Publicidad
El imbabureño ganó la medalla de oro en salto largo con 6,49 metros. Esta marca es nuevo récord continental en su categoría
Santos halló en el deporte su estilo de vida
Si algo le dio sentido a la vida de Ronny Santos es el deporte. Gracias a la actividad física conoció otros países, hizo amigos y ahora sus compañeros y entrenadores lo felicitan por ganar la medalla de oro en el torneo de salto largo en la categoría T20 de discapacidad intelectual de los Juegos Parapanamericanos Toronto 2015.
“El estudio no le agradaba, pero cuando comenzó a jugar fútbol encontró lo que le gustaba. Muchas veces les quitaba la pelota a otros niños y a algunos no les quedaba más remedio que regalársela”, cuenta su madre, Marilú Iza.
En un principio, Marilú no reparó que su retoño padecía discapacidad intelectual y para la instrucción preescolar lo inscribió en un establecimiento regular. Ya en la escuela notó un comportamiento diferente al resto de niños. Los profesores se quejaban de que era muy inquieto, molestoso y a veces agresivo.
Eso, sumado a sus problemas de aprendizaje, la impulsaron a buscar asistencia médica hasta comprobar lo que temía: al igual que su hermana mayor, Leisi (24 años), Ronny tenía discapacidad intelectual.
Le recomendaron entonces matricularlo en el Instituto para Niños Especiales de Ibarra, que quedaba a una hora en bus desde su casa, ubicada en Chalguayacu (Pimampiro, Imbabura). Esta circunstancia obligaba a que Ronny madrugara a las 05:00 para estar a las 07:00 en el inicio de clases.
El profesor Edmundo Hurtado fue quien descubrió sus aptitudes y le dijo a Marilú que, si bien su hijo no respondía en los estudios, una opción de vida para él sería el deporte, ya que el muchacho era bueno para el fútbol.
Tiempo después, en razón de su habilidad, Ronny formó parte de la selección de balompié de la Fundación Olimpiadas Especiales, con la que, incluso, participó en un torneo internacional en Costa Rica.
Después ingresó a los registros de la Federación Deportiva del Carchi y compitió a escala nacional. Su talento llamó la atención de Juan Carlos Araujo, presidente de la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (Fededi), quien reconoció su potencial para el atletismo.
Bajo la autorización de Marilú y de José Santos, padre del atleta, la Fededi le dio vivienda a Ronny en el Centro de Alto Rendimiento de Carpuela, donde ha residido desde hace un año. “Lo evaluamos y vimos que tenía condiciones para los 400 metros planos y para el salto largo. Es muy receptivo y se esmera en hacer bien todo lo que le enseñamos”, afirma David Bernardo, entrenador de atletismo de la Fededi.
Un punto a favor para el imbabureño fue tener bases en el atletismo, eso le ayudó a acoplarse a las exigencias del alto rendimiento. Bernardo asegura que a Ronny casi no se le nota la discapacidad, es muy bueno para aprender números de celular y ha mejorado en la lectura.
Eso sí, lo inquieto no se lo quita nadie, será por eso que sorprendió a toda su familia cuando se enteraron de que iba a ser papá. “Su hijo se llama Gerián Neymar, tiene un año 3 meses. Fue un instante de travesura que pasó con la madre del bebé, que también es una muchacha”, expresa doña Marilú. (I)