Lo primero que hizo Karl Egloff luego de romper el récord de speed climbing (escalada de velocidad) en el Aconcagua, fue arrodillarse y agradecer a su madre, que falleció cuando él tenía 15 años, por lo que acababa de conseguir. El padre de su novia, Franklin Velasco, lo ayudó a incorporarse de nuevo y le entregó la bandera de Ecuador para que celebrara el triunfo.  

El ecuatoriano-suizo rompió el récord que tenía el español Kilian Jornet con 12 horas y 49 minutos. Egloff bajó casi una hora el tiempo del europeo y registró un tiempo de 11 horas y 52 minutos. Su hazaña, del 19 de febrero, fue la segunda de este tipo, pues el año pasado también impuso una marca récord en el Kilimanjaro, una montaña situada en el noroeste de Tanzania.

Su hermana mayor, Susana, contó desde Quito que en la noche previa a la expedición, Karl estaba nervioso y apenas pudo dormir. Miró algo de televisión para conciliar el sueño y antes de las 06:00 ya estaba en el sector de Horcones, desde donde debía partir a la cumbre del Aconcagua en Mendoza.     

Lo acompañaron Iván Herrera y Nicolás Miranda, andinistas experimentados, que tuvieron que seguir el ritmo de Karl para darle de beber y de comer, además de darle ánimos.

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Esa tarea no fue sencilla, pues su ritmo era muy veloz; sin embargo, consiguieron estar en casi todo el trayecto junto a su compañero de travesía.      

Al inicio del día las condiciones climáticas fueron complicadas, pero era lo que se esperaba. Había mucho viento y frío, pero más adelante el panorama cambió, el cielo se despejó y el sol acompañó a Egloff en un tramo.

En una entrevista posterior para Runners World, el ecuatoriano contó que la estrategia para superar el récord de Jornet le salió a la perfección. Sabía que en el sector llamado Nido de Cóndores el español tuvo problemas y para él el secreto de la marca estuvo entre ese punto y la cumbre de la montaña.   

Egloff registró un tiempo de ascenso de 7 horas y 55 minutos, mientras que el de descenso fue en 3 horas y 57 minutos. Siempre tuvo en cuenta el registro de Jornet, con quien hasta Nido de Cóndores estaba igualado. La diferencia la logró entre ese punto y la cima, además del rápido descenso hasta la base.

En el trayecto se alimentó con electrolitos y geles, mientras que en la cumbre tomó un energizante para continuar. En ese tramo tomó panela y caramelos de azúcar no procesados, además de papilla de avena caliente.

El montañista contó que permaneció unos 5 minutos en la cumbre para registrar con su cámara que llegó al punto más alto del Aconcagua y con una temperatura de -25°. Eso es algo obligatorio para demostrar que él estuvo allí, antes de seguir con la segunda parte del recorrido.

Miranda y Herrera tuvieron un último contacto con Egloff antes de que inicie la bajada. Él debía ir lo más rápido posible y sus acompañantes lo hicieron con más calma. Por esa razón tuvieron que acampar en Plaza de Mulas y ayer tenían previsto reencontrarse para volver hoy por la noche a Ecuador.  

En el descenso se encontró con lluvia y algo de nieve, pero también con el tramo más complicado de su travesía. Se encontró con 23 kilómetros que están llenos de piedras y arena, que afectaron sus piernas luego de todo el recorrido realizado.

Además, como parte de su entrenamiento, el 11 de febrero coronó el Aconcagua, pero lo hizo como si se tratara de la prueba final. El sábado 14 lo hizo de nuevo, esta vez a velocidad ‘normal’, con un grupo de ecuatorianos a los que guió hasta la cima de la montaña. Es decir que en 9 días estuvo en 3 ocasiones en lo más alto de la elevación argentina.

A pesar de ese inconveniente, el montañista continuó el tramo de descenso y consiguió completarlo en menos de 4 horas. Exhausto, pero feliz, consiguió un nuevo récord de speed climbing para su registro y se plantea más retos por cumplir, luego del Aconcagua.

Al llegar a la base de la montaña le realizaron los chequeos médicos de rutina y en ese aspecto no tuvo ningún problema. Después estuvo junto a las autoridades del Parque  Provincial Aconcagua, donde con atención escuchó al jefe del parque, mientras oficializaba el nuevo récord en la montaña.  

“Los récords están para romperse”. Con esa frase, Jornet felicitó al ecuatoriano, que apenas 2 meses después rompió la marca que impuso el español.   

Datos

Egloff se plantea para 2016 realizar en modo speed climbing la ascensión al monte McKinley (6.194 msnm). En 2015 estará centrado en eventos locales.

El McKinley es la elevación más alta de Norteamérica y de Estados Unidos. Está ubicado en Alaska. El récord le corresponde a Kilian Jornet, que registró un tiempo de 11 horas y 40 minutos.

Jornet superó el récord anterior que le pertenecía a Ed Warren, quien consiguió un tiempo de 12 horas y 29 minutos en ascender y descender.