Al preguntarles cómo se sienten al tener la oportunidad de representar al país, la sonrisa dice más que las palabras... Joselyn León, Dayana Columba y Jorge Delgado se entrenan para el Abierto Regional de Boccias Sao Paulo 2018, a desarrollarse del 22 al 26 de este mes.

El juego de boccias, un deporte diseñado para personas con parálisis cerebral, ha mejorado las vidas de estos deportistas, quienes, al tener dificultad para hablar, encuentran en los gestos su forma más elocuente de comunicarse.

Es increíble lo contagiosa que resulta la alegría de Joselyn, guayaquileña de 20 años, quien se dedica a esta disciplina desde los 17.

“Me gusta mucho este deporte, es emocionante; el año pasado conocí Colombia. Ahora quiero la medalla de oro en Sao Paulo”, menciona la exponente, mientras sostiene una de las pelotas.

En octubre último, ella fue una de las atletas ecuatorianos que representó a Ecuador en la Copa América Cali 2017, donde saltó a la escena internacional.

Allí también estuvo Jorge,. Al igual que Joselyn, no figuró en puestos de podio, pero ganó roce; ahora se plantea adjudicarse una medalla.

“Los rivales más difíciles son los de Brasil, Argentina y Chile; el más duro es Brasil. Esto se trata más de precisión que de fuerza”.

Con 40 años de andanza por el mundo, Jorge es un agradecido con la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Física (Fedepdif), pues esta entidad le abrió un camino que no conocía.

Reciclaje
Antes, en su natal Nanegalito (Quito), ayudaba a su mamá, Rosaura Guerrero, de más de 70 años, a labores agrícolas o a reciclar cartones y botellas plásticas para vender. Le molestaban los comentarios respecto a su discapacidad, le desagradaba que lo miren, en la actualidad se siente un artista sobre las tablas y se afana por brindar un gran espectáculo a los espectadores.

A Dayana, de 21 años, le cuesta hablar, pero al consultarle cómo se siente al ser seleccionada nacional, ríe emocionada. Esta quiteña se alista para salir del país por primera vez. 

Su madre, Zoila Columba, cuenta que aprendió este juego hace 20 meses, todo empezó cuando estudiaba en la fundación Vivir sin Barreras, allí le recomendaron incursionar en esta actividad. “Una amiga (Ruth) habló con el entrenador John Viáfara para que le enseñara, él le hizo pruebas y descubrió su potencial”.

Entre los beneficios que la joven ha encontrado en este deporte está el mejorar su estado de ánimo y llenar su día con una especie de vocación. Con entusiasmo acude a las prácticas tres días a la semana.

El colombiano John Viáfara Asprilla (29 años), primo del exfutbolista del mismo nombre (John Viáfara Mina), gusta de las actividades físicas desde chico e intenta transmitir esa pasión a sus pupilos. Sabe que al frente tendrá a rivales complicados, pero considera que, paso a paso, Ecuador optimiza su calidad técnica. En Sao Paulo los adversarios serán Canadá, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Perú, Brasil, Argentina y Chile.

Para que la ciudadanía tenga una idea de las boccias, Viáfara detalla que se juega en una cancha de 12,5 metros de largo por 6 de ancho, en la que está trazada una “V”; el participante que tenga el primer turno debe lanzar una boccia blanca (pelota) y trasponer la “V”, luego, con otra bola (azul o roja), acercarse lo más posible a la primera; el vencedor será aquel cuyos tiros queden más próximos a la pelota blanca.

Ser parte de un equipo no solo ha vinculado a los deportistas; Génesis León, hermana de Joselyn, está contenta al ser auxiliar de Dayana, y es que los atletas del nivel funcional BC1 requieren de un asistente al afrontar problemas motrices para tomar la pelota y lanzarla. Los de BC2, como Jorge y Joselyn, juegan solos. (I)