Escalar la pared de El Capitán, y luego la del monte Larkia son 2 de los principales objetivos que el montañista ecuatoriano Esteban Mena (27 años) prevé cumplir en lo que resta de 2017; son propósitos complicados que también le servirán como preparación de frente a un objetivo más ambicioso: abrir en 2018 una ruta nueva en el Everest.

Todos estos proyectos los realizará como parte de expediciones que ya tienen fecha. La pared de El Capitán, de 914 metros, la subirá junto a su novia, Carla Pérez, y a Édgar Aulestia. Para Carla y Esteban será el segundo intento, pues en 2013 no ascendieron debido a que el parque Yosemite, en el estado de California (Estados Unidos), cerró por un tema burocrático.

Los escaladores permanecerán en este bloque de roca todo septiembre al 1 de octubre, remontando la ruta Nose, que fue la primera de las más de 70 rutas que existen en la actualidad y que resulta icónica porque es donde comenzó la escalada de grandes muros. “Donde en las décadas del 50 y 60 se afinaron las técnicas que ahora nosotros usamos para superar las paredes alrededor del mundo”.

El 1 de octubre, Mena viajará a Nepal con Roberto Morales y Nicolás Navarrete, con quienes tratará de trepar a la cumbre del Larkia, un pico de unos 6.300 metros, al que miró a plenitud en 2012, cuando conquistó la cima del Manaslu (8.156 metros) como parte del equipo ‘Somos Ecuador’ que capitenea Iván Vallejo.  Desde entonces se le metió la idea de escalar el pináculo central del Larkia, con el aditamento especial de registrar su nombre y el de sus compañeros como las primeras personas en coronar este macizo.

“No existen ascensos registrados. Hemos investigado muchísimo en Nepal, preguntado a muchas personas, existen ascensos a los picos sur y norte del Larkia, pero no al principal, es una cumbre virgen. Imagino que a nadie le ha tentado ir debido a la dificultad, porque queda lejos; hay que dar una vuelta bastante larga en un glaciar y es muy difícil de avistar”.

La senda de escalada que desean marcar mediría 800 metros, pero no es un dato exacto, porque, al ser recóndita y no ascendida, no hay mediciones exactas, lo que le dará un alto grado de exploración a la incursión de los ecuatorianos.

Morales y Navarrete, en tanto, aspiran a llegar en óptimas condiciones, tal como lo han hecho hasta ahora dentro de su emprendimiento  ‘7 continentes-14 paredes’, que consiste en pisar las cúspides más representativas de cada región del planeta.

Entre otras, han superado los muros Fitz Roy (Patagonia), la Esfinge (Perú), El Capitán (EE.UU.), la Torre sin Nombre (Pakistán), El Naranjo de Bulnes (España), los tres picos de Lavaredo (Italia) y el Tsaranoro en la isla de Madagascar (África).

Mientras en noviembre, si todo sale bien, Mena se quedará en Nepal, donde hará escalada en solitario; prefiere no adelantar cuáles serán los paredones a vencer. Su meta, al estar solo, es enfrentar sus miedos y limitaciones.

 Esteban Mena, que en los últimos 4 años subió 3 veces al Everest (8.848 metros), la más reciente hace 2 meses, estima estar de nuevo en la montaña más empinada del globo el próximo mayo; si reúne el financiamiento, tratará de abrir una ruta nueva de escalada por la cara noreste del Everest; su compañero sería el norteamericano Cory Richards, quien además es fotógrafo de National Geographic.

Antes, en febrero, como parte de su preparación irían a la pared  sur del Aconcagua (6.962 metros), en Argentina.

“Es un ascenso que se ha intentado otras veces, pero nunca nadie arribó a la cresta por esta ruta, que desde la base está a unos 6.500 metros. La escalada propiamente dicha se termina a 8.400 metros, o sea, son 1.900 metros de escalada; tras eso se sigue por el camino normal en el lado norte. Trataremos de hacerlo sin oxígeno de reserva”, explica el capitalino.

Esteban depura su técnica y realiza preparación física en Las Canteras, las cuevas artificiales de Monodedo, el muro de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP) y el volcán Pichincha.

Carla Pérez, su ‘alma gemela’, admira el tesón con el que proyecta sus sueños. Muchos de los ensayos los cumplen juntos. El ‘Topito’, como le dice con cariño, constituyó parte fundamental de su logro en el Everest el 23 de mayo de 2016, cuando se convirtió en la sexta mujer en el mundo y primera latinoamericana en vencer al ‘Chomolungma’ -como se denomina en Nepal al coloso- sin la ayuda de oxígeno embotellado.

En aquella oportunidad, Mena documentó la hazaña a través de videos y fotografías; esa labor también será parte de su misión cuando desafíen la piedra de El Capitán. (I)

DATOS

Esteban Mena viajó a Perú el pasado domingo. Fue contratado como guía de montaña para subir a los nevados Alpamayo  y Kitarraju, superiores a los 5.000 metros.

En los nevados peruanos hará escalada en hielo. El 17 de julio prevé desplazarse a Bishkek (Kirguistán), donde ascenderá al pico Lenin (7.134 metros), también dentro de su labor como guía calificado. 

Una de las experiencias más duras que vivió Mena se remonta a septiembre de 2012, cuando sobrevivió a una avalancha en el Manaslu que dejó 11 muertos. El 1 de octubre fue uno de los que llegó a la cresta.

El gran reto que tiene el ‘Topo’ es hacer la travesía en el Himalaya dentro de 3 o 4 años: coronar el Nuptse (7.861 metros), el Lhotse (8.516) y el Everest, en un solo proyecto. Hasta hoy nadie lo ha conseguido.