Cada que busco información sobre Japón me sorprendo. Sus avances tecnológicos superan la expectativa de cualquiera, y ahora también lo hace su fútbol femenino. La selección de jugadoras japonesas, reconocidas ya como unas de las mejores a escala mundial, triunfó ante Holanda y aseguró su paso a cuartos de final en el Mundial de Canadá.   

Las ‘Nadeshiko’, llamadas así por una flor rosada que se utiliza como uno de los arquetipos nipones de perfección y belleza femeninos, buscan mantener la Copa del Mundo que ganaron en Alemania 2011.

Un triunfo poco augurado para una selección que jamás había alcanzado unas semifinales, pero que poco a poco apartó a rivales de en medio hasta ganarle al equipo estadounidense que, a diferencia de ellas, tiene una larga experiencia y triunfos.

Una de las principales características de las ‘Nadeshiko’ es su autocontrol. Rasgo que se ha convertido en el signo distintivo del reinado del entrenador Sasaki Norio, que desde que se hizo cargo de las ‘Nadeshiko’ en 2008 ha llevado a las jugadoras a una trayectoria de consecución de trofeos sin precedentes.  

En su primer torneo como entrenador, Sasaki guió a Japón a la victoria en la Copa del Este asiático de la EAFF de 2008, hito que se repitió dos años más tarde en un ajetreado 2010 en que Japón consiguió también la medalla de oro en los Juegos Asiáticos.

Pero la gloria definitiva la obtuvieron en el verano de 2011, unos pocos meses después de que su país fuera asolado por el terremoto y posterior tsunami, las jugadoras japonesas pulverizaron todas las expectativas plantándose en la final de la Copa del Mundo en Alemania, tras deshacerse de las anfitrionas y de la respetada Suecia, convirtiéndose así en el primer equipo asiático que gana una Copa del Mundo de la FIFA en todos los niveles de este deporte.

La centrocampista Sawa Homare es el personaje que ha hecho crecer el fútbol femenino en Japón. Lideró a la selección nipona en Alemania y se llevó todos los reconocimientos por su nivel de juego. Hoy, jugando su último mundial y sin la banda de capitana, cumple una función que, según sus propias declaraciones, es más importante: ayudar a Aya Miyama, actual capitana, en el liderazgo del equipo, asegurando armonía en la transición y mostrándole a sus seguidores que las ‘Nadeshiko’ siguen siendo las mismas.  

Los efectos que esta selección femenina han causado en su país, el número de seguidores que tienen, lo que representan para el desarrollo femenino en Japón, el ejemplo de autocontrol que dan y el nivel de fútbol que nos regalan, solo ratifican lo que retumba en su camerino antes de saltar a la cancha: “Los sueños no están para soñarlos, sino para hacerlos realidad”. (O)