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Entrevista / Óscar Parrilli / exjefe de gabinete del gobierno de Cristina Fernández

"Vienen a corregir los aciertos de gobiernos populares y agravar errores"

"Vienen a corregir los aciertos de gobiernos populares y agravar errores"
Foto: La Nación
17 de marzo de 2017 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

El exjefe de gabinete del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Óscar Parrilli, está convencido de que en Argentina “se perdió calidad de vida” y “derechos adquiridos” durante la gestión de Mauricio Macri y afirma que ahora se pretende que “en Ecuador se lleve adelante el mismo modelo, siguiendo el libreto que le dieron al mandatario argentino”.

“Decían que venían a corregir errores, pero todo es mentira. Vienen a corregir los aciertos de gobiernos populares y progresistas  y  agravar los errores”, asegura Parrilli, quien en el último tramo del gobierno kirchnerista fue titular de la Administración Federal de Inteligencia (AFI).

Parrilli es uno de los exfuncionarios kirchneristas procesados en el último año por corrupción u otros delitos, en su caso por presunto encubrimiento a un sospechoso de un triple crimen vinculado al narcotráfico, cuando era jefe del servicio de inteligencia y cuya causa atribuye a un intento de espiar a la exmandataria.

En entrevista con EL TELÉGRAFO, Parrilli denuncia que “hay una actitud del Gobierno, en alianza con los medios de comunicación hegemónicos, tratando de desprestigiar a la expresidenta”, a sus excolaboradores y a toda su gestión.

“Los medios querían que hiciéramos un harakiri público. A los errores los analizamos con los militantes y compañeros”, sostiene Parrilli.

¿Qué lectura hace de la gestión de Mauricio Macri a un año y tres meses de su asunción?

Todas las promesas de campaña que hizo el presidente Macri, que prometió que la gente iba a estar mejor, pobreza cero, que nadie iba a perder derechos adquiridos, que todo lo que se hizo bien se iba a mantener, que no iba a bajar los salarios ni se iba a perder el empleo, todo era mentira. Fue una gran puesta en escena de campaña. Después de un año y tres meses se demuestran las mentiras a las que han recurrido para conseguir un voto más.

¿Cómo se refleja esta situación en la vida de los argentinos?

Hoy, lamentablemente, los argentinos estamos con un nivel de endeudamiento externo inusitado por más de $ 70.000 millones en lo que va de gestión. Hay un problema de empleo que no había antes, más de 200.000 puestos de trabajo perdidos oficialmente. No hay familia que no tenga una persona con problemas de empleo. Esta es una de las principales preocupaciones de la gente.

Y hay un cuadro tarifario monstruoso en luz, gas y transporte, con un aumento promedio de 800% y una transferencia de ingresos de sectores medios y bajos a empresas privadas extranjeras concesionarias de servicios públicos. Y ese tarifazo sigue. Además, la inflación no para. La gestión de Cristina Fernández de Kirchner dejó una inflación del 22%  anual y el año pasado fue del 43% o 44% y este año vamos a un 25%.

Están poniendo topes a las paritarias (convenios colectivos de trabajo) bajando los salarios. Están llevando adelante una presión fuerte contra jueces federales para que avancen causas de corrupción contra Cristina y sus excolaboradores. Hay espionaje político sobre dirigentes opositores, hay pedidos de juicio político porque fallaron contra intereses del Gobierno. Venían con promesas de anticorrupción y tienen más de 50 funcionarios denunciados ante la justicia.

Se han visto involucrados funcionarios en los Papeles de Panamá, en el Lava Jato, en Odebrecht. El jefe de Inteligencia (Gustavo Arribas) y el primo de Macri (Ángel Calcaterra) están involucrados en esos casos. Han tenido que dar marcha atrás en acuerdos como el del Correo Argentino, un acuerdo desastroso del Gobierno que benefició al propio presidente (al condonársele una millonaria deuda al Grupo Macri).

En estas últimas semanas se observa un recrudecimiento de la tensión social y gremial en las calles. El Gobierno achaca que este es un año electoral. ¿A qué atribuye usted esta situación?

Hubo tres marchas muy grandes, la primera de los docentes. Las clases no se han iniciado aún en la mayoría de las provincias. Hay movilizaciones de trabajadores que reclaman a sus dirigentes que sean más exigentes con el Gobierno. En la última marcha (organizada el 7 de marzo por la Confederación General del Trabajo/CGT) se vio (cuando un sector de los manifestantes pedía a gritos fijar la fecha de un paro general). Y a eso se suman hechos de violencia policial, como la detención de unas 20 mujeres que estaban en un bar durante la marcha en el Día Internacional de la Mujer. La gente percibe no solo que se han quitado derechos adquiridos, si no que se perdió calidad de vida. Todas las promesas fueron solo eso... promesas.

Este año hay elecciones legislativas de medio término consideradas cruciales para el futuro del Gobierno. ¿Cómo ve el panorama político en el país?

Hay una actitud del Gobierno, en alianza con los medios de comunicación hegemónicos, tratando de desprestigiar a la expresidenta (Cristina Fernández), que es la dirigente con mayor consenso de la sociedad (de más del 30% según sondeos). Es la única que hace oposición al Gobierno, y ellos ya avizoran que el resultado electoral en octubre será adverso para el oficialismo. Ellos mismos están trabajando la hipótesis de perder las elecciones.

En Ecuador el nuevo presidente se definirá en un balotaje el 2 de abril, en un escenario que es muy similar al vivido en Argentina en la segunda vuelta electoral entre Mauricio Macri y Daniel Scioli...

(Guillermo) Lasso es muy amigo de Macri. Es la misma política que se lleva adelante con (Michel) Temer en Brasil. Y pretenden en Ecuador que se lleve adelante el mismo modelo, siguiendo el libreto que le dieron a Macri. O sea, que vienen a corregir errores, pero todo es mentira. Vienen a corregir los aciertos de gobiernos populares y progresistas y agravar los errores.

Usted ha sido procesado por el juez federal Ariel Lijo por ‘encubrimiento agravado’ de Ibar Pérez Corradi, a quien se lo buscaba por presunto autor de un triple crimen vinculado al tráfico de efedrina, durante su gestión como titular de la Agencia Federal de Inteligencia. Se trata de una grave acusación, ¿cómo marcha la causa?

Me pincharon el teléfono durante nueve meses con la única intención de hacer espionaje contra Cristina y grabando conversaciones mías con ella. En ese marco se divulgaron grabaciones en las que la expresidenta le pedía a usted ‘apretar jueces’ en una causa sobre el exespía Jaime Stiusso (en el caso de la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman que investigaba el atentado a la mutual judía argentina AMIA y que había denunciado por encubrimiento a la exmandataria).

En conversaciones privadas se pueden utilizar ciertos términos y luego públicamente no tienen esa misma connotación, no se dice lo mismo. Hablamos de reclamar y exigir como lo estamos haciendo. Le hicimos a Stiusso ocho denuncias penales por espionaje político, por haber encubierto el atentado a la AMIA, por contrabando y nosotros fuimos a la justicia. La denuncia contra mí es para hacer espionaje y perseguir a la expresidenta. Pido terminar con este espionaje y saber quiénes ordenaron esto y conocer a los responsables de filtrar a los medios estas conversaciones privadas.

En un año electoral aún se le critica al kirchnerismo no hacer una autocrítica por sus errores...

Sin dudas nos dolían mucho los errores, las fallas. Hay una mirada hacia adentro, en decir en qué se equivocó (el gobierno kirchnerista), qué funcionarios fallaron o traicionaron los objetivos. Los medios querían que hiciéramos un harakiri público. A los errores los analizamos con los militantes y compañeros. La autocrítica lleva a corregir (los errores). Somos por ADN militantes autocríticos.

Sin embargo ha habido numerosos casos de corrupción...

Estuvimos 12 años en el Gobierno y hay solo dos funcionarios que están presos (elexministro de Transporte Ricardo Jaime y el exsubsecretario de Obras Públicas José López, a quien detuvieron descargando bolsos por $ 9 millones en un convento). Todos los demás son procesos y son acciones mediáticas (se estima que alrededor de treinta exfuncionarios están procesados o imputados, entre ellos la propia expresidenta en varias causas y su vice, Amado Boudou).

Este Gobierno ya tiene 50 denuncias en menos de un año. La vicepresidenta (Gabriela Michetti)  denunció que le habían robado $ 150.000 y no puede explicar de dónde salió esa plata. Tienen juicios de empresas de Estados Unidos por el alquiler de un avión presidencial. Nosotros no inventamos las denuncias de los Papeles de Panamá, Odebrecht, Lava Jato, Correo, líneas aéreas, etc. (I)

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