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Unión Española defiende el título femenino con cinco seleccionadas
El sol pega fuerte a las 10:00 en la cancha principal de la Base Naval Norte, en Guayaquil. La arquera Irene Tobar agarra con facilidad una botella con agua que le lanza la estratega Wendy Villón desde unos 5 metros de distancia, la abre con fuerza y riega su contenido completamente sobre su rostro.
El líquido deja huellas. Por sus mejillas ruedan gotas negras provocadas por el rímel que empieza a desprenderse de sus ojos. La guardameta de Unión Española, vigente campeón nacional de fútbol femenino, no alcanzó a sacarse el maquillaje que utilizó el día anterior.
Mientras Tobar pone a prueba sus reflejos debajo de uno de los arcos, sus compañeras realizan ejercicios de dominio de balón. “Hay que asegurar una buena recepción y después entregarla con precisión”, grita al aire Villón, mientras mira con atención el cronómetro negro que cuelga de su cuello.
La disposición es que esos movimientos duren 10 minutos, pero las jugadoras interrumpen con frecuencia la dinámica para esconderse del sol e hidratarse. Dos árboles de mango listos para cosechar sirven de guarida para el grupo, mientras la entrenadora planifica la segunda parte de la práctica.
A unos metros de distancia, Madeline Riera, mundialista con la selección nacional, acomoda su larga cabellera negra con un moño y un cintillo. Durante los entrenamientos y los partidos no solo debe lidiar con las defensas rivales, sino también con su pelo, que cuida con mucho celo.
Junto a ella, Érika Vázquez canta la canción ‘Sin sentimientos’, del Grupo Niche. Ella es mediocampista ofensiva y madre soltera. Dice que cada esfuerzo que hace en el campo de juego es motivado por su hija de 3 años y su mamá, a quien ayuda a vender corviches en un barrio del sur de Guayaquil. “El fútbol es diversión para nosotros, nos hace olvidar los momentos difíciles de la vida”, dice mientras riega también una funda con agua sobre su cabeza para mitigar el calor.
En las últimas semanas, los entrenamientos del club guayaquileño se intensificaron. El objetivo principal es empezar el campeonato con un triunfo ante Carneras, el equipo cuencano al que enfrentan hoy (11:00) en la cancha principal de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador).
Para defender el título logrado el año pasado, la dirigencia destinó un presupuesto de $ 50.000, monto que cubre la alimentación, hidratación, medicinas y traslados de las futbolistas mientras dura el certamen. Para solventar aquello, cuentan también con el apoyo de la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec), su principal auspiciante.
Para reducir costos la dirigencia decidió realizar solo una contratación para esta temporada, en la que también disputarán la Copa Libertadores femenina en diciembre. El club fichó a la arquera venezolana Nayluisa Cáceres, quien no se entrena por ahora con el resto de la plantilla debido a que se encuentra disputando el Mundial Femenino Sub-17 en Jordania.
Unión Española, tal como ocurre en los otros 11 clubes que participan en el torneo nacional femenino, no les paga sueldos a sus futbolistas. “Aquí jugamos por amor a la camiseta y al fútbol”, aclara la también seleccionada Ingrith Rodríguez, mientras seca su rostro con una toalla blanca que guarda en su bolso.
Rodríguez, quien en noviembre cumplirá 26 años, fue la figura del triunfo que Ecuador obtuvo ante Argentina en la Copa América 2014 que se disputó en Ecuador. Dicha victoria le permitió a la Tricolor acceder al repechaje en búsqueda de una plaza para el Mundial de 2015 que se disputó en Canadá.
Pero cuando hay un problema o una necesidad, las futbolistas no están solas. Según Claudia López, presidenta de la Comisión de Fútbol, el club le entrega incentivos económicos a la plantilla por objetivos logrados y cuando una de ellas necesita dinero para solventar gastos de educación o salud “se les da la mano”.
El torneo que inicia con retrasos
El certamen debió comenzar en julio, luego se postergó para agosto, y finalmente comenzará el 1 de octubre. La falta de presupuesto fue la razón principal por la que se generó este retraso. Según Amílcar Mantilla, presidente de la Comisión Nacional de Fútbol Aficionado (Confa), organizadora del torneo, la FIFA ofreció $ 100.000, aporte que aún no llega. “La Ecuafútbol aprobó la entrega de un aporte que es el que nos permite iniciar el torneo”, resumió el dirigente.
El torneo se juega desde 2013 con aporte del Ministerio del Deporte de $ 547.000. Esa ayuda bajó a $ 427.000 en 2014 y $ 310.000 en 2015. Para este año no entregó recursos. La demora en las asignaciones hizo que el formato del campeonato cambie. Se jugará en dos grupos: en el A están Unión Española, Carneras, Grupo Siete, Siete de Febreros, Galápagos y Talleres Emanuel. En el B constan Quito FC, Liga de Quito, Espuce, Universidad San Francisco, Cumandá y ESPE. Los mejores cuatro de cada grupo se clasifican a otros dos cuadrangulares, de donde los dos mejores clubes de cada grupo disputarán el título. (I)