Siempre lo soñó y ahora tendrá la oportunidad de hacerlo, Carla Pérez se apresta a subir en escalada El Capitán, sino el más difícil, uno de los retos más complicados del mundo dentro de este deporte extremo. La expedición la realizará en septiembre próximo como parte del Team Finalín, junto con Esteban el ‘Topo’ Mena y Édgar Aulestia. 

Impregnada en la historia del montañismo mundial como la sexta mujer que coronó el Everest, la montaña más alta del mundo, sin la ayuda de oxígeno de reserva y la primera latinoamericana en hacerlo, la quiteña de 34 años desea ahora trepar a El Capitán y ser la primera ecuatoriana en escalarlo.

“Este reto es súper lindo porque en el planeta de la escalada es el muro más icónico. Desde hace muchos años anhelo completar estas dos cumbres: la del Everest, que gracias a Dios ya la hice, y ahora hay la posibilidad de esta pared; en lo personal es muy importante y un aporte en el sentido de dejar estas huellas para las futuras generaciones, sobre todo para las chicas”, considera la exponente. 

Al enfocarse en el proyecto, Carla detalla que la idea del elenco es coronar la cúspide en tres días; no se pretende hacer un tiempo similar el récord de velocidad en esta tapia natural, que es menor a las tres horas, ni tomarse los cuatro o cinco días que suelen tardarse algunos excursionistas.

Serán horas de vivir en un mundo vertical, donde todos los implementos y equipos se suben por cuerdas, además de comer y dormir en carpas colgantes. Las fechas específicas del ascenso no las puede especificar, pero estarán casi todo septiembre, ya que primero se ejercitarán un poco y cuando se sientan listos y el clima lo permita emprenderán hacia el pináculo.

Pérez reconoce que, pese a fascinarle la escalada, no es su fuerte, por lo que está venciendo ciertos temores, incluso prejuicios. “En Ecuador existen hombres que han conquistado esta pared, pero todavía no hay mujeres, eso a pesar de que hay mejores deportistas que yo, esa es la idea: dar estos pasos, abrir la trocha para que las escaladoras, aquellas que tienen experiencia, las nuevas, también se lancen a intentarlo”, aseguró la deportista.

La capitalina retomará las prácticas la semana entrante, en vista de que el pasado lunes se lesionó el manguito de los rotadores del hombro izquierdo, por lo que estos días está en rehabilitación. El adoctrinamiento lo cumple en el muro de escalada de Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), en la pared de Monodedo y en La Roca. Las dos últimas la acercan en algo a la configuración de este cerro californiano que es un monolito granítico.

Sobre la complejidad de la remontada, José el ‘Gringo’ Cobo, quien se encumbró a El Capitán en abril de 2012, junto con Jack Bermeo y el azuayo Daniel el ‘Bagre’ Carrión, comenta que se trata de un gigantesco bloque de roca que demanda conocer técnicas de escalada al aire libre como el trepar en fisura, y artificial,  porque llegan momentos en que es imposible avanzar.

“Cuando no hay posibilidad de progresión con manos y pies es necesario recurrir al equipo, saber colgarse de las cuerdas, manipularlas bien, hacer péndulos, rápel... Debes tomar en cuenta que vas a pernoctar en altura, por lo que tienes que subir las carpas, la ropa, la comisa, los sleepings a través de poleas, y esto es muy pesado; sirve de poco que sepas trepar si no conoces la forma adecuada de desenganchar una mochila, todo eso aumenta la dificultad en este lugar”, expresa.   

A Cobo y sus compañeros les tomó tres días acceder a la cresta de El Capitán, una de las ascensiones más largas que ha concretado. Lo consiguieron por la ruta llamada The Nose, que es también la senda que eligió Carla Pérez.

La montañista reconoce que, precisamente, ese es el desafío, porque uno de sus propósitos a futuro es abrir una ruta nueva en una de las 14 montañas con altitud superior a los 8.000 metros (todas en la cordillera del Himalaya); ahí desea mezclar escalada y montañismo, registrando un escollo muy duro para cualquier cultor. Ella pretende subir sin respaldarse en oxígeno embotellado. 

Todo lo que hace ahora le servirá para su proyecto 2018, cuando vaya por su cuarto ochomil, sus alternativas son el K2 (8.611 metros), el segundo más elevado de La Tierra, o el Lhotse (8.516 metros), el cuarto pico más prominente del globo.

“Debo escoger bien el objetivo, algo que pueda manejar sola. Eso está planificado para la primavera de 2018 (entre marzo y mayo), luego en otoño (septiembre a noviembre) iría con Iván Vallejo, Esteban Mena y Rafael ‘Chapico’ Cáceres, del equipo Somos Ecuador, a intentar abrir una ruta nueva en el Tawoche,  una cumbre de 6.542 metros que está frente al Everest”, subraya.

Por ahora, la pichinchana suma tres ochomiles, además del Everest, cuya cresta pisó el 23 de mayo de 2016, en 2012 puso los pies en el Manaslu (8.156 metros) y en 2014 los posó sobre el Cho-Oyu (8.201 metros). 

En torno a su experiencia en el ‘Chomolungma’ (Madre del Universo en tibetano), este jueves 22, se estrenará el documental ‘Apología del Everest’, de 15 minutos de duración, en el que se resume esta experiencia de la atleta.

La presentación comenzará a las 19:00 en la sala Alfredo Pareja (Cinemateca Nacional), de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en Quito. El ingreso será gratuito. Luego tendrá cabida un foro en el que intervendrán Iván Vallejo y otras figuras de la disciplinas extremas. “Queremos que la ciudadanía sepa, de alguna manera, lo que significa subir a esta montaña, no tanto la cumbre, que es algo pasajero, sino la responsabilidad de asumir retos”, cita Carla. (I)