“Todas las palabras que mi entrenador (Luis Valdivieso) me decía me sirvieron, lo escuchaba a cada momento. Me ayuda bastante porque puede ver mis errores desde afuera, desde otro punto de vista. Yo escuchaba que me decía ‘vamos’. Él no esperaba que empezara perdiendo 1-0 y después 2-0, pero me ayudó a remontar.  

Los entrenamientos, las tácticas que planteamos, los movimientos, lo captaba todo. Él siempre me decía ‘piernas, piernas, piernas...’.   

El combate se tornó complicado. Sí esperaba enfrentarme en la final  a la canadiense (Camélie Boisvenue) porque seguí sus peleas y la vi muy fuerte. Yo estaba algo tensa porque ella estaba de local y contaba con el apoyo del público. Por eso se podría decir que yo tenía un punto en contra, pero agarré fuerzas para dar lo mejor por mi país.  

Fue la primera vez que enfrentaba a Boisvenue, no conocía su modo de pelear, aunque en videos la había estudiado un poco, pero es diferente el momento del combate. Como es un poco más alta que yo la pelea se hizo difícil. Es muy hábil con sus brazos, muy rápida, una de las más rápidas de la categoría (+68 kilos). Su debilidad es su poca experiencia, tiene apenas 18 años y era la primera vez que competía en los Juegos Panamericanos.

La pude sentir nerviosa antes de la final y trabajé sobre eso y lo que había visto en los videos. Y como nunca había peleado con ella, tuve que cambiar mi táctica.

La pelea se definió al momento que la impacté con la patada kisami mawashi geri, sin embargo, los jueces, en principio, no sacaron ninguna bandera. Pero como mi entrenador tenía la opción de pedir que revisen el video, lo hizo y me cedieron los 3 puntos, con lo que pasé a ganar 3-2.   

Como faltaba muy poco tiempo para que terminara el combate traté de manejar de mejor manera el tatami para que mi adversaria no me haga otro punto, porque si empataba, obviamente, por decisión, los jueces le hubieran dado la ganancia a ella.

Las cosas salieron como quería. Para empezar, yo iba con la mentalidad de enfrentarme contra la que sea, porque ya había peleado con varias de ellas, algunas me habían ganado, pero yo había entrenado para vencerlas. Fue como una revancha conmigo misma.

Con Yeisy Piña (Venezuela) había peleado 2 veces, le gané las 2. Con la argentina Verónica Lugo fue la primera vez, pero le pude ganar. La brasileña Isabela Dos Santos me derrotó las 2 ocasiones que

peleamos, así que esta vez me tomé la revancha.

De vuelta al karate

Entre los 15 y 17 años me retiré por completo del karate. Vine a Quito a estudiar en la universidad, pero el sensei Luis Valdivieso habló con mi mamá (Mayra Marmolejo) y después conmigo, me preguntó si quería entrenar otra vez. Y míreme, estoy de nuevo en el karate.

En ese tiempo viví con mi tía Martha Guerra, quien me ayudó muchísimo. Ahora vivo sola y estudio a distancia comunicación social en la Universidad Técnica Particular de Loja. Este semestre no ingresé porque quería estar concentrada al 1.000% en los Juegos Panamericanos. En septiembre retomaré los estudios. Quiero darles las gracias a todas las personas que están pendientes de mí. A mi papi, José Luis Echever, por darme la bendición, por creer en mí y decirme: ‘Tú puedes, dale con todo’”. (I)