El clavadista colombiano Orlando Duque saltó desde dos icebergs de gran altura en la Antártida, para cumplir así uno de sus grandes sueños.

Para llegar hasta la Antártida se embarcó en el buque ARC 20 de Julio de la Armada colombiana, que viajó hasta el continente blanco para realizar una investigación oceanográfica.

La mayor dificultad del viaje, según Duque, fue encontrar los lugares de los saltos porque el acceso a un iceberg es complejo. “Son muy inestables, son impredecibles y se pueden voltear en cualquier momento, por eso hay que buscarlos de cierto tamaño, y en algunos casos se puede correr el riesgo de que se desprenda un pedazo de hielo o se dé vuelta”, explicó.

Uno de los grandes problemas que tuvo que afrontar fueron las bajas temperaturas, ya que la máxima fue de un grado centígrado y la sensación térmica más baja fue de -25. Como parte de su preparación, el deportista extremo revisó minuciosamente los puntos de caída para evitar accidentes, ya que el lugar estaba lleno de témpanos milenarios que son transparentes al permanecer comprimidos durante tantos años. Duque, primer campeón del mundo de salto de gran altura (Mundial de Natación de 2013 en Barcelona) y auténtica leyenda en activo, hizo un salto de 12 metros y otro de 20 metros.

En buena medida, eso fue posible porque en esta época del año en la Antártida la luz del día dura 23 horas. Para hacerlo se sirvió de un traje de buceo neopreno de 7 milímetros, una capucha de seis milímetros de grueso, que solo deja descubierta la cara, guantes y botas, por las bajas temperaturas del agua. (I)