La cuenta regresiva para los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica se ha iniciado dentro de los plazos. Falta un año para Río de Janeiro 2016, lo que promete ser el mejor evento deportivo de la historia, para el cual las obras están al día.  

El objetivo inicial de los organizadores es que Río de Janeiro levante su nivel urbano y de calidad de vida con los Juegos, como le ocurrió a Barcelona luego de ser la sede de los de 1992.    

Por lo pronto, la única deuda que tendrá Río de Janeiro con los Juegos Olímpicos es la limpieza de la Bahía de Guanabara, escenario de las pruebas de vela, lo que se conoce como ‘legado ambiental’ para la ciudad símbolo de Brasil.

La presidenta Dilma Rousseff pondrá en marcha hoy el reloj con la cuenta regresiva a un año de los Juegos Olímpicos, cuya sede se obtuvo en 2009 durante la gestión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en un momento político y económico de crisis, diferente a aquel. A su lado estará el Parque Olímpico, indicó el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach.

La ‘ciudad maravillosa’ ha sufrido grandes alteraciones para la realización de los Juegos Olímpicos, sobre todo la región de Barra de Tijuca, donde estará ubicada la Villa Olímpica. A esta área se accede hoy después de una hora en automóvil desde la famosa playa de Copacabana o Ipanema, a la espera de un transporte público con corredores de autobuses ultrarrápidos que conecten al público y a las disciplinas olímpicas a partir del 5 de agosto de 2016 hasta el 21 del mismo mes. Estos autobuses en vías rápidas ya están funcionando.

Dentro de un año, Brasil tendrá el foco internacional en su ciudad más emblemática, así como lo tuvo en el Mundial 2014 de la FIFA. Sin embargo, el ritmo de obras -que actualmente es del 80%- tranquiliza a los organizadores, teniendo en cuenta que un año antes del Mundial de fútbol la mayoría de los estadios y la infraestructura en las ciudades sede no estaban preparados.

La realización de los Juegos Olímpicos puede catapultar, según analistas políticos, a su alcalde, Eduardo Paes, como candidato presidencial del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), fuerza aliada a la presidenta Dilma Rousseff, pero que ya anunció que disputará con un nombre propio las elecciones presidenciales de 2018.

En 19 días de duración, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del próximo año tendrán a 10.903 atletas de 205 comités olímpicos nacionales, más 7.000 miembros de delegaciones y 3.200 árbitros y 45.000 voluntarios. Serán los Juegos más transmitidos de la historia, con 25.100 profesionales de medios de comunicación acreditados destinados a 5.600 horas de transmisión en vivo para un público de 5 mil millones de personas, informó a EL TELÉGRAFO el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Incluso, el avance de las obras marcha más rápido que las exigencias del COI. Una de las novedades de Río 2016 será el golf como deporte olímpico; el césped está a un 100%, dentro de un nuevo espacio en la zona oeste de la ciudad destinado a desarrollar el golf entre los niños y adolescentes de las favelas, como uno de los legados sociales.

En el ámbito urbano, el gobierno de Río de Janeiro ha instalado unidades pacificadoras en los últimos siete años en las favelas que eran controladas por el narcotráfico, aunque un informe de Amnistía Internacional, presentado el viernes pasado, indica que 1 de 5 de homicidios del último lustro en Río fue atribuido a la violencia policial.

A la par, la ciudad avanzó con la especulación inmobiliaria en el sector que quedará del Parque Olímpico y recuperó la zona portuaria para convertirla en un punto turístico y de negocios.

Sin embargo, la interrogante sobre Río de Janeiro 2016 está en los deportes acuáticos externos, como canotaje y vela. Es que la laguna Rodrigo da Freitas, del barrio de Ipanema, y la Bahía de Guanabara poseen contaminación y los trabajos de limpieza no concluirán a tiempo.

El gobierno estatal de Río de Janeiro, en 2009, cuando se venció la candidatura olímpica, prometió que la Bahía de Guanabara iba a estar un 85% limpia, aunque ya se admite que ese avance fue de apenas el 49%. La agencia estadounidense de noticias Associated Press denunció con base en muestras químicas la existencia de coliformes que pueden intoxicar a los atletas.

Los organizadores indican que en las áreas de competición no existen riesgos y que para ello cuentan con informes de la Organización Mundial de la Salud. “En la última regata internacional no hubo problemas de salud para los participantes. A veces hay olores fuertes, sobre todo cuando llueve, pero también puede haber exageraciones. Realmente el problema para la vela son los residuos flotantes”, dijo el medallista olímpico en vela Robert Scheidt, uno de los mejores deportistas de la historia de Brasil. (I)