La misión del Parlamento Europeo que recorrió las zonas contaminadas por Chevron, a su retorno los integrantes socializarán ante ese organismo la magnitud de la “catástrofe” que 23 años después sigue afectando a 30 mil indígenas de Sucumbíos y Orellana. Así lo manifestaron ayer tras retornar desde Sucumbíos, en donde los eurodiputados Helmut Scholz y Lola Sánchez, y un equipo de asesores constataron las piscinas tóxicas dejadas por Chevron y el daño causado al ambiente y a los habitantes. “Lo primero que vimos es que el daño que ha causado Chevron sigue ahí, aún huele a petróleo, hay hectáreas y hectáreas de terreno afectado”, dijo el español Jorge Conesa.   “Lo que más nos indignó es que no se trata de un accidente, sino de un crimen voluntario (ambiental), premeditado y consciente, cometido por Chevron”, añadió. (I)