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Entrevista / Richard antonio carapaz / ciclista profesional

"Quedé frío cuando Eusebio Unzué me llamó para que vaya a su equipo"

"Quedé frío cuando Eusebio Unzué me llamó para que vaya a su equipo"
Foto: Mario Egas / El Telégrafo
24 de octubre de 2016 - 00:00 - Andrés Granizo

Richard Carapaz quedó pasmado cuando recibió la llamada de Eusebio Unzué, el gerente general del Movistar Team de ciclismo. El español, que maneja uno de los equipos más poderosos del Tour Mundial, buscó al carchense hasta encontrarlo y proponerle ser parte de la escuadra española.   

Aquello tomó por sorpresa a Carapaz, que retornaba a su hogar luego de recoger un encargo para su hijo Santiago, de 2 años y medio. El ecuatoriano no dudó y al poco tiempo viajó a España para formar parte de Lizarte, un equipo amateur que le permitiría demostrar si tenía madera para establecerse en el profesionalismo.

Carapaz no falló. Se mostró como un escalador nato y asombró por su capacidad de adecuarse a las exigencias europeas. Así ascendió para probarse en el Movistar Team durante 3 meses, pero necesitó 2 para convencer a los directivos de que puede ser parte de la élite.

El logro del pedalista es comparable con el fútbol si se fichara por el Real Madrid o el Barcelona. Carapaz conversó con EL TELÉGRAFO antes de partir a España para planificar lo que será su primera temporada como profesional, en 2017.  

¿Cómo asume el hecho de ser el primer ecuatoriano en vincularse a un equipo del Tour Mundial de Ciclismo?  

Estoy muy contento con el logro; es un sueño hecho realidad. No puedo expresar toda la felicidad que tengo por cumplir un gran objetivo. Estos días (antes de su viaje) me dediqué a compartir con mi familia. Son mi motivación para seguir, porque ahora es cuando menos debo aflojar.

¿Cómo califica los meses en los que estuvo en Europa para poder fichar por Movistar?

Fueron determinantes. Para mí fue muy duro, pero siempre afronté con muchas ganas y coraje para conseguir mi anhelo. Al principio el equipo me había dicho que me tendría en las filas cuando fui la primera vez. La prueba era para ver cómo me acoplaba, cómo iba con ellos en carrera. Me entrené día a día, fui juicioso y se dieron los resultados. Me siento orgulloso de mí mismo de haber logrado esto.

¿Cuál fue su primera impresión al llegar al equipo y cómo fue el recibimiento de la gente de Movistar?  

Al principio estaba un poco temeroso de lo que iba a vivir, pero conforme pasaron los días me di cuenta de la magnitud. Por ejemplo, fui al galpón del equipo y ver todo lo que tenían y de lo que disponían fue impresionante. Ahí me dije: Esto es la élite.

Eusebio Unzué se dio modos para acercarse a usted. ¿Cómo recuerda ese episodio?

Él consiguió mi número de teléfono a través del Movistar Team de Colombia, del que era dueño y lo vendió por la lejanía. No lo conocía y se dio la molestia de buscarme. Cuando me llamó dije: “¡Vaya! ¿Cómo alguien tan grande me llama?”. Se presentó y fue muy directo: “Te llamo para que vengas al equipo”. Fue tan directo que me quedé frío. Ahí empezó todo. Luego tuvimos más contacto y en noviembre del año pasado supe que iba a Lizarte.

Lizarte fue el trampolín para luego ir a Movistar. ¿De qué forma analiza su participación con el equipo de Navarra?  

Eusebio me dijo que no me podía llevar directamente al equipo, porque necesitaba ver mis características en el campo amateur. Era como una serie B del fútbol; uno debe mostrar las cualidades para ir a la A. Era algo parecido, porque pude mostrar mis características en ese período. No hacía falta que ganara ni nada; no tenía esa obligación, pero de todas maneras pude salir victorioso en algunas etapas, tuve podios como segundo o tercero, gané clasificaciones de montaña, fui el más rápido o el más combativo. Todo eso sumó y tomaron la decisión de tenerme en el equipo. En Lizarte estuve 3 meses.

¿Fue difícil esa transición del campo amateur a probarse en el profesionalismo?

Era muy distinto todo. Las estrategias cambian porque cada ciclista tiene una orden que debe cumplir. Unos saben que deben disputar el primer puesto, otros que deben hacer de gregarios (labor de asistente del líder: llevar suministros o colocarse delante de él para romper el viento). Cada quien hace su papel en favor del equipo. En lo amateur es distinto. Lo tomé con asombro porque era la primera vez que lo hacía, pero poco a poco pude acostumbrarme. Se nota el cambio. En las primeras carreras sufrí bastante, pero luego me acoplé y en Italia me fue mejor. Eran cosas pequeñas que fueron viendo los entrenadores y dijeron: “Carapaz vale y lo traemos”.

¿Cómo recuerda el día en el que le confirmaron que se convertiría en miembro del equipo y firmó su contrato?

Estábamos en Italia en un día de carrera. Llegamos al hotel y mi representante -el italiano Giuseppe Acqueadro- vino con el contrato y me dijo: “Estás dentro para 2017 y 2018, solo falta tu firma y ya está”. Fue una gran alegría, porque no lo veía venir y las cosas salieron bien. Fue un logro que me costó mucho sacrificio y esfuerzo del día a día. Lo estoy disfrutando y sé que haré bien las cosas, sé que tengo potencial para estar ahí.

¿Qué labores cumplirá ahora que va a España?

Lo primero será conocer a todos mis nuevos compañeros, a los directivos del equipo, mecánicos, conductores y demás personal. También nos tomarán medidas de ropa y calzado. Conoceremos a la gente de los auspiciantes y se definirán los entrenamientos que realizaré. Lo más importante será que los técnicos establecerán mi calendario de competencias.

Usted dijo que le gustaría participar en el Giro de Italia. ¿Qué tiene esa prueba que le gusta tanto?

En sí es una carrera muy bonita, que tiene mucha más afición. Es una prueba con recorridos exigentes, mucha montaña y es lo que más me gusta. Tiene una exigencia mayor al Tour de Francia y más que la Vuelta a España. En cada etapa siempre ocurre algo distinto, cambian los líderes. Además, viene acorde a mis condiciones de escalador y ganar una etapa sería excelente para mi carrera deportiva.

Antes veía el Giro por televisión y ahora está muy cerca de participar en él. ¿Visualiza las cosas de esa forma?

Cuando estuve en Colombia tenía un poco perdida la emoción de ir a Europa. Yo lo veía difícil. Luché y ahora verme ahí, con ciclistas de gran categoría, como Fabio Aru o Vicenzo Nivali, es una meta cumplida. Queda mucho por hacer.

¿Considera que la gente no tiene una noción acertada de lo que consiguió como deportista?

No le quieren dar tanta importancia; se apoya a personas selectas muchas veces. No se le da tanta importancia como al fútbol. Y se sabe que el país es futbolero; hasta matan por ese deporte. Hay muchas disciplinas individuales a las que se debe dar más importancia. No solo al ciclismo, sino a muchos deportes que están en el olvido.

Para la gente es como que nada hubiese pasado. En el Carchi sí saben de la magnitud de esto, hasta en Colombia. Allí me formé; incluso a veces siento que ellos se sienten más orgullosos de mí que en mi propio país. (I)

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