Las airadas protestas de Serena Williams contra un juez de silla en la final femenina del Abierto de Estados Unidos fue el último incidente que ha puesto el arbitraje del torneo en entredicho.

Serena acusó al juez de silla portugués Carlos Ramos de haber tomado una decisión "sexista" luego de sancionarla con un juego (2-6, 3-5 en ese momento) tras recibir tres warnings, el último de ellos por llamarle "mentiroso" y "ladrón".

"He visto a otros hombres decir otras cosas a los jueces de silla. Estoy aquí luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad de la mujer. Nunca le ha quitado un juego a un hombre por llamarle ladrón", apuntó Serena en conferencia de prensa después de su derrota el sábado contra la japonesa Naomi Osaka.

La WTA denunció una doble valoración en el arbitraje en los partidos masculinos y femeninos.

"La WTA cree que no debería haber diferencias en los estándares de tolerancia a la hora de que los hombres y las mujeres expresen sus emociones y estamos comprometidos en trabajar con el deporte para asegurar que todos los jugadores son tratados igual", explicó el organismo en un comunicado de su director, Steve Simon.

La Federación Internacional de Tenis (ITF) defendió este lunes el "profesionalismo y honestidad" de Carlos Ramos, el juez de silla que tuvo el incidente con Serena Williams.

"Carlos Ramos es uno de los árbitros más respetados y experimentados del circuito", defendió la ITF en un comunicado. "Sus decisiones fueron tomadas según el reglamento y fueron ratificadas por la decisión de la dirección del torneo al multar a Serena Williams por estos tres avisos", añadió (D).