Cuando gran parte del mundo futbolístico debate la mejor estrategia para erradicar la violencia en los estadios, el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici (foto), pateó el tablero y anunció un polémico plan para ‘blanquear’ (legitimar)  a la barra  brava  del popular club.

“Como no va a salir una ley para erradicarlos, yo estoy dispuesto a blanquearlos. Vamos a hacer un blanqueo, hablamos de una barra, están todos identificados, están en un sector de la cancha”, dijo Angelici a radio FM Delta.

El proyecto se conoce en vísperas del triple duelo que por el torneo local -hoy a las 16:15- y por los octavos de final de la Copa Libertadores, el 7 y 14 de mayo,  mantendrán  Boca y River. Serán 3 infartantes superclásicos del fútbol argentino en solo 10 días, lo que ha revolucionado al país. Y para darle más morbo a la serie de partidos, ambos lideran el torneo local con 24 puntos.

El primer encuentro, que se jugará hoy en La Bombonera, estuvo bajo fuerte amenaza de suspensión. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, llegó a advertir que no daría policías para la seguridad del superclásico si Boca levantaba el ‘derecho de admisión’ -como sugerían insistentes rumores desde los pasillos del club- a los dos máximos líderes  de la barra brava, Rafael Di Zeo y Mauro Martín, exenemigos y hoy reconciliados.

Ambos hinchas violentos tienen prohibido el ingreso al estadio por decisión de las autoridades ‘xeneizes’, pero apelaron la medida ante la justicia. De hecho, Marín podrá regresar a La Bombonera “en la segunda quincena de mayo”, presumiblemente el día 14 cuando se jugará la revancha por la Copa Libertadores, según Angelici.

El caso de Di Zeo es más complejo, ya que debe cumplir una serie de trámites judiciales y luego someterse al tribunal de disciplina del club. Angelici le dijo a Berni que no podrá mantener vigente el derecho de admisión por más tiempo, ya que, a su juicio, “es discriminador”. Incluso el juez en lo Civil José Luis Bournissen dispuso que Boca reincorpore a Di Zeo como socio activo tras ser expulsado del club.

Marín estuvo preso acusado de homicidio en 2013, pero fue absuelto por la justicia. Di Zeo, en cambio, fue condenado en 2007 a cuatro años y medio de prisión por hechos de violencia ocurridos en 1999 en el estadio de Boca en un partido amistoso con Chacarita y recuperó su libertad en el 2010.

Marín era el ‘ladero’ de Di Zeo en la barra cuando este cayó preso y le ‘robó’ la jefatura en medio de acusaciones de traición. Al salir de la cárcel, Di Zeo amenazó con desatar una guerra y hubo enfrentamientos a balazos entre ambas facciones que causaron varios heridos, incluido Martín. Pero en el verano austral sellaron la paz y  anunciaron que compartirían ‘La 12’, como se conoce a la hinchada,  en la tribuna popular de La Bombonera. El botín es nada menos que los lucrativos negocios ilegales que acompañan sus actividades, como reventa de entradas, venta de tickets a turistas extranjeros, cobro a la fuerza de parqueos adyacentes improvisados en la calle, ‘merchandising’, alquiler de hinchas como ‘fuerza de choque’ y seguridad en actos políticos y hasta drogas.

Angelici explicó su plan: “Si cometen un acto de violencia dentro del estadio no tengo problema de volver a ponerlos en el derecho de admisión o llevarlos al tribunal de disciplina para suspenderlos o expulsarlos”. Pero no explicó cuáles serán los requisitos para integrar la barra brava y cómo y quién se encargará de afiliar nuevos miembros o controlar sus actividades.

El fútbol argentino está gravemente herido por la violencia de sus hinchas. Hace ya varios años que no se permite el ingreso de público visitante en las canchas. Pero esa medida no alcanza: las luchas internas de poder por el control de la barra y de los jugosos ingresos que produce en sus actividades ilícitas se han cobrado cinco muertos solo en el último tramo de 2014. Pero los hinchas, los verdaderos hinchas, solo esperan que comience a rodar la pelota en el primero de los tres superclásicos. (I)