Después de salir tarde del trabajo o de clases, de seguro te entra un hambre ‘poderosa’, tu barriga casi que habla con rugidos exigiéndote alimento y sabes cuál es el alimento perfecto para esos momentos: la ‘tripita’ mishqui.

Si estás cerca de La Floresta, en Quito, ya conocerás las famosas tripas que vende en el parque navarro, barrio La Vicentina, conocido como el ‘parque de las tripas’. Claro, a lo largo de la capital hay muchas ‘huecas’ que llevan años vendiendo este tradicional plato. No importa donde las comas, lo importante es que conozcas el sabroso y tradicional sabor del platillo.

Si nunca has probado la tripa mishqui, te explico de qué se trata:

Son intestinos de res o vísceras de cerdo, asadas al carbón, se las puede comer solas o bien acompañarlas con ensalada, papa y mote; simple, pero junto con la preparación esto queda ‘riquísimo’.

El sabor especial viene de la mezcla de hierbas, comino, ajo, achiote y la grasa de las vísceras, pero cada cocinero tendrá su receta especial que la hace diferente; sin embargo, la tripa es más rica cuando está más crocante.

La preparación es larga, pues se destina unas tres horas para lavar los intestinos de la res y luego, hecha la mezcla con los condimentos, otras dos de reposo. No existe una receta única, cada persona la adapta y se apropia del plato creando variaciones exquisitas.

Se dice también que tiene propiedades para curar la gastritis y el dolor de estómago, así nace el dicho popular: “la tripa con tripa se cura”.

Eso sí, ten cuidado al comerlas, si es la primera vez que las pruebas, pues son muy ‘cauchosas’, como si fuera chicle, y te puede pasar como a mí, que me cansé de masticar y traté de tragarme la tripita así nomás… casi me atragantó. Así que mastica nomás con paciencia, que vale la pena.

La tripa se prepara a lo largo de América Latina en Argentina, Paraguay  y Uruguay se las presenta en forma de trenza y se la llama tripa gorda y ocote; en Chile se los conoce como chunchules o chunchulla; en Colombia como chinchurria; en México como tripa de leche; en Perú es choncholí y en Bolivia como chunchula.