Vicepresidente Glas asiste a la cumbre del Mercosur en Brasil

Los países del Mercosur analizan en Brasilia las ventajas y los daños que provocaría un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE), potencia mundial que pasa por la peor crisis económica y social de su historia. Además se recibirá el pedido de adhesión de Bolivia al bloque y estudiará un posible ingreso de Ecuador.

La cumbre, que contará con los gobernantes de todos los miembros plenos (Argentina, Brasil, Paraguay Uruguay y Venezuela) más el resto de los países sudamericanos asociados al bloque, encuentra al Mercosur en medio de una negociación clave para su futuro: un acuerdo de libre comercio con la UE. Ayer hubo una reunión de cancilleres y hoy los presidentes tendrán 2 reuniones, una privada y otra pública.

El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, y el viceministro de Relaciones Exteriores, Leonardo Arízaga, asisten a la cumbre.

“Los países del Mercosur debemos llegar al último trimestre del año con una oferta para la UE”, afirmó el subsecretario para Sudamérica, América Central y Caribe de la cancillería brasileña, Antonio Simoes, al anunciar la 48 cumbre que se realizará en Brasilia. Hace 20 años que las negociaciones sufren idas y vueltas.

Pero en el trasfondo de esta negociación que crearía la mayor área de libre comercio del mundo todavía faltan por superar diferencias de este y del otro lado del Atlántico, sobre todo las históricas demandas de ambas orillas. Los sudamericanos reclaman la baja de subsidios agrícolas que le dan los europeos a sus productores mientras que desde Bruselas el pedido apunta a que se reduzcan los estímulos a las industrias de los países del Mercosur.

Es en este marco que hoy el presidente Evo Morales recibirá el Protocolo de Adhesión dado por los miembros del Mercosur, pero que deberá ser ratificado por los Congresos para que entre en vigor.

Morales avisó en la reciente cumbre de UE-Celac en Bolivia que él personalmente no estaba interesado en un acuerdo de libre comercio que no tuviera en cuenta la “economía solidaria” y daba como prioridad a la competencia.

Sin un avance en las negociaciones con la UE, habrá espacio para los críticos de las reglas del Mercosur. El presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, visitó a su colega brasileña, Dilma Rousseff, en mayo y le planteó la posibilidad de flexibilizar la regla del Tratado de Asunción de 1991 que impide a  los países realizar acuerdos de libre comercio unilateralmente. “No seríamos sinceros si decimos que el Mercosur, como está, nos satisface”, dijo Vásquez sobre el bloque que es dominado ampliamente por los dos grandes jugadores, Brasil y Argentina.

Del lado brasileño, la industria reclama flexibilizar el Mercosur para negociar con otros bloques y  así aumentar las exportaciones. Y lo mismo piensa el ministro del área brasileño, Armando Monteiro Neto, extitular de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que llamó al Mercosur de “atadura”.

Pero para el ala política del gobierno de Brasil, el Mercosur es una de las claves para intentar superar la crisis económica de consumo que se registra en este 2015 en el país. “Brasil en el primer semestre tuvo superávit comercial de casi 3.000 millones de dólares con el Mercosur, que es el principal mercado de nuestras manufacturas. Allí va el 25% de nuestra producción industrial. El Mercosur está vivo y estamos listos para avanzar”, sostuvo el embajador Simoes, uno de los defensores de la línea diplomática Sur-Sur dentro del complejo de poder diplomático brasileño.

Pero descartó buscar una negociación en dos tiempos para que Brasil firme acuerdos en forma unilateral. “Estamos buscando abrir mercados, pero siempre con el Mercosur”, sostuvo el diplomático a corresponsales extranjeros.

En el mismo sentido plantó posición Roberto Gauto, viceministro de asuntos económicos internacionales de Paraguay y anticipó que la cumbre no tendrá ningún pedido en agenda formal de “revocación” de la cláusula fundacional del Tratado de Asunción.

Sobre un eventual ingreso de Ecuador al bloque, Simoes dijo que los miembros plenos del Mercosur, en la cumbre, esperan “algún tipo de señal” para trabajar en la adhesión del país andino.

Ayer hubo una reunión de cancilleres del Mercosur para tratar asuntos arancelarios y tarifarios de la unión aduanera y sobre un ambicioso plan de infraestructura del cual Brasil es un gran patrocinador, ya que esto se articula con los planes de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur).

Brasil entregará en la cumbre la presidencia semestral del bloque a Paraguay, cuyo gobierno ha anunciado el énfasis en lograr un acuerdo con la Unión Europea. El presidente Horacio Cartes y el uruguayo Vásquez son los grandes responsables por la campaña para entregar ofertas a la negociación con la UE. Del lado de la UE, existen demoras para cerrar una lista de productos a negociar sobre todo de países productores agrícolas fuertes, como Polonia o Francia.

Para Brasil, la reunión ocurre en un momento de crisis económica que puede caer a la mayor economía regional en la recesión y por lo tanto su apuesta regional para no perder el mercado de manufacturas es considerado clave en el corto plazo.

Esta será la primera vez que Paraguay asumirá la presidencia semestral del bloque desde que se decidió su retorno pleno al Mercosur luego de que los demás países suspendieran a asunción entre 2012 y 2013 a raíz de la destitución de Fernando Lugo de la presidencia. (I)