En la capital de la provincia del Carchi (norte), Tulcán y en el lugar donde hace 26 años nació el ciclista ecuatoriano Richard Carapaz, Playa Alta, las emociones estuvieron a mil.

El motivo fue la proclamación como campeón del Giro de Italia por parte de la “locomotora”, durante la última etapa de esta prueba, una contrarreloj de 17 km.  

Globos, banderas, camisetas y gorras de color rosa, fotos; pósteres y carteles de Richard, se confundían con ponchos, chompas y cobijas que cientos de aficionados en Tulcán y en el sector donde el tricolor dio sus primeras pedaleadas, utilizaron para mirar la gesta del ídolo local, quien por más de una semana paralizó al Ecuador por ser el líder del Giro de Italia.

El frío, acompañante normal de esta zona, tampoco se quiso perder el desenvolvimiento de la “locomotora carchense” y se abrió paso entre los seguidores, quienes lo trataban de soportar con, aparte de su vestimenta y colchas, pegándose unos a otros esperando la partida del principal aspirante al título.

Los puntos de encuentro en Tulcán fueron los mercados Central y San Miguel y el parque Ayora, donde la gente se agolpó desde tempranas horas de la mañana (la contrarreloj inició a las 06:00 de Ecuador) para apoyar al crédito local, que estaba a 17 km de convertirse en el primer ecuatoriano en ganar la prueba italiana.

“¡Tres triunfos Richard Carapaz!”, era la voz de aliento de los asistentes al mercado Central, a donde también acudieron exglorias del deporte del “caballo de acero” como Jaime e Hipólito Pozo, Paulo Caicedo, Julio Imbacuan, Franco Rodríguez, quienes fueron protagonistas de pasadas ediciones de la Vuelta al Ecuador, la competencia más importante del país a nivel de ciclismo.

En este lugar estuvo, asimismo, la hermana mayor de Carapaz, Marcela, quien pintada las mejillas con la bandera de Carchi (rojo, amarillo y verde) envió sus mejores energías para el “chiquilín”.

En un momento la imagen de la televisión captó el calentamiento de Carapaz y la locura se desató entre los presentes. Los aplausos, gritos de apoyo y la tradicional barra del “¡Sí se puede, sí se puede!”, retumbaron en lugar.             

Entre tanto en Playa Alta, donde nació y viven los padres del ciclista nacional, Antonio Carapaz y Anita Montenegro, se encontraba su otra hermana, Cristina.

Ella estaba acompañada de varios de los amigos y familiares del bicampeón de la Vuelta a Asturias (2018-2019).

Algunos niños como Jordan Morales portaba una bandera rosa pintada por él y que tenía en el medio el símbolo del Giro.

“Estoy muy emocionado por lo que está haciendo Richard”, contó el infante. Él, junto con otros estudiantes de la escuela de educación básica México, ubicada a 1 km de la casa de los Carapaz Montenegro, distancia que fue recorrida por el tricolor cuando era pequeño, soportaban estoicos la salida de su referente.

Faltando unos 30 minutos para que Carapaz inicie su camino a la gloria, arribó al coliseo de la localidad Cristina, quien fue recibida con abrazos y felicitaciones. Los nervios la invadían, aunque confiaba en en que Dios lo lleve al título.

El momento de la partida fue memorable, las banderas, los globos, los gritos y todo lo que se podía hacer o mover para alentar al carchense de 26 años apareció.

Las cobijas, ponchos y chompas quedaron de lado porque el calor de la emoción que sentía la gente al ver a su representante, reemplazaron al frío y la lluvia.

Los 23 minutos y 19 segundos que duró la contrarreloj de Carapaz fueron eternos: todos mirando las pantallas y esperando por el resultado, que al final soltó más de una lágrima, un abrazo inseparable entre conocidos y desconocidos y que quedará por siempre en el recuerdo de todos los ecuatorianos.

Guayaquil también celebró el triunfo de la “locomotora”
“Carapaz eres capaz, Carapaz eres capaz”... la canción de Widinson se convirtió en una especie de himno para festejar a Richard Carapaz desde Guayaquil.

Cientos de personas se reunieron en la plataforma del MAAC, en el Malecón 2.000, para ver en pantalla gigante la última etapa del Giro de Italia.

Es que “Richie”, “la locomotora de Carchi”, estaba muy cerca de proclamarse ganador de una de las tres competencias más importantes del ciclismo mundial (junto al Tour de Francia y la Vuelta a España).

Y Carapaz no defraudó, sino que se agigantó. En los últimos 17 kilómetros, en la prueba contrarreloj, pedaleó por sus sueños y el público en Guayaquil lo alentaba como si estuviera en Verona (Italia).

En el sitio estaba el presidente de la República, Lenín Moreno, quien alentó a Carapaz junto con ciclistas juveniles de Guayas, otras autoridades y ciudadanía en general.

“Hay 17 millones de corazones que están agradecidos con Richard Carapaz, quien nos ha demostrado que se pueden hacer cosas muy grandes. Richard es un referente para los chicos que sueñan en algún momento llegar a lo más alto del deporte”, expresó Moreno, quien estuvo acompañado de la primera dama, Rocío González y del vicepresidente, Otto Sonnenholzner.

Para Moreno, Carapaz es un ejemplo de disciplina y superación. Tras el triunfo del carchense, el Mandatario anunció que se retirarán los impuestos a las importaciones de bicicletas de competencia.

La medida propuesta por el Jefe de Estado pretende dejar sin aranceles a las importaciones de los equipos para practicar ciclismo profesional, explicó Sonnenholzner.

Esta propuesta tiene como fin incentivar el deporte sobre dos ruedas en el Ecuador.

El Jefe de Estado aprovechó para felicitar públicamente a la familia del campeón.

“Porque el triunfo (en el Giro de Italia) también corresponde a su familia (esposa e hijos)”, exclamó.

Tania Rosero y los pequeños Santiago y Sofía Carapaz animaron a “Richie” en la consecución del título internacional.

La gesta del carchense es comparada por las autoridades con la medalla olímpica de Jefferson Pérez, el Roland Garros de Andrés Gómez, los títulos de Alberto Spencer con el Peñarol o las maratones de Rolando Vera. (I)