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Wendy Villón / Directora técnica de unión española
"Mi sueño es dirigir la selección y repetir la hazaña de ir a un Mundial"
No se puede hablar del fútbol femenino ecuatoriano sin mencionar a Wendy Villón, quien el pasado 8 de abril -dirigiendo a Unión Española- se convirtió en la entrenadora más laureada del país tras ganar su cuarto título en las cuatro ediciones del campeonato nacional.
Los dos primeros los logró como directora técnica del club Rocafuerte (hoy desaparecido), y ahora, con el conjunto ‘español’, consiguió su segundo bicampeonato en el país, tras derrotar en la final a Espuce en el estadio Monumental.
Aunque no lo expresa abiertamente, por el respeto que le tiene a Vanessa Aráuz -actual DT de la ‘Tri’- cree que cuenta con la capacidad para dirigir a la selección ecuatoriana absoluta y repetir una clasificación mundialista. “Mi sueño es dirigir una selección del Ecuador de mayores. Mi objetivo claro es volver a conseguir esa hazaña que logró Vanessa (Aráuz) muy merecidamente”.
Pero mientras eso sucede sigue dedicada a la preparación de la Selección de Fútbol del Guayas y de Unión Española, porque su idea es conseguir el pentacampeonato este 2017.
Una DT exigente y amiga
Wendy Villón evita el escándalo. Cuando conduce su automóvil escucha música romántica o vallenatos y en su casa -ubicada en las Calles 24 y Augusto González- prefiere descansar y ver películas.
Incluso cuando era jugadora les pedía a los entrenadores que nunca la ubicaran en un cuarto con alguien que le hiciera bulla o que se acostara tarde.
Pero esa tranquilidad y aparente pasividad contrasta cuando llega a las prácticas y está dentro de la cancha. Su fuerte voz sobresale entre el grupo de jugadoras y cada una de sus indicaciones son escuchadas con mucha atención.
Así sucedió el martes pasado en la cancha sintética ubicada atrás del estadio modelo Alberto Spencer cuando suspendió el entrenamiento con la selección del Guayas por una fuerte lluvia que inundó todo el terreno.
“Vengan, vengan que les voy a decir una cosa”, gritó y de inmediato las futbolistas formaron un semicírculo para escucharla con atención.
Vestida con camiseta, chompa, calentador, zapatos deportivos y con el cabello entrenzado, Villón no pierde de vista lo que hacen sus dirigidas.
Así terminen las prácticas está pendiente de ellas para darles algún consejo.
Irene Tobar, arquera de Unión Española, define a su DT como una profesional de pensamiento abierto que siempre aconseja a sus jugadoras y que participa de las risas y bromas después de las prácticas.
Aunque compartieron equipo como jugadoras de selección en 2006, el respeto en la actualidad se mantiene. “Comparte risas, bromas y juegos luego de los entrenamientos, pero las prácticas las toma con mucha seriedad”.
Mónica Quinteros, quien fue su compañera en la selección nacional y su ‘pupila’ por corto tiempo en Rocafuerte, la recuerda como una profesional muy seria y divertida, a pesar de la gran responsabilidad que tiene sobre sus hombros.
“Luego de los entrenamientos es una compañera más y está atenta a cada jugadora. Ella siempre dice que hay que cuidarse porque ser futbolista es una profesión muy linda y hay que aprovecharla”.
La mejor 10 de Sudamérica
A los 15 años de edad, su primo Edu Mercado Figueroa la estimuló para que practique este deporte. Le sacó permiso con su mamá y la llevó a jugar índor a las Calles 25 y la Q (suburbio de Guayaquil) en el equipo Las Amazonas. Dos años después ya formaba parte de la Selección Ecuatoriana de Fútbol.
Luego vistió las camisetas de Estrella 5, Emelec, Fedenador y Galapaguito. Jugó el Interbarrial de Guayaquil y múltiples torneos nacionales.
El miércoles pasado, el presidente de la Comisión Nacional de Fútbol Amateur (Confa), Amílcar Mantilla, recordó que Villón fue una de las mejores ‘10’ que tuvo el país y la puso como un ejemplo de futbolista.
En 1998 la Conmebol la destacó como una de las volantes de creación más importantes de Sudamérica.
La Confa le entregó a Villón un reconocimiento especial por haber ganado todos los títulos (4) de los torneos femeninos absolutos que han organizado.
“Era muy aguerrida, entregada, no me gustaba perder. Yo conducía al equipo a ganar, incluso fue capitana de la selección del Ecuador y de los clubes”, recuerda Villón.
En 2006, cuando regresó con la selección ecuatoriana del Sudamericano de Mar Del Plata (Argentina) -donde quedaron segundas- comenzó a planificar su retiro como profesional. Era el momento de pensar en su futuro y decidió concentrarse en sus estudios de cultura física.
Gary Estupiñán, uno de sus primeros técnicos, junto a otros profesores que tuvo a lo largo de su carrera, la motivaron a formarse como entrenadora, ya que tenía poder de liderazgo para manejar los grupos.
Sus estudios universitarios los combinó con los cursos que ofrecía la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y la FIFA.
Sus máximos referentes, en el mundo de la dirección técnica, son la alemana Silvia Neid y el español Josep Guardiola.
Incluso esta semana inició la lectura del libro Herr Pep donde se relata la experiencia del DT español en el Bayern Múnich.
Toda su preparación la realizó gracias al apoyo de su familia, que aunque en principio no quería que fuera futbolista, terminó por ser pilar fundamental en su carrera deportiva.
Sus primeros equipos como entrenadora fueron las selecciones de la provincia Guayas, en todas sus categorías. En 2012 se hizo cargo de Rocafuerte, y al año siguiente dirigió en el primer campeonato ecuatoriano de fútbol femenino.
Para Villón una de las claves de su éxito es haber formado una base importante de jugadoras que la siguieron desde Rocafuerte a Unión Española. “Sin jugadoras no seríamos nadie, así tengamos mucho conocimiento. y preparación. Es muy importante y fundamental tener un buen grupo humano”.
Durante los cuatro años dirigiendo en torneos locales ha sumado innumerables experiencias, pero dos le vienen a la mente de forma inmediata.
En el último viaje a Quito, por semifinales del torneo ecuatoriano, las jugadoras que pasan los 24 años organizaron un evento sorpresa para sus compañeras menores que recién se habían graduado de colegio.
“Ese homenaje fue muy emocionante y motivador. La gente del hotel donde estábamos concentradas apoyó y disfrutó al ver cómo las chicas se las ingeniaron para simular una graduación. Unas hicieron de madrinas, otras de directivos y al final resultó un bonito homenaje”.
El otro sucedió en la última final (8 de abril) ante Espuce en el estadio Monumental. Al salir sintió una emoción especial al ver mucha gente en las gradas. “Yo pensé que no iban a estar muchos, pero cuando ingresé se me puso la piel de gallina. Ese día estuve con mi nieto Jadiel desde el Himno Nacional hasta la banca de suplentes. Entonces estaba con un ojo en mi nieto y otro en la cancha”.
Pero también ha tenido que pasar por momentos difíciles en los que ha dejado su papel de DT para convertirse en familiar. El año pasado falleció el padre de una de sus jugadoras; la noticia golpeó fuerte a todas y el grupo pasó por momentos difíciles.
“La acompañamos en todo momento y le dimos el apoyo necesario. Es que cuando suceden estas cosas, el grupo se ve afectado ya que somos como una familia y ella así lo sintió”.
Situaciones así sacan el lado más humano de la estratega, que reconoce ser sentimental a tal punto de llorar en la mayoría de los acontecimientos.
“El otro día ellas (jugadoras) mandaron a elaborar una placa que me dieron en la final, y yo ni enterada. Ese día se me salieron las lágrimas y enseguida una de las chicas dijo que no podían darme nada porque me pongo a llorar”. La persona que mejor la conoce es su madre, Rosa Mercado. Ella sabe cuándo está mal o ansiosa, y siempre trata de apoyarla, incluso en la semifinal del último torneo ante Espuce vaticinó el resultado. “Estaba muy nerviosa. Habíamos perdido en casa y nos tocaba ir a Quito. Mi mamá se dio cuenta y me dijo que esté tranquila, que iba a ganar 3-0. Y ese fue el resultado”.
“Mi juego es ofensivo”
Los equipos de Wendy Villón son muy ofensivos. La línea de defensas la ubica tres cuartos de cancha para presionar bien arriba.
“Nosotros defendemos nuestro equipo en la cancha rival, donde ellos inician con su juego. Me gusta mucho mantener el balón y realizar cambios de orientación”. La única ‘cábala’ que Wendy Villón ha tenido desde su época de futbolista es entrar a la cancha antes de los partidos y dominar el balón. “Si podía hacerlo bien, ganábamos, pero si no podía dominar bien y la pelota se me caía el encuentro se nos complicaba”. (I)