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Emanuel Llanos empezó a nadar por obligación

Emanuel Llanos (der.) ganó ayer una medalla de oro en 100 metros mariposa y una de plata en 50 metros libres.
Emanuel Llanos (der.) ganó ayer una medalla de oro en 100 metros mariposa y una de plata en 50 metros libres.
Foto: Miguel Castro / EL TELÉGRAFO
19 de septiembre de 2018 - 00:00 - Redacción Fanático

Emanuel Llanos nació con una hipoacusia y para mejorar su capacidad auditiva le colocaron un implante coclear cuando era niño. Comenzó a nadar por obligación y hoy viaja por el mundo coleccionando medallas.

Este argentino de 22 años es una de las principales atracciones del Open Panamericano de natación para personas con discapacidad auditiva que se inauguró ayer en la Piscina Olímpica de la Federación Deportiva del Guayas. Se colgó dos medallas en la primera jornada: oro en los 100 metros estilo mariposa y plata en los 50 metros libres.

En la primera prueba logró, además, un nuevo récord panamericano con un registro de 56:95 segundos.      

Emanuel es un crack de la natación, disciplina con la que comenzó cuando tenía dos años. Al principio era una obligación, su pediatra les recomendó a sus padres que lo lleven a practicar este deporte para que pudiera desarrollar los pulmones. Por eso considera que esta disciplina le salvó la vida. 

Desde que debutó internacionalmente, en junio de 2012, Llanos dejó en claro que lo suyo iba en serio. En los Juegos Panamericanos de Sordos de Brasil ganó cinco medallas: dos de plata y tres de bronce.

Así, poco a poco, Emanuel sumó millas en su carrera. Al año siguiente terminó octavo en las Olimpiadas para Sordos de Sofía, Bulgaria. En 2014, en los Juegos Deportivos Sudamericanos de Sordos que se realizaron en Caxias (Brasil) consiguió nueve medallas: 4 de oro y 5 de plata. Y en 2015 participó en el Mundial de Natación para Sordos en Estados Unidos, donde se ubicó cuarto tanto en los 50 y 200 metros mariposa.   

Atrás quedó esa sensación extraña, cuando competía con convencionales y no podía escuchar la chicarra. Entonces esperaba que una persona le apretara el tobillo y luego se lo soltara para zambullirse.

Atrás quedaron bien guardados esos recuerdos en la Sociedad Alemana de Gimnasia de Villa Ballester, cuando corría detrás de una pelota y soñaba con ser jugador de fútbol. Su mayor anhelo era jugar en River Plate, club del que es hincha desde niño.

Admira al mediocampista Leonardo Ponzio y al director  técnico Marcelo Gallardo. Fue justamente Llanos quien le entregó al “Muñeco” la llama de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 cuando estuvo en el estadio Monumental de River, en su recorrido por la sede de varios clubes porteños. 

“Emanuel nos enseña cada día a no ponernos límites. Nos enseña a valorar lo que tenemos y a amar al deporte”, dijo Gallardo en esa ocasión.     

Llanos utiliza un implante coclear MED-EL fabricado para personas con pérdida auditiva profunda y que consta de dos partes: un procesador de audio externo, ubicado detrás de la oreja; y otro interno, que se implanta debajo de la piel mediante una cirugía. Este aparato fue fundamental para su desarrollo deportivo.  

Hubo tratamientos psicológico y lingüístico. Pasó horas en terapias junto al foniatra. Claro, que con el apoyo de sus padres (María del Rosario y Samuel) y su hermano mayor (Jorge), todo se simplificó.

Emanuel demostró que cuando hay pasión, no hay límites. “Ellos son mis auspiciantes más importantes”, le contó ayer a EL TELÉGRAFO al referirse a su familia. 

Emanuel compite también con nadadores convencionales. Es campeón nacional y múltiple medallista en Argentina. Según Paula Ortuza, secretaria de la Organización Deportiva Panamericana de Sordos (Panamdes), Llanos es uno de los mejores nadadores de su país y una de las principales esperanzas de medalla para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. (I)   

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