Publicidad
La cantera del Valle del Chota busca redimirse
Atrás quedaron los tiempos en los que la selección nacional de Ecuador estaba conformada por varios elementos oriundos del Valle del Chota. Para el Mundial de Corea-Japón 2002, siete futbolistas de esa localidad al norte del país asistieron entre los 23 convocados; para la última cita, en Brasil 2014, apenas fueron dos.
El decrecimiento del aporte para la ‘Tri’ de los futbolistas de ese sector ha sido notorio en los últimos años y no ha pasado desapercibido en el Valle del Chota. Hoy prácticamente solo Renato Ibarra es tomado en cuenta en el actual proceso conducido por Gustavo Quinteros.
Por esa razón, desde la pequeña localidad del norte del país, pretenden recuperar su condición de ser una de las mejores canteras. A pesar de los escasos recursos con los que han contado, los jugadores nacidos en la cancha de tierra se transformaron en los mejores exponentes.
Franklin Limaico, oriundo del Valle del Chota, creó un proyecto denominado ‘Mi pasión el fútbol, mi meta el Mundial’, con el que pretende recuperar esa condición de los deportistas choteños. “Queremos masificar el fútbol aquí y recuperar el nivel que ha tenido en años anteriores. La propuesta es trabajar de una forma más metódica y planificada con los niños y los jóvenes”.
Existieron muchos factores para que el balompié dejara de ser una de las primeras opciones para los jóvenes. Muchos optaron por dedicarse a la vida militar y otras profesiones, lejos del deporte.
Limaico analizó también que la motivación por dedicarse al fútbol cayó de a poco. Puso como ejemplo que varias fundaciones relacionadas al deporte dejaron de funcionar y la gente se desvió.
Desde diciembre del año pasado se empezó a forjar el programa, donde no solo se trata de resaltar las habilidades técnicas de los atletas, sino también formarlos en valores. Es decir, se intenta conseguir un aprendizaje integral.
Al momento, 120 hombres y mujeres de entre 7 y 17 años asisten regularmente a los entrenamientos que imparten tres entrenadores, entre las 14:30 y las 18:00, de lunes a viernes.
Las clases son gratuitas para todos los asistentes y con recursos algo limitados tratan de sacar adelante el programa. El Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento (CEAR) de Carpuela es el lugar donde practican a diario. Los futuros futbolistas llegan de diversas localidades cercanas al Valle del Chota.
La inauguración de la cancha sintética en El Juncal, en el lugar donde se forjaron figuras como Édison Méndez, Agustín Delgado o Ulises De la Cruz, también aportó como una motivación adicional para los niños y jóvenes, al poder jugar en un lugar con las condiciones idóneas. La obra fue entregada por el Ministerio del Deporte en diciembre del año pasado.
El primer paso fue lograr un acuerdo con el Instituto Superior Tecnológico de Fútbol (ISTF) de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) por tres años. Los entrenadores que se forman en el instituto acudirán los fines de semana y, eventualmente en los días ordinarios para aportar con conocimientos a los estrategas locales.
Un total de nueve técnicos se desplazarán cada fin de semana al Valle del Chota para las clases y se rotarán cada vez. Ellos necesitan realizar pasantías para optar por el título de entrenador profesional, por lo que la oportunidad que se presenta en la provincia de Imbabura es ideal para ellos.
El entrenador argentino Juan Urquiza es el nexo entre el ISTF y el proyecto en el Valle del Chota. Después del primer acercamiento, observó que existen muchas ganas para sacar adelante a los niños y jóvenes; además, contarán con una gran infraestructura para formarlos.
“Hicimos una evaluación de las necesidades que existen y de cómo se ha ordenado cada categoría. Esta semana terminaremos de definir algunos aspectos y desde la siguiente arrancaremos con los entrenamientos”, dijo el técnico.
Urquiza armará los cuerpos técnicos que rotarán cada vez, de acuerdo a las edades y a las necesidades de cada categoría. Se instruirán a la sub-8, sub-10, sub-12, sub-14 y sub-17. Se pondrá especial atención a los mayores, pues ellos están en una edad de transición, en la que podrían transformarse en profesionales.
Para el estratega, que lleva más de 15 años radicado en el país, existen más razones por las que ese sector dejó de sacar jugadores destacados para los clubes y la selección. “Me parece que se acabó el proceso de enseñanza y también lo que la naturaleza brindó en ese momento. Nosotros debemos rescatar esa preparación y el trabajo con los niños, pero no solo en el fútbol, sino también en la sociedad. Esto será de a poco: trataremos el respeto, la educación y luego mejorar las condiciones físicas y futbolísticas de ellos”.
Los resultados se podrían ver dentro de un año, dependiendo de la evolución de los jóvenes talentos y de cómo se los forme. Limaico espera que pronto se pueda contar con más recursos para un mejor desarrollo del proyecto, pues ahora son limitados y prácticamente de su parte, para revivir la cantera choteña. (I)