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Deshidratación, gran amenaza del Mundial de Ciclismo
El peligro de la deshidratación amenaza a los corredores que esta semana disputan el Mundial de ciclismo en ruta en Doha, con temperaturas habituales que superan ampliamente los 30 grados.
Chalecos refrigerados, bolsas de hielo en la nuca, muchos bidones de agua, líquidos ricos en sales minerales; la lista de remedios es extensa, en el primer Mundial que se organiza en Oriente Medio.
Pero en primer lugar “hay que aclimatarse al calor”, explica el médico del equipo francés, Jacky Maillot. “Lo podemos hacer de manera activa, entrenando en un ambiente caluroso durante una decena de días, con sesiones cotidianas de 45 minutos, o de manera pasiva, estando 20 minutos en un sauna, por ejemplo, con el objetivo de adaptar el organismo al calor”, añade.
En su página de internet la Unión Ciclista Internacional (UCI) multiplica los consejos para este Mundial, pero recuerda que “las grandes vueltas y muchas carreras importantes se disputan en verano, con calor y humedad”.
Su documento, titulado ‘Cómo luchar contra el calor’, recuerda en primer lugar que “sostener una potencia elevada en bicicleta aumenta la producción de calor y en consecuencia la temperatura corporal”, sobre todo en las contrarrelojes.
“El peligro es el aumento de la temperatura central del organismo”, comenta Maillot.
Para afrontar las pruebas en las mejores condiciones, los ciclistas deben vigilar su hidratación. Más allá del tradicional pesaje, ahora se utiliza un aparato de bioimpedanciometría, algo similar a una corriente eléctrica que permite medir mejor la hidratación corporal.
En Catar, la organización del Mundial ha dotado de climatización un gran hangar cerca de la salida de las pruebas de contrarreloj destinada a que los ciclistas puedan calentar en condiciones frescas. (I)