Ecuador, 24 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

"Alí estaba afligido por su enfermedad"

Juan Suquillo (adelante) dirigió la oración en la primera mezquita que se abrió en Quito. Detrás (cuarto de izquierda a derecha) reza Mohamed Alí.
Juan Suquillo (adelante) dirigió la oración en la primera mezquita que se abrió en Quito. Detrás (cuarto de izquierda a derecha) reza Mohamed Alí.
Foto: cortesía
09 de junio de 2016 - 00:00 - Redacción Fanático

“No lo podíamos creer, Mohamed Alí estaba en nuestra mezquita”, dice con nostalgia Juan Francisco Suquillo, sheij (líder espiritual) de la comunidad musulmana en Ecuador y de la mezquita Assalam de Quito. El encuentro del extinto boxeador con personas que profesaban su misma religión se dio en diciembre de 1994, como un paréntesis a las actividades que realizaba con motivo de la cartelera boxística internacional que se celebró en la capital el 17 de diciembre de ese año.

Fue un encuentro no programado y el único al que el expúgil asistió sin guardaespaldas. Enterado de su visita a la ciudad, Suquillo se contactó con él al entonces hotel Oro Verde (actual Swissotel) y se citaron en el lugar. Al llegar la comitiva al sitio de alojamiento, Alí y su esposa (Yolanda ‘Lonnie’ Williams) no tuvieron reparos en hacerlos pasar a todos a su habitación. Es más, el exdeportista pidió a sus escoltas que salieran del aposento.  

Los niños que formaban parte de la comisión le entregaron 2 manualidades: una rosa elaborada con papel crepé rojo y un dibujo en el que constaba una mezquita formada por un domo, un minarete y la inscripción: ‘Welcome’ (bienvenido). Con la flor se simbolizó a Ecuador como potencia en la exportación de rosas y con el dibujo la unión espiritual entre Alí y la colectividad que profesaba el islam en el país.

Alegre por la compañía, Alí accedió ir con ellos a la mezquita al día siguiente. Horas después lo pasaron a recoger en un auto y lo hallaron con los guardaespaldas. El triple campeón mundial de los pesos pesados de nuevo les pidió retirarse, deseaba estar tranquilo en esta cita.

- Por favor, no me sigan.
- Pero señor, tenemos que velar por su seguridad, lo acompañamos.
- No, ellos son mis hermanos. Si voy con los musulmanes estoy en paz, no se preocupen. Ellos me regresarán al hotel.

Esto resultó sorpresivo para los celadores y una muestra de apego a la gente común. “Sentí como si nos conociéramos de toda la vida. Nunca llegué a tener una relación tan diáfana en tan poco tiempo”, expresó Suquillo.

Antes de pasar por Mohamed al hotel, Suquillo llamó a varios medios de prensa para que acudieran al templo a realizar la cobertura de la reunión. No concurrió ninguno; tal vez creyeron que  era una tomadura de pelo.

Llegaron a la mezquita justo para el rezo del mediodía, que tomó unos 20 minutos. La devoción del exatleta era profunda, durante la oración cumplió el ritual de manera exacta: pasó de estar de pie y mirando al piso a realizar la genuflexión y terminó con la prosternación, tal como acostumbraban Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma.

Suquillo, excombatiente de la guerra de Paquisha, quien perdió la mano izquierda al estallarle una mina antipersonal, se sintió conmovido. Consideró que el nombre que adoptó Cassius Marcellus Clay al convertirse al islam le calzaba bien.

Clay no quería un nombre de esclavo que no  había escogido, que lo relacionaba con un país donde los negros eran discriminados y donde su color de piel generaba prejuicios. Por este motivo, tras encontrar paz en el islam se volvió musulmán y buscó una identidad que lo describiera como tal.

El advenimiento de su nueva religión ocurrió en 1964 tras la victoria sobre Sonny Liston, el 25 de febrero de ese año; fue resultado de su vinculación con Malcolm X, defensor de los derechos de los afroamericanos, y con la Nación del Islam.

Suquillo recuerda que Clay escogió Muhammad (Mahoma) por su significado: alabado, y Alí porque así se llamó el primo y yerno del profeta (Mahoma), quien llegó a ser el cuarto califa del islam. Califa es el  jefe supremo musulmán que, en calidad de sucesor de Mahoma, ejercía el poder civil y religioso en todo el imperio musulmán.

Mohamed Alí nacía en medio de las crecientes tensiones entre negros y blancos, y su amistad con Malcolm X hizo pensar a los blancos que otro negro, Sonny Liston, sería el arma para callar sus protestas. Era el duelo entre un analfabeto, delincuente y esbirro de la mafia, ante un lenguafloja de 22 años, revolucionario y cercano al islam, una ideología peligrosa para los norteamericanos desde aquel entonces.

Pero el castigo nunca llegó, ni siquiera en la revancha, ocurrida 15 meses después. El desenlace no pudo ser peor para Liston, quien no pasó del primer asalto. De un solo golpe, bautizado como el ‘puñetazo fantasma’, Alí lo dejó tendido en la lona. No obstante, a los racistas estadounidenses les dolerían más los puñetazos morales que el púgil de Louisville (Kentucky) les continuaría infligiendo.

En 1967 se negó a cumplir con el enlistamiento militar a causa de la invasión de Estados Unidos a Vietnam. Sus razonamientos eran devastadores: no estaba dispuesto a disparar a otros seres humanos solo para engrandecer a Norteamérica, menos contra personas que nunca lo habían llamado negro o lo habían tratado mal. Por esta actitud lo despojaron del título y de la licencia de boxeador, además lo amenazaron con prisión por deserción militar, algo que nunca ocurrió. Únicamente estuvo tras las rejas en diciembre de 1968 debido a una infracción de tránsito.

Magia y carisma

El paso de Alí por la mezquita quiteña evidenció su carisma y sensibilidad. Tras la oración meridiana, Suquillo charló con él durante 25 minutos. Hablaba muy poco, pese a que el ecuatoriano dominaba el inglés, Mohamed tenía problemas de dicción, el párkinson le impedía expresarse con fluidez.

“Ese día fui su imam (guía espiritual). Me sentí como su confesor, me dijo que la enfermedad lo afligía, mas su carácter le ayudaba a no deprimirse. Me conversó otras cosas, cosas que me impresionaron, pero nunca las diré por respeto a la confianza depositada en mí”.

Después de la conversación, al salir del templo, Alí improvisó algunos trucos de magia: sacó un pañuelo rojo y lo hizo desaparecer, hizo aparecer un anillo de detrás de su oreja y se lo obsequió a la hija de Abdul Aziz, personero de la embajada de Egipto que acudió al sitio. Los niños rieron mucho y abrazaron al ‘gladiador’.

Sin embargo, el sorprendedor también fue sorprendido; al dar la vuelta para  ingresar a la casa de Suquillo, decenas de vecinos del sector Casa de la Cultura saludaron y al excampeón, quien a ninguno le negó sus manos y sonrisas. (I)

Una larga fila en Louisville para asistir al funeral

Centenares de habitantes de la ciudad estadounidense de Louisville, en Kentucky, se levantaron temprano ayer para conseguir entradas para el funeral del exastro del boxeo mundial Mohamed Alí, que tendrá lugar mañana.

La extensa fila de personas daba la vuelta al gran edificio donde tendrá lugar la ceremonia, bajo la atenta mirada del mundo entero. “Mohamed Alí dejará un gran legado y simplemente quiero estar presente”, dijo Andeja Tyler, una camarera de 23 años. Diez ventanillas estaban previstas para distribuir gratuitamente cuatro entradas por persona. La ceremonia de mañana se inscribe dentro de los funerales excepcionales organizados en Louisville para Alí, fallecido el viernes pasado a los 74 años.

Algunas personas pasaron la noche en vela esperando, sentados en sillas de camping o envueltos en mantas.

“Mohamed Alí era alguien extraordinario, no solo como atleta, sino también en el ámbito humano. Era el campeón del pueblo y, siendo de Louisville, nos sentimos parte de su familia. Lo vamos a despedir con los homenajes que se merece”, manifestó Jessica Moore, fiscal de la ciudad.

El último adiós a Alí comenzará hoy con una oración musulmana abierta al público. La ceremonia de mañana, precedida por una procesión, reunirá a varios jefes de Estado y a cerca de 15.000 personas en la gran sala de deportes del KFC Yum. El expresidente Bill Clinton pronunciará una oración fúnebre.

Por su parte, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció ayer que rebautizará temporalmente un tramo de la calle 33 de Manhattan, adyacente al célebre Madison Square Garden, como ‘Mohamed Ali Way’, en homenaje al boxeador.

De Blasio justificó la decisión por los ocho combates disputados por Mohamed Alí en el Madison Square Garden (MSG), pero también para honrar al defensor de los derechos civiles.

El MSG, al que sus propietarios denominan “la sala más célebre del mundo”, acogió el ‘Combate del Siglo’, como se denominó su duelo ante Joe Frazier, el 8 de marzo de 1971, en el que Alí cayó por primera vez tras 31 victorias consecutivas.

Casi tres años después, la leyenda del boxeo tomó revancha y el 28 de enero de 1974 se impuso por puntos ante Frazier, siempre en el MSG.

El cambio de nombre de la calle será temporal. Para ser definitivo, debe ser sometido a votación en el Consejo municipal y ratificado por el alcalde, pero no se han iniciado acciones en ese sentido precisó un portavoz de De Blasio a la AFP. “Es normal que Nueva York, la capital del mundo, rinda homenaje a Mohamed Alí, un verdadero campeón del mundo. Tenemos mucho que agradecerle”, dijo Richard Gottfried, representante de la asamblea del estado de Nueva York de la zona que abarca al MSG. (I)

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media