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Ponce correrá el Rally Dakar como copiloto mecánico
“Llegar más lejos, con menos, ese es nuestro lema”, manifiesta Juan José ‘Jota’ Ponce, el segundo ecuatoriano que registrará su nombre en la historia del Rally Dakar, que en 2018 cumplirá su cuadragésima versión.
El quiteño, de 33 años, formará parte del equipo Duro 4x4 de Perú en condición de tripulante del piloto peruano Diego Weber, quien se inscribió en la justa con el número 398 en una camioneta Toyota Hilux 2,8 turbo diésel, de motor 1GD.
La frase que ‘Jota’ lleva de bandera se refiere al bajo presupuesto con el que cuenta el elenco, de alrededor de
$ 300.000 (sin incluir el vehículo), en comparación a los coches de los exponentes estelares, quienes manejan capitales superiores a los $ 5 millones.
La mancuerna peruano-ecuatoriana correrá en la T1.S, la nueva categoría que abrió el Dakar para coches estándar semimodificados, con las seguridades que exige la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y refuerzos de suspensión con la finalidad de obtener mayor estabilidad.
“Apostamos por la fiabilidad de la marca, creemos en ella. Parte de nuestro proyecto es demostrarle a la gente la calidad de sus productos y que no necesitas un carro espectacular, extraterrestre, ni con una inversión brutal para lograr lo que te propones”.
La preparación física del capitalino se basa en correr a diario en bicicleta, no considera necesario algo especial porque al residir en una ciudad con más de 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar está acostumbrado a la falta de oxígeno. Cabe recordar que 5 de los 15 días de la brega (del 6 al 20 de enero) se realizarán en altitudes superiores a los 3.000 metros.
Su entrenamiento en las dunas del desierto peruano y a las altas temperaturas de los caminos argentinos lo ha efectuado a lo largo de su carrera, pues este año corrió en el Campeonato Peruano de Cross Country y en los tres años precedentes (2014, 2015 y 2016) formó parte del personal de asistencia del team Duro 4x4.
Añade que ser un elenco que no apunta a los primeros lugares tiene sus ventajas, como el de seguir las huellas de los carros y motos que pasen antes que él y su compañero de fórmula.
Pero Ponce tiene una responsabilidad más, al ser ingeniero mecánico y dueño de un taller, también participa en los ajustes y revisiones a la máquina. Esa es la pasión que lo condujo a convertirse en piloto de competencia.
Su afán junto con Weber es quedar entre los 30 mejores de la clasificación general con lo que sería el ecuatoriamo mejor ubicado en un Dakar; en la edición 2017, en calidad de piloto, Sebastián Guayasamín ocupó el sitio 45 en la general; esa es la vara que desea superar ‘Jota’. (I)
Perú y Bolivia esperan millonarias ganancias
A juicio de Jorge Luis Imbaquingo, periodista con 43 años de experiencia en deportes tuerca, sería positivo que en futuras ediciones el Rally Dakar pase por territorio ecuatoriano. Esa idea ha rondado la órbita del automovilismo nacional desde hace varios calendarios, pero las autoridades de turismo y ambiente no encuentran, al parecer, las garantías ambientales necesarias para darle luz verde.
“La proyección de Perú en 2018 es generar más de $ 300 millones por las divisas que genera el Dakar en el ámbito turístico. En Bolivia la proyección es de más de 140 millones”.
Wilma Alanoca Mamani, ministra de Culturas y Turismo boliviana, expresó que el país espera un impacto positivo de $ 149 millones, no solo por la dinamización de transporte, hospedaje y gastronomía, sino además porque con la competencia se visibilizan los atractivos de esta nación, es decir, atrae a visitantes para todo el año. Al mencionar el perjuicio ambiental, Imbaquingo admite que hay un impacto, pero causado más por el hombre que por las máquinas; se ha comprobado, por ejemplo, que ciertos pilotos entierran botellas para disminuir el peso en sus vehículos. Imbaquingo transmitirá el Dakar a través de su medio en línea Sucesos Deportivos. (I)