En una fría noche capitalina, Carlos Guerra pedía a sus compañeros que coloquen sus vehículos en la grilla de partida para iniciar la carrera de entrenamiento, pero la desorganización reinaba. Solo después de 4 llamados de atención, a los 5 minutos, los 8 carros de la modalidad de pista estaban listos para arrancar.

A la cuenta de 3, los autos a control remoto en escala 1:10 recorrieron a velocidades superiores a los 50 kilómetros por hora, un trazado pintado en una cancha de básquet en el sector El Batán, en el norte de Quito. El recorrido no estuvo exento de choques y despistes, pero la emoción por ver a los pequeños bólidos circular, era evidente en los rostros de los 8 conductores. 

Ellos son parte de los 20 pilotos que integran el club de automodelismo Open RC Ecuador que hace 2 años se reúne para competir, entrenar e intercambiar experiencias y vivencias sobre los autos a escala. “A todos nos gusta la velocidad y los autos. Tenemos una afición tuerca y una pasión por los motores que nos une”, comentó Roberto Álvarez, quien controlaba uno de los carros.

“Se siente la adrenalina como si estuvieras compitiendo en un auto real; cuando las carreras están por empezar, los nervios son indescriptibles”, expresó Guerra, uno de los pioneros del club, a cuyos integrantes al inicio se los conocía como ‘Los clandestinos’.

Para él, la diferencia es que en 3 meses cualquier persona puede convertirse en un conductor, con una inversión de $ 600 en lugar de $ 10 mil para competir en el circuito de Yahuarcocha, Imbabura.
“No arriesgas tu vida, te diviertes y te sientes un piloto de carreras con una pequeña cantidad de dinero”.

En el caso de Álvarez  necesitó alrededor de $ 650 para empezar a competir en el automodelismo. Empleó $ 110 en el chasis, $ 100 en el motor, $ 30 en el serbo (dirección), $ 40 en la carrocería, $ 90 en el control remoto, $ 100 en 2 baterías recargables, $ 150 en la maleta para transportar el carro y $ 100 para el cargador de baterías. Todo lo trajo del exterior pues en el país los precios son más altos.

Los autos se los compra con la carrocería transparente y cada uno lo decora y pinta como desea. “Lo vuelves tuyo, los autos demuestran tu personalidad”, comentó el piloto Freddy Sánchez.

Los vehículos los adquieren estándar y ellos invierten para mejorarlos con piezas más resistentes, como amortiguadores hidráulicos de aluminio y espirales más duros. 

Martes de mecánica

Aprovechando la promoción 2x1 de pizza los martes, Open RC Ecuador  empezó, meses atrás, a reunirse ese día para preparar los autos antes de los entrenamientos de los miércoles y las competencias dominicales en el Parque Bicentenario.

En esa jornada los 20 integrantes arreglan problemas mecánicos, suspensiones, dirección, inconvenientes eléctricos y trabajan en la estética de los bólidos, como pintura de la carrocería o la colocación de algún sticker.

Los novatos aprenden de los expertos y una de las razones, de estos encuentros con pizza,  es que sepan solucionar los imprevistos que les ocurren a estos vehículos a control remoto y compartir experiencias.

“Es chévere armarlos y prepararlos, resolver nosotros mismos cualquier problema que se presente es parte de esta actividad”, manifestó Francisco Riera, quien se considera un amante del deporte tuerca.

La estrategia gana carreras

Xavier Benavides lleva un año en esta agrupación de automodelismo, deporte al que lo mira como un momento de diversión que lo ayuda a olvidarse de las preocupaciones diarias de su trabajo.

Ha participado en algunas competencias interclubes y ha ganado conocimientos sobre la calibración del auto y la forma de competir en la pista. 

“Me he dado cuenta que si te cierras en las curvas puedes ganar tiempo y distancia, y acabas antes que otro piloto que va más rápido, pero toma las curvas muy abiertas”, comentó. Habló sobre una hipotética situación de carrera en la que si 4 pilotos poseen el mismo vehículo ganará el que emplee una mejor estrategia sobre el asfalto como la manera de encarar las curvas, la configuración del control para la reacción del auto, tipo de llantas.