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La F1 tiene su propio sueño americano
¿Puede la Fórmula 1 convertirse en un deporte más popular, con audiencias todavía más grandes y generar más beneficios? Es lo que espera su nuevo propietario estadounidense, el grupo mediático Liberty Media, que anunció ayer su toma de control de este deporte.
El grupo Liberty Media, del millonario y magnate de las comunicaciones estadounidense John Malone, tomará una participación del 18,7% por $ 761 millones en el seno de Formula One, el organismo que gestiona la F1. Después adquirirá la totalidad del ‘holding’ Delta Topco, por el cual el fondo de inversión CVC Partners controlaba hasta ahora la Fórmula 1.
En total, Liberty Media desembolsará $ 4.400 millones. El valor de Formula One se evaluó en el marco de esta operación en unos $ 8.000 millones, deuda incluida.
La principal buena noticia para los centenares de trabajadores de las once escuderías de la Fórmula 1 y sus miles de suministradores, en Inglaterra, Alemania e Italia es que el fondo CVC, interesado sobre todo por los dividendos, deja paso a gente de los medios, para los que la F1 se presenta como una oportunidad y una herramienta para ganar más dinero.
A sus 85 años, Bernie Ecclestone, considerado el arquitecto de la Fórmula 1 moderna, seguirá en la cabeza de Formula One. A su lado, Chase Charey, exbrazo derecho de Rupert Murdoch en 21st Century Fox, tomará la dirección del organismo, con el título de presidente.
La Fórmula 1 necesita constructores capaces de invertir sumas faraónicas ($ 337 millones, de media) para mejorar su notoriedad y vender más coches. Es el caso de Mercedes y Renault, o de Ferrari y Honda (con McLaren), comprometidos al menos hasta 2020. En el comunicado anunciando su toma de control, Liberty Media habla de la posibilidad de que grandes actores de la F1, empezando por los constructores, participen en la nueva entidad que nacerá a principios de 2017 y que cotizará en Bolsa. Eso permitiría a los principales actores de la economía mundial valorizar, de otra manera, su presencia en la F1.
Otra idea es dar a las escuderías de Fórmula 1 un carácter de “franquicia”, como con los grandes clubes del deporte estadounidense, alrededor de un modelo económico que permita una redistribución más equitativa de los ingresos comerciales. Eso será a partir de 2020. El reto es limitar las bancarrotas (Caterham, Marussia) y revender más fácilmente una escudería a un nuevo propietario que tenga los medios para impulsarla.
Bernie Ecclestone, con su pequeña estructura de unas decenas de personas, Formula One Management (FOM) en Londres, siempre ha preferido dejar la promoción de su deporte a las escuderías, a los propietarios de los circuitos y a los patrocinadores.
Liberty Media puede aportar un elemento diferenciador en eso también, ya que cada dólar invertido permitirá conquistar nuevos fans. “La F1 es un gran actor en el mercado de los derechos deportivos de alta gama. Hay una demanda creciente por parte de las televisiones y de los anunciantes publicitarios, que quieren llegar a los aficionados a la Fórmula 1 en todo el mundo”, según Chase Carey, el nuevo “adjunto” de Ecclestone, enviado especial de Liberty Media.
En términos puramente mediáticos, el potencial de desarrollo es enorme, ya que la veintena de Grandes Premios, entre marzo y noviembre por todo el planeta, garantizan una visibilidad mundial con grandes beneficios comerciales.
Red Bull lo entendió bien y optó por seguir en la Fórmula 1, para continuar vendiendo sus latas de bebida energética, después de haberse planteado salir de la competición.
Por su parte, la marca de cervezas holandesa Heineken acaba de firmar un acuerdo de larga duración con la F1 y va a invertir mucho dinero para conquistar nuevos consumidores.
El corazón de la F1 está en Europa, de Spa a Monza, pasando por Silverstone y Mónaco. Esos circuitos míticos hacen soñar a la clientela estadounidense. Gracias a bellas imágenes, en circuitos viejos pero repletos, incluso por encima de circuitos nuevos y vacíos lejos de Europa. “Que quede bien claro: la F1 nació en Europa, es ahí donde tiene sus pilares y sus mercados bien establecidos, cuya importancia es crucial”, añadió Chase Carey. A más largo plazo, los nuevos propietarios quieren desarrollar la F1 en los mercados asiático y americano.
En la pista, la F1 se prepara para las nuevas generaciones, si se tiene en cuenta la edad media de los pilotos. Los veteranos Felipe Massa y Jenson Button anunciaron que no estarán en la gran competición en 2017. Fernando Alonso y Kimi Raikkonen seguirán probablemente pronto ese ejemplo, quizás a finales de 2018. Los jóvenes Stoffel Vandoorne y Esteban Ocon tienen ya seguro su volante para la próxima temporada y ahí está Max Verstappen, joven prodigio de 18 años, que ya compite de tú a tú con los grandes.
La FIA celebra la venta
La Federación Internacional del Automóvil (FIA), presidida por el francés Jean Todt, celebró ayer “la adquisición de la entidad comercial de la Fórmula 1 por parte de Liberty Media”, en un comunicado en tono muy positivo. La FIA fue “recientemente informada de la intención de Liberty Media de comprar Delta Topco, la empresa madre del poseedor de los derechos comerciales de la Fórmula 1, a CVC Capital Partners”, indica en su texto la autoridad deportiva y técnica de la F1, encargada de los reglamentos y su aplicación.
“La FIA obviamente no tomó parte en las negociaciones sobre la venta. Sobre ello, estamos a la espera de informaciones más amplias de los términos propuestos de la transacción y celebramos la ocasión que se abre para discutir con todas las partes de las posibles consecuencias de este acuerdo para la promoción del campeonato principal de la FIA”, añade el comunicado.
El presidente de la FIA, Jean Todt, en el mismo texto, dijo recibir “favorablemente esta inversión a largo plazo en la F1, por parte de una empresa que ostenta una cartera de actividades tan diversificada en el deporte, la prensa y el ocio”.
“Como instancia que dirige el automovilismo, reconocemos la gran experiencia de Liberty Media en estos campos y nos alegramos ante la perspectiva de trabajar en estrecha cooperación con este socio, para seguir desarrollando la F1 y atrayendo a nuevas generaciones de aficionados al automovilismo en todo el mundo”, concluye el comunicado.
La FIA cedió primero los derechos comerciales de la Fórmula 1 para 15 años, en 1995, y luego prolongó el acuerdo para un siglo, en 2000, cuando estaba presidida por el abogado inglés Max Mosley. (I)
Ecclestone, un as de los negocios en plena forma
El patrón histórico de Formule One Management (FOM), Bernie Ecclestone, que cumplirá 86 años en octubre, acaba de cerrar el que sea posiblemente uno de los mejores negocios de su carrera: la venta de la Fórmula 1 al grupo estadounidense Liberty Media, manteniendo además su poder.
Paradojas del destino, la carrera de Ecclestone, digna de una película de Hollywood, continuará de la mano de un exdirigente de la 21th Century Fox, Chase Carey, de 62 años, que por edad podría ser su hijo. Carey, de frondoso bigote, y Ecclestone, conforman un tándem prometedor a nivel empresarial y mediático. “Seguiré en mi puesto. Seguiré haciendo todo lo que hacía antes, como negociar con los circuitos, las cadenas de televisión y cosas así”, aseguró Ecclestone en la página británica Autosport, agencia de prensa oficiosa de la F1.
La ventaja es que Liberty Media, a través de Liberty Global, está presente en varias cadenas de televisión europeas, lo que facilitará las negociaciones.
En contratos cuanto más confidenciales y llenos de cláusulas es donde mejor se maneja el veterano hombre de negocios. Confía en mantener su puesto “durante tres años”, luego de meses de negociaciones con el estadounidense John C. Malone, de 75 años, el nuevo “propietario” de la F1.
Otro multimillonario hecho a sí mismo, como “Bernie”. “La buena noticia es que Chase (Carey) será capaz de impulsar la F1 en nuevos territorios gracias a las redes sociales. Yo nunca encontré el modo de ganar dinero con ‘eso’”, añadió “Mr E”.
Antiguo vendedor de coches y de motos de segunda mano, agente inmobiliario y jugador de póker, sus declaraciones oscilan entre el humor inglés y la provocación.
El señor ‘E.’ es también muy próximo a Vladímir Putin, al igual que él gran amante de las camisas blancas, y al que convenció de organizar un Gran Premio de Fórmula 1 en Sochi, en el lugar del parque olímpico de los Juegos de Invierno-2014, sin escatimar gastos.
Este año se atrevió con un Gran Premio en Bakú, la capital de Azerbaiyán. No destacó por la masiva presencia de espectadores, pero se ingresaron 40 millones de dólares en las arcas de la FOM, y serán repartidos entre las escuderías el próximo año.
Las últimas estimaciones sobre su fortuna, difícil de cuantificar, la cifran en torno a 4.000 millones de dólares en 2014, según la revista estadounidense Forbes, a pesar de la ingente cantidad con la que compensó a su exesposa Salvica por su divorcio en 2009.
Ello antes de los 100 millones de euros destinados a la justicia alemana en 2014 en un proceso por corrupción... en la compra de acciones de la F1 a finales de 2005 por CVC. Ecclestone debutó en la F1 como agente de pilotos, después adquirió la escudería Brabham y creó la asociación de constructores de F1 (FOCA), con el fin de defender sus intereses. Pronto se convirtió en el gerente exclusivo de los derechos de la F1, negociando con circuitos, anunciantes y televisiones. (I)