Las personas adultas mayores del Ecuador no cuentan con una instancia judicial especializada para sus demandas y garantía de sus derechos, como sucede, por ejemplo, con otros grupos poblacionales, como las mujeres, que cuentan con comisarías. De ahí que los datos sean generales.

La Comisaría de la Mujer y la Familia, solo en cinco meses del año anterior, recibió 3.400 denuncias de violencia intrafamiliar sin que se determinen los casos de personas mayores de 60 años. Frente a la violencia física y psicológica que sufren algunas mujeres, el maltrato a los adultos mayores está invisibilizado.

La violencia y el maltrato a las personas mayores es un tema del que poco se habla, pero está presente a diario. Basta con mirar en las paradas de los buses, cuando se impide el ingreso de los ancianos, al no respetar su derecho a tener un asiento exclusivo para ellos.

Y al caminar por las calles, cuántas personas de edad siguen trabajando para su subsistencia y la de sus familias, como el caso de María del Carmen Toapanta, que a sus 78 años labora desde las 08:00 hasta las 18:00 en la avenida Amazonas,  vendiendo lotería. Ella no cuenta con seguro social y peor médico.

Los datos sobre maltrato en Ecuador se recogieron en la Encuesta Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento SABE I Ecuador (2009-2010). Así se determina  que mayor prevalencia representan el psicológico (16,4%) y el abandono (14,9%).

Los maltratos más denigrantes y extremos, como la violencia física (4,9%) y sexual (3%) presentaron prevalencias menores en este grupo poblacional.
La encuesta también determinó que las mujeres sufren más maltrato que los varones.

El estudio reveló, además, que en la sierra rural existe mayor violencia física (6,6%), mientras que en la costa rural es de 3,3%. En cuanto a maltrato sexual, en mujeres es de 4,7%, mientras que en los hombres es 1,3%. La mayor prevalencia de abandono está en los adultos mayores a los 75 años.