El portugués André Villas-Boas hizo una pausa en el fútbol para correr el Rally Dakar 2018. El reconocido técnico llegó para conducir una Toyota Hilux al lado de su compatriota Rubén Faría.

Villas-Boas es reconocido por haber dirigido al Chelsea, Tottenham, Zenit de San Petersburgo. Con el Oporto ganó incluso la Europa League en 2011. Sin embargo, antes de iniciarse en el fútbol el portugués era un apasionado del mundo automotriz. 

El elegante señor de los banquillos, donde comenzó al calor de las enseñanzas de José Mourinho, tenía en mente hace tiempo dar un salto de estas características, toda vez que los antecedentes familiares le marcaron en este sentido porque un hermano de su padre participó en la prueba en 1982 y terminó en la posición 90.

Así lo confesó él mismo antes de emprender viaje a Lima: “Mi segunda pasión siempre ha sido el motor. Mi tío Pedro corrió el Dakar dos veces. También debutó con 40 años, como yo, y ahora se celebra la 40ª edición de la prueba. Es curioso, todos los números vuelven, así que es el momento adecuado para hacer realidad este sueño y vivir una experiencia única, un reto lleno de estrés físico y mental”.

“Lo hablé con mi amigo Alex Doringer, director de KTM, y me comentó que necesitaría una preparación completa durante un año si quería conseguirlo y que era mejor que corriera en coche. Así que me puse en contacto con el Team Overdrive y allí estaré en la línea de salida”, añadió el adiestrador.

En un primer momento el portugués quiso correr en la categoría motos, pero la falta de preparación física lo obligó a cambiar de opinión. Finalmente conducirá la pick-up Toyota Hilux. “El objetivo es acabar el rally. Es un compendio de aventura, de reto, de estrés físico y mental”, dijo Villas-Boas sobre sus expectativas en el rally.

André Villas-Boas puede estar concentrado 100% en la competición debido a que puso fin a su vínculo con el club chino Shanghai SIPG. Su campaña fue irregular en esta temporada y eso terminó apurando su salida. (I)