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El Telégrafo
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Orbe: “Él jamás dejó de ser activista”

Santiago Orbe. Catedrático y analista internacional.
Santiago Orbe. Catedrático y analista internacional.
Foto: El Telégrafo
13 de abril de 2019 - 00:00 - Redacción Política

“El asilo fue una decisión soberana y apegada al derecho internacional, como lo dijo el canciller José Valencia. Eso ocurrió por su irrespeto al Protocolo de Convivencia, planteado por Ecuador, en octubre de 2018. El equipo jurídico de Assange en Ecuador se opuso a ello, pero nuestro país puede otorgar y tiene potestad de exigir los mecanismos para una convivencia estable. Una persona, recluida en un espacio pequeño y protegida por las autoridades de Ecuador, ha abusado de esa condición y se ha aprovechado de ese estatus. Ha participado en la política interna de algunos países y eso generó tensiones porque allí corresponde un claro apego al derecho internacional.

También a dos convenciones interamericanas que especifican cuáles son las condiciones de asilo y cuándo este puede ser levantado, o aplicado a la prerrogativa y a la potestad de los estados. La Convención de La Habana, de 1928, y la de Caracas, de 1954, señalan esas condiciones. La primera dice que puede levantarse el asilo en caso de existir afectación a la tranquilidad pública y eso sucedió con acciones políticas de Assange. Eso no es hackeo, dijo él, pero es hacktivista. Él jamás dejó de ser un activista político a través de las redes y participaba en actividades y acciones de los Estados.

El artículo 18 de la Convención de Caracas subraya que no se puede participar en política interna ni afectar la convivencia con el entorno internacional. Además, hubo incumplimiento en el Protocolo de Convivencia. Hay que evaluar en política internacional y entender que  hubo irrespeto a los protocolos. Assange no fue recíproco con el sacrificio del Estado y de los ecuatorianos, no en términos económicos ni de la convivencia interna, sino de la presencia internacional. Lo que hizo fue en detrimento de nuestros intereses y en contra de nuestros aliados históricos. Pero el equipo jurídico de Assange minimizó todo esto y señaló que hay una afectación directa a los derechos humanos del activista australiano.

Sin embargo, el Protocolo de Convivencia fue protegerlo e incluso de él mismo. Irrespetaron el sistema jurídico de Ecuador y hay una doctrina que obedece al Estado y se apega al derecho que regula la convivencia. Pero también hay una lógica de seguridad en la que siempre los Estados actúan de acuerdo a normas internacionales. Hay intereses estratégicos afectados no solo de Ecuador, sino de otros países, que limitarán la capacidad de activismo político de Assange”. (O)

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