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Sergey Karjakin exaspera a Magnus Carlsen y gana
Magnus Carlsen abandonó la rueda de prensa posterior a la octava partida por el campeonato mundial de ajedrez. Su oponente, el ruso Sergey Karjakin, se estaba demorando demasiado en una entrevista con un canal de televisión de su país. Entonces el noruego perdió la paciencia y se fue.
Carlsen, el actual campeón, acababa de perder -con las blancas- la octava partida (de doce) en defensa de su título. La frustración es normal. Karjakin tiene un juego mezquino: no arriesga, no ataca, solo espera un error del rival. Su negocio es exasperar a Carlsen, y lo estaba logrando desde el principio.
En el octavo encuentro, disputado el lunes, Carlsen hizo todo lo posible para ganar, y se metió en aprietos. No solo tenía que buscar jugadas ganadoras, sino especular con qué haría su rival, un tipo que no propone y juega a no perder.
En la jugada 19, Karjakin podía llevar a su dama a una posición peligrosa para las blancas. Pero el ruso evita las complicaciones, e hizo una jugada defensiva. Aquella decisión de declinar el ataque ya la había calculado Carlsen.
Pero al final -y solo al final- ese juego de la especulación le pasó factura al campeón, que varias veces se puso en situaciones complicadas que el ruso no aprovechó. En la jugada 31, Karjakin no capturó con su dama un peón blanco en a4 que facilitaría el avance de sus peones para una coronación. Faltaban 9 movimientos para la jugada 40 (en la que el reloj le agrega una hora más a cada oponente). A Carlsen le quedaban 2 minutos. A Karjakin, 5, y no vio esa oportunidad “por el tiempo”.
Carlsen lo intentó todo: abandonó su flanco de dama para lanzarse contra la esquina del rey negro. Sacrificó dos de sus peones a cambio de poder maniobrar un ataque con sus piezas. Recuperó sus peones con una combinación de jaque y sacrificio de un caballo, y al final, cuando ya todos sus esfuerzos por abrir la partida lo estaban llevando inminentemente al abismo, quiso forzar las tablas con un intento fallido de jaque perpetuo. Pero ya era demasiado tarde. En el flanco de dama, dos peones negros iban directo a coronarse.
Al final, Carlsen tenía dos opciones: evitar la coronación o salvarse de un mate que Karjakin había fabricado gracias a todos los descuidos voluntarios de las blancas.
Cualquiera iba a llevar al noruego a la derrota. Y firmó la rendición.
Ahora, Karjakin tiene 4,5 puntos frente a los 3,5 del campeón defensor. Luego de entablar las 7 primeras partidas, este duelo estuvo a punto de igualar el récord del inicio más parejo en la historia de los enfrentamientos por el campeonato mundial: las 8 tablas de 1995 entre Garry Kasparov y Viswanathan Anand. (I)
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