, que eran profesores), sino que desmembró su hogar: su hijo Patricio tuvo que emigrar al extranjero para ayudar a mantener el hogar.  

Recuerda que a toda esa desazón  se sumaron las medidas económicas o ‘paquetazo’ de Lucio; la destitución de la Corte Suprema de Justicia e instalación de la ‘Pichi’ Corte; la traída de Abdalá; los ‘amarres’ políticos; el nepotismo; la represión... Ante esas ‘cachetadas contra el pueblo’, por iniciativa propia salió  como una ‘forajida’ a las calles de Quito a exigir la salida de Lucio y ‘para que se vayan todos’.

“Yo no voté por Lucio, pero sí lo boté con ‘b’ grande”, resaltó. Junto a otras mujeres y madres de familia del sector de Monjas, en donde reside, veía como una humillación que, por ejemplo, el gobierno pidiera  préstamos al FMI para pagar la misma deuda externa y no para obras en educación, salud, vialidad y demás obras de beneficio social.

Pero su lucha y la de otros ‘forajidos’ no terminó con la caída de Lucio, sino que se unió a trabajar desde las bases en una declaración de las reivindicaciones que exigirían. Con recortes de prensa en mano, fotos de las marchas en que participó y documentos como la ‘declaración de los forajidos’ de 2005, destaca esas reivindicaciones. Entre ellas señala la construcción de la Constituyente que ahora privilegia la educación, la salud, la ciencia, la unidad territorial, la descentralización como eje de la gestión local, la neutralidad ante conflictos externos, la transparencia en los partidos políticos, la independencia judicial, la limitación al papel de las FF.AA. y que se destaque a los ciudadanos, sin distingo de raza o religión, como ejes fundamentales del desarrollo del país. Según se recoge de los testimonios que, así mismo, se dieron desde el lunes pasado hasta ayer en Ciespal, en Quito, el movimiento ‘forajido’ de hace una década también inspiró a muchos jóvenes.

Por ejemplo, un joven que se identificó como Andrés contó que en 2005 tenía apenas 19 años de edad y estudiaba Derecho en una de las universidades de Quito, pero que poco a poco se fue implicando y empoderando de las protestas sociales, las cuales, pese a su magnitud, no eran transmitidas por los medios de comunicación privados.

Siendo tan joven se preguntaba ¿qué clase de democracia queremos en Ecuador? Entonces, junto a varios  compañeros estudiantes dijeron que querían una democracia en donde se escuchara a quienes habían sido invisibilizados por las autoridades, los políticos y los medios. Ese abril en que Ecuador marcó un antes y un después en la forma de hacer política es el que Andrés dice que “no hay que olvidar”, porque es fuente de inspiración para jóvenes y adultos como Nancy. Otro joven que se identificó como Luis David, quien tenía 8 años de edad cuando se dio la ‘rebelión forajida’, contó que ahora entiende la importancia que marcó para el país y en familias como la suya lo que ocurrió en ese entonces. Relató que pasaban 3 o 4 días sin ver a su papá, quien aportaba desde los micrófonos de radio La Luna para dar voz a los ciudadanos. Fueron tiempos difíciles pero, de cierto modo, “tuve el privilegio de nacer con una conciencia política en una época de revuelta”. Eso lo inspiró a saber qué quiere ser y cuál es el país que desea que se siga construyendo.