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Garrido renació luego de perder la pierna izquierda
Llegar a casa con una rosa entre los dientes todos los días y entregársela a su esposa puede ser repetitivo, pero para Víctor Hugo Garrido Márquez es como respirar; no se sentiría vivo si no lo hiciera. Y es que el múltiple campeón mundial considera más lindo celebrar a diario la resurrección, que una vez al año su cumpleaños.
Resurrección, sí, porque se salvó de morir en un accidente de tránsito y, tras perder la pierna izquierda por amputación, tuvo que renacer y adaptarse a una nueva vida. Nada resultó fácil.
Mientras se saca la prótesis y se equipa con el objetivo de entrenar en el velódromo José Luis Recalde de Quito, el venezolano sonríe al recordar que no habría ganado tres títulos mundiales en ciclismo de ruta adaptado si no lo hubieran despedido de la escuela Coronel Antonio Rangel de su natal Tovar (Mérida), donde se desempeñaba como maestro sustituto.
- Ya no lo necesitamos. Tenemos otro profesor alterno. Usted no podría trabajar bien caminando en las aulas con muletas.
- ¿Cómo? Si no se educa con los pies, se enseña con la inteligencia.
- No insista, retírese por favor.
Las palabras del director del establecimiento se clavaron en lo más profundo de Víctor Hugo; se dio cuenta de que su limitación física no era el principal impedimento en su camino a la superación, pesaban más los prejuicios sociales.
Lo han llamado cojo, mocho, inválido... aunque es peor reparar que hay quienes creen que a los individuos como él se les da empleo, atención médica o seguridad social por solidaridad, no porque sean sujetos productivos.
Adquirida su discapacidad a causa de una mala práctica médica en 1989, cuando tenía 23 años, Víctor residió con sus padres hasta 1992, año en que decidió emigrar a Caracas. Los 3 primeros días en la gran ciudad los pasó deambulando, durmiendo en la terminal del metro. Al tercer día, mientras pasaba por la sede de la Alcaldía, alrededor de 50 exponentes de deportes adaptados protestaban encadenados a los pies del Cabildo.
Pedían que se les permitiera laborar como comerciantes autónomos; algunos vendían perfumes, otros calcetines, pantalones... Al identificarse con su causa, Víctor también se encadenó. La medida sirvió, lograron los permisos, pero aquello no era lo que Víctor buscaba. La circunstancia le hizo reflexionar; así no se debía tratar a los atletas paralímpicos.
El siguiente paso era pelear por una normativa que proteja a las personas con discapacidad. En 1994, colectivos consiguieron que un proyecto de ley ingrese a la función legislativa, aprobándose en 1995. En 1996, Víctor Hugo y sus compañeros acordaron recorrer el país con el objetivo de divulgar la Ley para la Integración de Personas Incapacitadas.
Es en ese contexto que Garrido conoció a quien sería su futura esposa: María Eugenia Rodríguez, hija de Armando Rodríguez, entrenador de ciclismo. Ella, comunicadora de profesión, trabajaba en el Instituto Nacional de Deportes y realizaba la cobertura de una media maratón en la que participó el tovareño en 1994. Ese constituyó el inicio de la faceta ciclística de Garrido, quien en 1991 arrancó su carrera deportiva participando con muletas en pruebas pedestres.
- Voy a viajar en muletas por la nación. La intención es que autoridades y habitantes de todas partes conozcan nuestra ley.
- No lo hagas con muletas, hazlo en bicicleta. Le diré a mi padre que te facilite una.
Si alguien se conmovió con los ideales de Víctor fue la ex Miss Universo Irene Sáez, alcaldesa de Chacao, uno de los 5 municipios que componen el área metropolitana de Caracas. La política le permitió ir a EE.UU. e implantarse una prótesis para atletismo. Garrido se radicó y laboró en Miami entre 1996 y 2000, aprendiendo cada vez más de una cultura distinta a la latinoamericana.
Una de las cosas que más le impactaron fue dar con un hospital para animales. Cierto día, mientras retornaba de su práctica, halló un ave cuya especie no reconoció. Al trasladarla al sanatorio, miró que aves sin alas, sin patas, sin ojos, recibían atención hasta recuperarse y después puestas en adopción. Hasta los animales con discapacidad merecían otra oportunidad.
Lastimosamente, la cría no sobrevivió, mas el consuelo de Garrido llegaría a los pocos días cuando salvó en la playa a un pichón de paloma. ‘Irene Sáez’, como bautizó a la mascota, se transformó en su compañera; la liberó 3 años después.
En ese lapso, cuando vacacionaba en Tovar, aprovechó la visita del entonces candidato a la presidencia de Venezuela, Hugo Chávez, a quien le entregó la Ley para la Integración de Personas Incapacitadas. El socialista le aseguró que mejoraría aquellas reglas, promesa que cumplió al llegar al poder.
El ‘comandante’, según Víctor, le devolvió la dignidad al ciudadano con discapacidad a través de la Ley para la Integración de Personas con Discapacidad y el Consejo Nacional para la Integración de Personas con Discapacidad en Venezuela, además de abrir las oficinas de atención personalizada.
María Eugenia narra que, aunque un poco gruñón, su amado es un excelente ser humano, un hombre que no se da por vencido hasta concretar sus metas. Campeón del planeta en 2009, 2010, 2013 y 2016, Garrido desea colgarse una de las preseas de los Juegos Paralímpicos Río de Janeiro 2016. Ese es el galardón que le hace falta.
Desde hace una década se establecieron en Bilbao, donde Víctor Hugo se desempeña como cónsul de segunda clase en el Consulado de Venezuela. Garrido tiene 2 hijos: César Alexander, de 25 años, y Víctor Alejandro, de 24; ambos se dedican a la alta cocina.
Pascual Orengo, adiestrador del pedalista, explica que en Quito se realiza una base de entrenamiento en altura. El propósito es subir al podio en la tierra de la samba, en donde el ‘vinotinto’ es uno de los favoritos. (I)
Datos
Víctor Hugo Garrido entrena en el velódromo José Luis Recalde y en carreteras de la capital. Llegó el 9 de agosto y partirá a Río el 5 de septiembre. Lo único que le falta es ganar una presea paralímpica.
Víctor Hugo Garrido Márquez nació en Tovar (Mérida), el 21 de octubre de 1966; es el segundo de los 5 hijos que procrearon María Esther Márquez y Agustín Garrido.
El padre del ciclista es español, razón por la cual Garrido Márquez tiene doble nacionalidad. Doña María era profesora y don Agustín mecánico de maquinaria pesada a diésel.
Garrido se graduó de director deportivo en la Escuela de Alto Rendimiento del País Vasco. Ha practicado atletismo, duatlón, triatlón y ciclismo. Estuvo en ciclismo en las Paralimpiadas 2000, 2004, 2008 y 2012.
En 1989 sufrió un choque en moto. En el hospital, por mala práctica, la pierna izquierda se gangrenó y se la amputaron.